Luego de 20 meses de intensos acercamientos diplomáticos, comerciales y en materia de seguridad, el presidente Mauricio Macri recibirá la visita del primer ministro del Estado de Israel Benjamín Netanyahu, quien también aprovechará su estadía de 48 horas en Buenos Aires para reunirse con el mandatario paraguayo Horacio Cartés. La visita del jefe de Estado, líder conservador de su país, tendrá un blindaje policial similar al que atravesó la ciudad hace tres semanas, durante la visita del vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence. Esta vez, parte de la capital será sitiada para salvaguardar a una comitiva privada con 30 empresarios, que participarán de distintas negociaciones y de acuerdos bilaterales, promovidos y auspiciados por la Cancillería y la Cámara de Comercio Argentino-Israelí, presidida por el empresario Mario Montoto, cuya especialidad es la provisión de armamento y tecnología militar y de seguridad israelí.
El mandatario llegará mañana, para protagonizar dos importantes actos en la Plaza de la Memoria Embajada de Israel, ubicada en Arroyo y Suipacha, y en la sede de la AMIA, Pasteur 633, donde ofrecerá homenaje a las víctimas de los atentados que volaron ambos lugares y dejaron un centenar de muertos en 1992 y 1994. La cita con Macri se concretará el martes al mediodía y luego disertará ante empresarios en el Hotel Alvear.
En la Casa Rosada destacaron la visita como «un paso histórico en la relación con Israel, para encontrar una inflexión y terminar con una historia signada por graves errores políticos», en referencia a dos temas centrales: el aprovechamiento comercial del acuerdo firmado en 2007 entre Israel y el Mercosur, que rige desde 2011; y un realineamiento político para conjurar las implicancias del Memorándum de entendimiento que la expresidenta Cristina Fernández promovió con Irán, para obtener los testimonios de los funcionarios de ese país señalados por la Justicia en la investigación por el atentado contra la AMIA el 18 de julio de 1994. Han pasado 23 años desde entonces y durante el último aniversario del atentado, el jefe de Gabinete Marcos Peña repitió en público el compromiso que ofrendó Macri respecto al caso. «Mantendremos la máxima transparencia, colaboración y decisión política para que el Estado argentino desande estos años de impunidad y ayude a la Justicia a completar los procesos de la investigación y de los juicios», que indagan el caso AMIA, y el ataque contra la Embajada de Israel. Fueron señales coincidentes con los pedidos que hizo cuatro meses antes la diplomacia israelí, a través del presidente del Congreso Judío Mundial Ronald S. Lauder, que habló desde Nueva York durante la conmemoración. «El presidente Mauricio Macri y su gobierno han expresado un fuerte compromiso para llevar a estos terroristas ante la Justicia. Tenemos fe en su palabra y observamos que Argentina cumpla sus promesas. Todavía estamos esperando que se haga justicia con el caso Nisman. Es vital que la Argentina trate estos tres crímenes con la importancia que merecen», disparó Lauder, mientras pedía «tomar acciones concretas para poner fin al flagelo del terrorismo patrocinado por Irán».
Entre los gestos que Macri buscará capitalizar ante el mandatario israelí, está el pedido de indagatoria para CFK y el excanciller Héctor Timerman como sospechosos en la investigación por encubrimiento de Irán en el atentado a la AMIA, que continúa con la denuncia que hizo Nisman antes de su muerte en 2015.
En ese marco político se han desarrollado las «nuevas» relaciones entre Buenos Aires y Tel Aviv desde diciembre de 2015. La agenda «antiterrorista», incluye reformas legales promovidas por expertos israelíes que ya fueron expuestas en un seminario organizado por la Cancillería y la embajada israelí. Uno de lo puntos tratados, tiene que ver con «la aplicación de ciertas medidas de coerción excepcionales, como las incomunicaciones y los arrestos preventivos», según sostuvo Eduardo Casal, procurador fiscal ante la Corte, uno de los asistentes a ese encuentro.