En una extensa jornada en el Senado, los senadores anti derecho al aborto, en especial la senadora radical Silvia Elías de Pérez, pusieron en duda la honestidad de los expositores al cuestionar de manera reiterada el origen del financiamiento para las investigaciones jurídicas, económicas y médicas de quienes fueron a defender el derecho de las mujeres a abortar.

Elías de Pérez ya había acusado a Pedro Cahn, titular de la Fundación Huesped, de recibir fondos de Planned Parenthood. Aunque el médico le explicó que no era así, la senadora católica insistió. Este martes volvió a hacer lo mismo con tres expositores más.

La primera especialista cuestionada fue la investigadora del CONICET Paola Bergallo. “Sus trabajos en casi todos los casos están financiados por alguna ONG vinculada a la Planned Parenthood, que lleva adelante el negocio más gigantesco con el aborto en el mundo, y también con la venta de niños abortados”, advirtió. Bergallo respondió que fue la William and Flora Hewlett Foundation la que financió sus estudios en la Universidad de Stanford y que recibió ayuda del Fondo Nórdico del Banco Mundial, así como del Safe Abortion Action Fund, para realizar investigaciones “en la época en que el Programa de Salud Sexual y Reproductiva aprobado en este Congreso funcionaba hace dos años y no tenía asignación presupuestaria”.

La académica aprovechó para recordar la falta de interpelación al Ministerio de Educación por esa mora. “Lo que hice con los fondos a los que postulé con competencias abiertas, anunciadas, cuyos registros están todos online, fue hacer el trabajo que el Estado argentino no hacía”, reprochó. “Como investigadora del CONICET, para ser admitida tengo que llenar unos formularios donde reporto toda mi actividad y todo mi financiamiento”, explicó Bergallo.

A continuación habló el abogado Diego Morales del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), quien sostuvo que “tanto en las normas de Chile y de Colombia, no existe la objeción de conciencia institucional. Por eso la ley la excluye. No se puede trasladar las creencias de los asociados a las instituciones”.

Elías de Pérez también cuestionó a Morales por el financiamiento del CELS, quien tuvo que explicarle a la legisladora que no reciben dinero de esa Planned Parenthood, la ONG que tiene origen en Estados Unidos y que se dedica a promover los derechos reproductivos y sexuales de las mujeres.

La exposición más potente y clara fue la de la senadora mandato cumplido, María Eugenia Estenssoro. La ex legisladora recordó que, en la última Asamblea Legislativa del 1 de marzo, el Presidente Mauricio Macri dijo que “hace 35 años que venimos postergando un debate muy sensible”, Estenssoro consideró que “Macri pronunció en el recinto la palabra prohibida: aborto. Y está pagando las consecuencias en la guerra pública que le está llevando adelante la Iglesia Católica”. La ex senadora reconoció que su discurso era muy político porque “el debate ya ingresó en su etapa política”.

La escritora también criticó el adoctrinamiento que se realiza en las escuelas católicas en este contexto. “La escuela católica se opone a la educación sexual. Cuando era legisladora porteña y aprobamos la ley de educación sexual teníamos que escuchar cosas que parecían del Medioevo”. “

“He hecho retiros católicos hermosos, pero la actitud de la Iglesia me tiene estupefacta. No lo puedo creer el fanatismos militante por el embrión y casi el desprecio por las víctimas de violación”, dijo en referencia a los dichos de la vicepresidenta Gabriela Michetti quien había asegurado que las mujeres violadas tienen que continuar con la gestación.

“Francisco ha condenado a los curas abusadores, pero no hemos visto marchas convocando a los abusados. Tras la denuncia Julio César Grassi en 2002, 62 curas fueron procesados, pero sólo tres fueron excomulgados y no los llamaron nazis ni en los pulpitos los domingos no se condena como nazis. La iglesia no ha hecho investigaciones.”, observó. “No entiendo esa militancia por el embrión salvo porque se discute la liberad de las mujeres argentinas para decidir cómo queremos vivir y cuántos hijos podemos tener al mundo sin tutela de los varones”.

Luego de Estenssoro hizo uso de la palabra el periodista Mariano Obarrio. Criticó la media sanción porque “legaliza el aborto y lo convierte en algo gratuito”. Consideró que “la ley incentiva a realizar más abortos y que penaliza a los médicos que la obstruyen”. Al referirse al proyecto en debate consideró que “el aborto pasa a ser una práctica fomentada por el Estado”.

El periodista dijo tener “la primicia” de que el gobierno nacional va a legislar sobre el aborto por violación en el nuevo código penal que estaría elaborando una comisión del ministerio de Justicia que conduce Germán Garavano, y que reproduciría “el fallo FAL”, emitido por la Corte Suprema.

La abogada Nelly Minyersky, integrante de la Comisión Redactora del Código Civil fue la octava oradora. La expositora habló de la Constitucionalidad de la media sanción, de la Convención de los Derechos del Niño y de los tratados internacionales incorporados a la Constitución Nacional. Consideró que “cuando se plantea hablar de ampliación de derechos del núcleo familiar se presentan muchos temores, muchos miedos porque siempre aparece en estas temáticas, el tema de la mujer”. Criticó a quienes “consideran que hay dos vidas, porque un hijo no es algo vanal que podemos dar en adopción. No podemos imponer a la gente que cambie su vida”, Desafió a los senadores a “buscar si en algún tratado internacional incorporado a la Constitución hay algún artículo que hable del derecho al feto”.

La jurista concluyó diciendo que “el aborto siempre fue considerado un tema de la bioética” y que la ley contempla los tres principios de la bioética: “la autonomía, la beneficencia entendida que no está haciendo el mal y la justicia”. En ese punto reivindicó que el proyecto en debate destaca “el derecho a la Salud”.