En un movimiento sorpresivo, el gobierno nacional declaró la conversión del Banco de la Nación Argentina (BNA) en una sociedad anónima. Lo hizo entre gallos y medianoche, mediante el decreto 116/2025 publicado el pasado jueves a la madrugada en el Boletín Oficial, minutos después de que el vocero presidencial, Manuel Adorni, lo adelantara con un posteo en su cuenta de X.
En sus redes sociales, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, aseguró que la decisión «permite que el banco mejore su transparencia y gobierno corporativo», y agregó que «el decreto también limpia casi todo el estatuto eliminando privilegios (por ejemplo, el Art. 31 que obligaba a que los depósitos judiciales fueran en dicha institución)».
La medida fue tomada por Javier Milei minutos antes de subirse al avión presidencial para viajar a Estados Unidos donde se reunió luego con la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva y su equipo. Hay varias especulaciones sobre el sentido de la medida: es un pedido del FMI para abrir la puerta del BNA a los bancos de inversión en pos de avanzar en una privatización futura, o bien es una cortina de humo para intentar desviar la atención del escándalo de las criptomonedas y al mismo tiempo mostrar que el gobierno está activo. También pueden ser ambas posibilidades a la vez.
La Asociación Bancaria, el sindicato que agrupa a los trabajadores del sector, se declaró a primera hora del jueves «en estado de alerta y movilización» y salió con un durísimo comunicado contra la medida tomada sobre el BNA, a la que consideró “un nuevo y anticonstitucional decreto que transforma en Sociedad Anónima al Banco de la Nación para privatizarlo, desconociendo que el Congreso lo excluyó de esa posibilidad al tratar la Ley de Bases”.
Su secretario General y diputado nacional (UxP), Sergio Palazzo, rechaza de plano la decisión del gobierno y no descarta medidas gremiales para enfrentar esta acción.
–¿Qué opinión podría dar del último decreto presidencial que transforma al Banco Nación en sociedad anónima?
–Los bancarios rechazamos y repudiamos el decreto. El Poder Ejecutivo emite este decreto como primer paso para avanzar en la privatización del Banco Nación cuando el Congreso ya ha rechazado dicha privatización. La intención final de ese decreto es llegar a la privatización porque es un gran negociado vender el BNA. Es un banco que vale 30 mil millones de dólares y seguramente, como con la criptomoneda $LIBRA, Milei planea un negociado que beneficie a su entorno en detrimento de las mayorías. El BNA viene dando sistemáticamente ganancias, este es un punto central para diferenciarlo de otras entidades bancarias. El año pasado dio más de 3 billones de pesos en ganancias, y está obligado por su carta orgánica a remitir el 20% al Tesoro Nacional para solventar los gastos del Estado. No tiene razón de ser privatizado, salvo que se quiera cambiar su fisonomía para hacer algún tipo de negociado. Hablamos del primer banco en Argentina en términos de ganancia, líder en depósitos, líder en créditos, y el que tiene mayor alcance geográfico en el territorio.
–Mucho se especula sobre una maniobra de distracción para ocultar el escándalo de $LIBRA. ¿Compartís esta mirada?
–Sí, creo que además de querer hacerlo por cuestiones ideológicas, y porque ven un negociado más que puedan llevar adelante, también es una bomba de humo para salir del escenario en el que están. Se ha instalado, y fuerte, la idea de que el presidente fue, como mínimo, partícipe necesario de una estafa. Los trabajadores tomaron esta medida sobre el BNA con bronca y con angustia, porque más allá del decreto que lo transforma en sociedad anónima, lo que busca el gobierno en el fondo es la privatización. Y eso, todos sabemos, tiene consecuencias: los trabajadores siempre se quedan sin empleo en las privatizaciones.
–¿No ves posibilidades de que una sociedad de acciones mixtas (estatales y privadas) pueda ser viable?
–Ya existieron experiencias. El Banco Hipotecario es una sociedad mixta con mayoría estatal y la experiencia no ha sido buena. El Hipotecario de hoy no es ni por asomo el que era antes cuando construía viviendas. Por el contrario, es un banco reducido a la nada, muy chico, que opera de vez en cuando con algunas iniciativas como fue el Procrear. El Estado es el accionista mayoritario pero, evidentemente, el control y gerenciamiento lo tiene el capital privado con sus lógicas.
–¿Este decreto implicaría alguna modificación en el desarrollo de la actividad sindical en el banco?
–No altera la forma de ejercicio sindical, ya que la asociación bancaria tiene ámbito de representación sobre todos los bancos de la Argentina, independientemente de la forma jurídica de los mismos.
–¿Evalúan la posibilidad de tomar medidas?
–Sí, en nuestro comunicado del día jueves ya lo dijimos. Vamos a un plan de lucha de menor a mayor. Entre otras cosas, también se nos ha facultado para llevar adelante un paro en el momento oportuno, luego de una serie de acciones previas, por supuesto.
–¿Cómo evaluás el desarrollo del mundo bancario y financiero en este último tiempo? Se habla de mayores niveles de concentración, por ejemplo.
–Claro que hay mayor concentración, las recientes fusiones de bancos grandes en Argentina así lo indican. El Galicia absorbió al HSBC y el Macro absorbió al Banco Itaú. En parte, esa es la tendencia y en parte el impacto tecnológico está modificando el mundo financiero tanto en la forma de atender a los clientes como en las nuevas modalidades a las que mutan los negocios de los bancos. Hoy los portafolios de inversiones de los bancos tienen más ofertas y más variadas que antes y las operaciones muchas veces se realizan online y sin la presencia del cliente en el banco. «