Siglo XXI Editores publicó recientemente el libro “Una historia de cómo nos endeudamos”. En su obra, el doctor en sociología y actual decano de la Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales IDAES (Escuela-Idaes) de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), Ariel Wilkis, hizo un repaso y estudió a todos los gobiernos que fueron pasando en los últimos 40 años de democracia. Tomó para su análisis “las dinámicas de créditos, cuotas, intereses y otros fantasmas de la experiencia argentina”.
En una entrevista con Tiempo, cuando se le preguntó sobre cuál fue el aporte que hizo a sociología con su libro -de 200 páginas- respondió: “Cuando en la Argentina hablamos de deuda del Estado, que es deuda soberana, dejamos en un segundo plano la deuda de los hogares”. Además, recomendó realizar un análisis “sobre todos los sectores de la sociedad sin dejar afuera las deudas que general las familias en la comunidad”.
– Según lo plasmado en su libro, ¿por qué la democracia genera deuda?
– El objetivo del libro es precisamente analizar los 40 años de la democracia en Argentina a partir de las dinámicas de endeudamiento de los hogares, no solamente las del Estado. Y leer en esa clave cómo se manifiestan las promesas y los fracasos de la democracia.
Por eso debemos analizar lo que se pone en juego a partir de la manera en la que los hogares argentinos se endeudan y observar que a partir de esas deudas podían, en algunos casos, tener dinámicas de ascenso social, de mejoramiento y en muchos casos dinámicas de descenso social, de pérdida de bienes económicos y de caída en la estructura social.
– En su obra habla de ficciones democráticas: ¿cómo se construyen las ficciones democráticas en la sociedad?
– Hay muchas maneras de construir ficciones democráticas, lo primero es que la democracia siempre implica un nivel de construir una promesa hacia el futuro para la ciudadanía. El libro trata de dar cuenta como muchas de esas ficciones se construyen a través de promesas que están vinculadas al mercado de crédito, tenemos que observar el quiebre de esas ficciones, que están vinculados a las dinámicas de endeudamiento.
Normalmente esto último que dije está por fuera de los radares de la política. Por ejemplo, la observación siempre cae sobre el mercado de trabajo y menos sobre el impacto que tiene en las dinámicas de endeudamiento. También sobre el seguimiento y la aceptación de determinadas propuestas políticas y lo contrario, que es la distancia o el desapego con esas propuestas políticas.
– ¿Considera que, en la actualidad, la Argentina como Estado Nación perdió la confianza para generar deuda ante el mundo?
– Si, se produjo una pérdida de confianza ante el mundo para generar deuda. En ese punto la Argentina sigue estando a un nivel de mercados financieros cerrados como Estado Nación. Y esto está relacionado puntualmente a la capacidad de generar deudas en los mercados financieros globales, que sigue siendo cada vez más baja.
Por eso, estamos muy lejos de poder acceder a los mercados financieros internacionales, por más que el gobierno actual intenta dar algún tipo de señal para adquirir deuda, la posibilidad sigue siendo muy baja porque el Estado Nación ha perdido la confianza.
– Según su criterio, ¿cómo puede salir adelante un país que no tiene créditos y tiene deudas?
– Existen dos líneas de acción seguras, una tiene que ver con la recomposición de los niveles de ingresos, lo que pasa con las dinámicas de endeudamiento tienen mucho que ver con ingresos que se pulverizan. La segunda, son las distancias donde el acceso al crédito sea mucho más amplio y masivo, con condiciones que no sean negativas para los diferentes sectores de la sociedad.
Y que esos instrumentos de créditos estén orientados, por ejemplo, al mercado hipotecario, a la compra de viviendas, al mejoramiento de condiciones de vida de muy largo plazo. O sea, hay que construir un mercado de crédito que revierta las características actuales; que sea muy restringido y que esté orientado a consumos de corto plazo.
– ¿Cuál es el principal argumento de su libro?
-El principal argumento del libro es que si uno mira las dinámicas de endeudamiento de los hogares argentinos puede entender mucho sobre las dinámicas de cómo la política y la sociedad se enlazaron, se vincularon, cómo se desenlazaron y cómo se desvincularon. Hay que analizar a partir de la dinámica de endeudamiento de los hogares, las promesas y los fracasos durante los 40 años de democracia por los que pasaron los distintos gobiernos democráticos.
– ¿Qué aporte considera que hizo a la sociología con su libro?
– Considero que el principal aporte que hice con el libro es precisamente que cuando en la Argentina hablamos de deuda del Estado, deuda soberana, siempre dejamos en un segundo plano la deuda que generan los hogares. Y que, en parte, esto se debe a que formalmente el mercado de créditos es muy restringido, entonces en la mirada habitual de Argentina, no hay un problema de endeudamiento porque no hay crédito.
Entonces la sociología que me interesa a mí viene a decir que tenemos que prestar atención a todo un conjunto de deudas heterogéneas, formales e informales, con el Estado, con las familias, con servicios públicos y todo el conjunto de dinámicas de endeudamiento que son claves para los procesos de ascenso y descenso social en Argentina. También, que debemos leer estos procesos muy vinculados a esas dinámicas de endeudamiento y a las expectativas políticas que hay respecto a las promesas de los distintos gobiernos democráticos.