Con el aprendizaje de sus 12 años de trayectoria, el Sexteto Fantasma presenta su nuevo álbum, La inevitable tentación de Ir a contramano, producido con el apoyo del Philadelphia Tango Festival. En este trabajo los músicos logran desplegar toda la singularidad del amplio universo musical que los caracteriza, en el que conviven los lenguajes del tango, el folklore y la música popular, usando instrumentos clásicos del género tanguero (como el piano, bandoneón, contrabajo y una voz) con las de la trompeta y guitarra eléctrica (que aportan sonidos más cercanos al jazz). Y en este caso también un cuarteto de cuerdas, que utilizan en una versión innovadora de “Tumbas de la gloria”, de Fito Páez. Además de este corte de difusión (que fue el adelanto de este disco), el álbum está conformado por siete composiciones propias y dos tangos clásicos. Pero en ellos las sonoridades del tango se fusionan con el chamamé, el corrido mexicano, el foxtrot, el rock and roll y el pop inglés de los ‘70.

Otra de las particularidades de La inevitable tentación de ir a contramano es la participación de una gran cantidad de invitados e invitadas. Entre ellos se destacan Paula Maffia, “Cucuza” Castiello, Julián Kartún, Santiago Martínez y Juan Barone de El Kuelgue, Los Núñez (Juan Pico Núñez y el Chavo Núñez), el “Tano” Marciello (guitarrista histórico de Almafuerte), Juan Villarreal y Natalia Martínez. El material fue creado y grabado entre 2021 y 2024. “Es nuestro cuarto disco y decidimos hacerlo con tiempo, trabajarlo en detalle y poniéndole todo”, cuenta el guitarrista, productor y compositor Guido Iacoppeti, director de la orquesta, que se completa con la voz de Rodrigo Perelsztein, el piano de Ezequiel Agüero, el contrabajo de Matías D’Amico, el bandoneón de Sofia Calvet y Daniel Mayor en trompeta.

El Sexteto Fantasma presentará su flamante disco el 2 de agosto en el Teatro Margarita Xirgu, en pleno San Telmo.

-¿Este disco muestra la búsqueda que tienen como orquesta?

-En realidad es nuestro tercer disco, porque el que sacamos luego del segundo fue más un compilado de desgrabaciones de orquestas clásicas bailables. Fue como un discos spin off, que lo hicimos para trabajar en las milongas y afuera. Pero nuestro estilo propio lo terminamos de pulir en este disco, creo. El primero, Ventanita de arrabal, de 2014 y Fuego bohemio, que salió en el 2018, fueron las bases. Y pudimos ir más allá. Los tres comparten el arte de tapa, un diseño especial de colección, cada uno con algunas locurillas que hicimos. Por suerte el puntapié inicial vino del festival de tango de Philadelphia, que ayudó a poder dedicarle tiempo. Nos dijeron de presentarlo allá pero no pudimos, fuimos con el pianista con lo que hacemos, C´est Picó duo, en representación, en mayo pasado pero ahora la idea es mostrarlo acá.  Fuimos grabándolo con tiempo y en abril de este año terminamos todo. Son temas nuevos, salvo uno que se llama “Floreal Ruiz”, que yo ya lo había sacado, con el trío Santiago Martínez y Juan Barone de El Kuelgue, que hacemos folklore latinoamericano, con sonido más pop. El tema que canta Paula Maffia también ya lo habíamos sacado con otro grupo de folklore donde el pianista actual, Ezequiel Agüero, era el contrabajista… Un par de temas tenían otras versiones, pero acá le damos una impronta tanguera, pero hasta hay un tango medio beatle, con el que arranca el disco. Es una muestra de nuestras búsquedas. La verdad que en este disco particularmente dimos rienda suelta al costado “buscador” y metimos detalles de chamamé, música mexicana, en un tema tipo corrido, que se llama “Pulguita criolla”. También hicimos un rock milonga con el guitarrista de Almafuerte. El sexteto siempre fue tango clásico con diferentes músicas.

-¿Cómo es el proceso de armado de las canciones y arreglos?

-Somos una orquesta. Trabajamos a través de arreglos escritos en partitura. Somos tres arregladores: Matías D’Amico el contrabajista, el pianista Ezequiel Agüero y yo, que soy el director.  Sobre todo, con Matías encontramos para este disco una fórmula interesante donde él crea algo, yo lo reviso y luego nos juntamos para terminar de dar forma al arreglo. Él es mucho más estudiado, más teórico, está preparado para los ensambles y yo tengo una visión que tiene que ver más con el orden y siempre estoy más en lo melódico, para destacarlo, entonces nos complementamos. Yo “limpio” sus arreglos y él a los míos le mete data. En cuanto a la sonoridad, siempre trabajamos con fusiones. Hemos tocado muchos estilos musicales y somos un ensamble raro. Mi guitarra eléctrica y la trompeta le dan un costado muy de Nueva Orleans, del sur de Estados Unidos, pero somos tango y toda la variedad de sonidos que nos gusta y podemos sumarle.

Guido Iacoppeti director y guitarristas del Sexteto Fantasma.

-¿Cómo eligieron los invitados?

-Natalia Martínez nos acompaña siempre, desde que teníamos nuestra milonga en Almagro. Es amiga. Era ideal además por su forma de cantar. Igual que Julián Kartun, en un tema que se llama “La vida del brujo”un candombe milonguero. Nos conocemos con los del Kuelge, somos del mismo barrio, fuimos a las mismas escuelas, hay una relación y sabíamos que íbamos a hacer algo. A Paula Maffia no la conocíamos, pero nos cruzamos por gente en común. Las Taradas, su banda, tocaba en los mismos lugares y bueno, se dio. La invitamos y pegamos una onda tremenda. Fue un lindo encuentro. Juan Villareal es un hermano y estuvo siempre. Y Cucuza es como un padrino, hizo conocido nuestro tema “Felicidad”, que nos abrió un montón de puertas. Y por último el Tano Marciello, que es un ídolo mío de siempre. Un eximio guitarrista y un gran “fusionador” de estilos también, fue la frutilla del postre.

-¿Cómo surgió la idea de hacer el tema de Fito?

-Siempre nos pareció que era un tangazo. Aprovechamos para sacarnos las ganas de poner cuerdas, que era algo que siempre quisimos y fue lo primero que mostramos de este disco. Aprovechando el cover de un tema nacional que todo amante de la música conoce. Quedo bueno y para toda la gente que no es del palo es un tema que abre caminos. Lo disfrutamos mucho. 

Tapa del nuevo álbum del sexteto.

-¿Sacar  un disco en este contexto es casi un milagro?

-Y sí, el panorama es complejo… Pero por eso hablamos de ir a contramano, a contracorriente. Hacer letras, música nueva, es un desafío que lo hacemos porque amamos hacerlo. En el mundo se abren puertas, pero acá en la Argentina te las cierran. Por originales nos fue bastante bien, pero hay un tope hasta donde podes llegar en nuestro país. Hay mucho chamuyo de la boca para afuera de que lindo el tango, pero después falta difusión, falta público. El trabajo fuerte es afuera, lamentablemente: hay otro trato, otra recepción. La música argentina es muy respetada, buscada y se contrapone con lo que nos pasa acá. Siempre fue trabajar a pulmón para generar artísticamente contenidos, desde acá para que lo puedan consumir afuera. Es difícil, pero siempre apostamos a ir conquistando terrenos, manteniendo la creatividad alerta, activa. Un poco el trabajo es ese: sobrevivir. La verdad que está lleno de milongas y grupos, pero sacar un mango es complejo, hay que remarla fuerte. Pero hay que seguir peleándola. No dejarse vencer.


Sexteto Fantasma

La agrupación presenta La inevitable tentación de ir a contramano. Presentación: 2 de agosto a las 20:30 en el Teatro Margarita Xirgu, Chacabuco 875.