Un documental sobre el último recital de Serú Girán fue publicado hoy en las redes sociales del grupo. «En este 2022 se han cumplido 40 años de los shows de Obras, aquellos en los que Pedro nos dejaba por un tiempo y terminaron por convertirse en las últimas actuaciones de Serú Girán, hasta el River de 1992. Pónganse cómodos, les dejamos una hora y media de pura magia. Con ustedes, No llores por mí, Argentina«, es el texto que acompaña al link que lleva a YouTube.
De poco más de una hora y media de duración, el documental muestra recortes periodísticos de la época del concierto, con testimonios de Gustavo Gauvry, del técnico de grabación Amilcar Gilabert, el técnico de iluminación Juan José Quaranta, el periodista Alfredo Rosso y el coleccionista de recitales Gustavo García. Con dirección de Lautaro Guido Pavia, la narración en off es de Valeria Delgado, y desde luego se incluyen muchos momentos musicales de Serú Girán.
Los recitales del 6 y 7 de marzo de 1982 fueron presentados en el mítico estadio de Avenida Libertador, y quedarían registrados en el disco en vivo No llores por mí, Argentina. Marcaron la despedida temporaria de Pedro Aznar, quien hacia finales del año anterior había sorprendido a Charly García, David Lebón y Oscar Moro, sus compañeros de banda, con el anuncio de que se iba a Estados Unidos para estudiar en la prestigiosa escuela de música de Berklee. El cimbronazo interno que provocó esta sorpresiva decisión derivó en que el grupo ingresara en un estado de incertidumbre sobre su futuro -que para ese momento se presentaba como promisorio, con la firme intención de proyectarse a nivel internacional-, que desembocó en su definitiva solución.
Con cuatro brillantes discos editados (Serú Girán, de 1978; La grasa de las capitales, de 1979; Bicicleta, de 1980; y Peperina, de 1981), el grupo se había posicionado como el más importante de la escena local. En los conciertos en Obras, Serú Girán repasó canciones de sus cuatro discos y mostró muchas composiciones que comenzaban a perfilarse como material para un futuro álbum, como el caso de «No llores por mí, Argentina», «Yo no quiero volverme tan loco» y «Oh, Dios ¿qué puedo hacer?», estas últimas incluidas finalmente en los discos solistas «Yendo de la cama al living», de Charly, y «El tiempo es veloz», de Lebón, respectivamente.
Los conciertos fueron registrados por el ingeniero Gustavo Gauvry y, meses más tarde, se publicó un disco en vivo, con numerosos retoques en estudio, que llevó el nombre de la primera de las nuevas canciones mencionadas y resultó el epitafio del grupo, que volvió a reunirse excepcionalmente en 1992, para tocar en el estadio River Plate y presentar el álbum Serú 92.