Cuatro mujeres fueron liberadas en la mañana del jueves, tras haber sido detenidas durante la represión en la noche del miércoles por parte efectivos de fuerzas de seguridad, en inmediaciones del Congreso nacional, mientras se debatía la Ley Ómnibus en la Cámara de Diputados.
Fuentes policiales consignaron que también hay otros hombres detenidos por los incidentes que aún no recuperaron la libertad, y se encuentran alojados en la Alcaidía de la Superintendencia de la Policía Federal, ubicada en Madariaga y General Paz, en el barrio porteño de Villa Lugano
Una de las liberadas hoy es Ivana Bunge, militante de la UCR, quien fue aprehendida junto a otras tres mujeres por efectivos de la Policía Federal cuando, según denunciaron, se encontraban cantando el Himno Nacional en una de las calles adyacentes al Congreso.
A todos se les imputa el delito de “flagrancia” como parte de una causa en la que interviene el fiscal porteño, Mariano Camblog.
Según testigos, las cuatro mujeres participaban de la protesta contra la iniciativa que había comenzado desde horas de la tarde.
«Había un grupo de chicas cantando el Himno, las golpearon, se las llevaron y no dejaron que nos subiéramos (al móvil policial) para preservar su integridad», denunció ante la prensa Eduardo Toniolli, diputado de Unión por la Patria (UxP).
«Hay que preservar la integridad física de las personas que no hicieron nada. Es una detención ilegal», sostuvo anoche el legislador.
Por su parte, el titular del comité nacional de la UCR, el senador nacional Martín Lousteau, se hizo eco de estas detenciones y le reclamó al Gobierno nacional, responsable del operativo, que diera información sobre el hecho
Esta mañana, el titular de la Juventud Radical, Agustín Rombolá confirmó que las mujeres estaban próximas a recuperar la libertad.
En tanto, la diputada nacional por la provincia de Buenos Aires (Evolución) Danya Tavela calificó como «muy grave» la detención de los manifestantes.
«Fue muy grave la detención, ya estamos exagerando cualquier tipo de debate», sostuvo la legisladora esta mañana en declaraciones a El Destape Radio.
La diputada destacó que la gravedad está dada además porque «se produce en el marco del tratamiento de la ley Bases que busca criminalizar la protesta».
Desde el Ministerio de Seguridad se indicó que la policía actuó bajo instrucción de hacer cumplir el protocolo de orden público que prohíbe los cortes de calle durante las protestas.
El avance sobre los manifestantes de los uniformados, incluso con carros hidrantes, se produjo en dos etapas en las últimas horas de la tarde.
En estos operativos hubo un detenido, un ciudadano chileno de unos 30 años, según informaron fuentes policiales.
Pese a las órdenes que recibieron las fuerzas de seguridad de desalojar las calles adyacentes al edificio parlamentario, las arterias quedaron igualmente ocupadas tanto por los efectivos como por los manifestantes.
Inicialmente hubo un avance de gendarmes y policías sobre la multitud y se registraron escaramuzas entre ambos sectores en la pugna por los espacios, pero luego los ánimos se calmaron en medio de la movilización que se sostenía en una tarde en la que la temperatura superaba los 35 grados.
Los activistas denunciaron ante la prensa haber recibido «palazos» y «gases» por parte de las fuerzas de seguridad.
Pero poco después, con la llegada de los prefectos, se reavivó la tensión y hubo un nuevo enfrentamiento en el que el líder del Polo Obrero, Eduardo Belliboni, cayó y estuvo inerte en el asfalto durante varios minutos, hasta que se recuperó.
La diputada del FIT Myriam Bregman, al enterarse del accionar de las fuerzas de seguridad, salió del recinto y se acercó a la protesta para señalar ante las cámaras de televisión que «Patricia Bullrich está montando un show para justificar la ley. Lo quieren tapar con esto».
«Es lamentable que tantos sectores se presten a este mamarracho de Bullrich, provocar y provocar. Montó una provocación afuera», apuntó Bregman, y añadió que la ministra «quiere ver palos, sangre y represión».
El operativo de seguridad incluyó un vallado metálico en todas las veredas del edificio del Congreso y numerosos efectivos y carros de asalto, camiones hidrantes, motos y camionetas y micros de las fuerzas de seguridad en calles y avenidas adyacentes.