Con un video que contó con la presencia estelar del futbolista francés Zinedine Zidane, comenzó la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París 2024. Tras el fin del video con el campeón del mundo de la edición de 1998, la fiesta siguió en el río Sena donde se largaron bombas de humo que formaron la bandera de Francia en uno de los puentes.

Los Minions, aquellos simpáticos personajes de la saga de películas de «Mi villano favorito», causaron furor al aparecer junto a la Mona Lisa en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París 2024.

Los personajes amarillos, que saltaron a la fama por ser los asistentes de Gru, el protagonista de «Mi villano favorito», protagonizaron un video de poco más de dos minutos en el que realizan diversos deportes en un submarino y roban a la Mona Lisa, el cuadro más famoso del mundo que fue realizado por Leonardo Da Vinci a principios del Siglo XVI.

Finalmente, el submarino termina inundándose y explota (tranquilos, todos los Minions terminaron con vida) y la Gioconda, aquella obra de arte llena de misterios incluso medio milenio después de su creación, flota hasta la superficie del Río Sena.

La cuestión política en los Juegos Olímpicos

Una imagen conmovedora fue protagonizada por la delegación argelina. Los deportistas tiraron flores en el Río Sena, donde «los franceses arrojaron cientos de cadáveres de argelinos que protestaban por la independencia de su territorio, en lo que se conoce como la Masacre de París de 1961», recogió el periodista Nahuel Lanzón.

En el mismo sentido, la delegación de Níger hizo el saludo militar, en apoyo al gobierno del general Abdourahamane Tchiani, quien hace poco encabezó un golpe de Estado que expulsó a los colonos franceses del territorio.

En tanto, el abanderado palestino, el boxeador Waseem Abu Sal, lució una camisa con un diseño de misiles que caen sobre un niño que juega al fútbol.

La ceremonia no dejó de sorprender y emocionar a los asistentes, y una de las apariciones más impactantes fue la de la reina consorte de Francia hasta 1793, María Antonieta. Esta histórica figura, quien fue decapitada en la guillotina, apareció en la ceremonia sosteniendo su propia cabeza mientras en el fondo se mostraba la palabra «libertad», evocando el lema de Francia: «Libertad, Fraternidad e Igualdad». Este acto fue precedido por la representación del célebre cuadro «La libertad guiando al pueblo» de Eugene Delacroix, acompañado por la música de la banda de punk Gojira.

Además, se rindió homenaje a un grupo de mujeres que son consideradas heroínas en la historia de Francia. Entre ellas, destacaron figuras como Olympe de Gouges, Alice Milliat, Gisèle Halimi, Simone de Beauvoir, Paulette Nardal, Jeanne Barret, Louise Michel, Christine de Pizan, Alice Guy y Simone Veil. Estas mujeres fueron homenajeadas por sus contribuciones significativas en diversos campos, desde el deporte hasta la filosofía y la política. Durante este emotivo tributo, una mujer interpretó «La Marsellesa», el himno nacional francés.

Música y show

La noche continuó con la participación de Aya Nakamura, la popular cantante francesa, quien deslumbró al público con su interpretación de «Djadja» con 6 bailarinas. Su puesta en escena, completamente dorada, incluyó a tres bailarinas y una banda militar francesa que acompañó los coros, añadiendo un toque especial a su performance.

La histórica Catedral de Notre Dame fue también homenajeada durante la ceremonia. Con emotiva música de fondo y una gran actuación de varios bailarines, se recordó el incendio de 2019 que destruyó gran parte de la estructura. La catedral, construida entre 1163 y 1345, fue un símbolo de la resiliencia y la perseverancia de París. Durante esta parte de la ceremonia, un esgrimista enmascarado transportó la antorcha olímpica por diversas partes de París, mientras se mostraba la preparación de las medallas de oro, plata y bronce que se entregarán en las distintas disciplinas

Lady Gaga, una de las estrellas más esperadas de la noche, realizó una performance al estilo parisino. La artista ingresó con varios bailarines y un vestuario adornado con plumas blancas y negras. Además, se lució tocando el piano y cantando el clásico «Mon truc en plume» de Zizi Jeanmaire. La actuación de Gaga fue uno de los puntos culminantes de la noche.

Aya Nakamura volvió a brillar junto a la orquesta de la Guardia Republicana Francesa y 36 coristas del ejército francés, interpretando éxitos como «Pookie» y «La Bohème» de Charles Aznavour en el Pont des Arts.La actuación fue un recordatorio del legado de Aznavour, uno de los cantantes más queridos y respetados de Francia.

La noche cerró con la impresionante interpretación de «Imagine» de John Lennon por Sofian Pamart en el piano y la cantante Juliette Armanet. La elección de «Imagine», fue especialmente significativa en el contexto de los Juegos Olímpicos, que buscan promover estos valores a nivel global.

El desfile de las delegaciones fue un espectáculo en sí mismo, con cada país representado por sus mejores atletas,y ondeando sus banderas con orgullo. Las embarcaciones, decoradas con motivos nacionales navegaban lentamente por el Sena. Los espectadores a lo largo de las orillas del río aplaudían y vitoreaban.

La última embarcación, la de la delegación anfitriona, Francia, fue la culminación perfecta para el desfile. Los atletas franceses, encabezados por figuras prominentes del deporte nacional, hicieron su entrada de manera majestuosa. La embarcación, decorada con los colores de la bandera francesa, navegó lentamente por el Sena mientras los atletas saludaban y lanzaban besos al público.

Foto: Jeux Olympiques

Las palabras del presidente del COI

El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, también ofreció un discurso durante la ceremonia inaugural. «Qué mejor que París para compartir con el mundo la magia de los Juegos Olímpicos», declaró Bach, destacando la importancia de la ciudad como sede de este evento global. Agradeció a los miles de voluntarios por su compromiso y dedicación, y subrayó el papel esencial que juegan en hacer posible los Juegos. Por su parte, Tony Estanguet, presidente de París 2024, expresó su orgullo por traer los Juegos de vuelta a París después de 100 años.

Estanguet, exatleta y triple medallista de oro en piragüismo, compartió su entusiasmo por el evento y la emoción de ver a París brillar en el escenario mundial. «Es un gran honor dar la bienvenida después de 100 años. La última vez que hicimos los Juegos Olímpicos fue en 1924. Sin dudas, es una gran responsabilidad poder llevar este tipo de legado. Por eso hemos puesto nuestros corazones en todo esto. Amamos los Juegos y el esfuerzo de tanta gente alrededor suyo», dijo Estanguet.

La culminación del desfile fue el esperado encendido del pebetero olímpico. La llama olímpica, símbolo de paz y fraternidad, recorrió diversos puntos icónicos de París antes de llegar a su destino final. En un momento cargado de simbolismo, el último relevista, el legendario tenista Rafael Nadal, recibió la llama de manos de Zinedine Zidane.

Rafael Nadal no estuvo solo en este histórico momento. Acompañado por tres «superlégendes» del deporte, el grupo conformado por Carl Lewis, Serena Williams y Nadia Comăneci se unió a él en el bote que transportaba la llama olímpica por el Sena.

Cuando llegaron a tierra los últimos relevistas tomaron la antorcha para llevarla hasta el pebetero final. Entre ellos estaban Amélie Mauresmo, Tony Parker y Mickaël Guigou, quienes formaron parte de un grupo de corredores que se fue agrandando a medida que se acercaban al Jardín de las Tullerías, donde se encontraba el pebetero. La emoción aumentaba con cada paso, y el público seguía con atención cada movimiento.

Foto: Jeux Olympiques

La antorcha convertida en globo y el cierre con Celine Dion

Finalmente, el campeón olímpico más veterano de Francia, desde su silla de ruedas, encendió la llama de los dos últimos relevistas: Teddy Riner y Marie-José Pérec. Riner, el destacado judoca, y Pérec, la velocista legendaria, juntos encendieron la vasija olímpica, la cual se elevó majestuosamente en el cielo de París. Este momento fue recibido con una ovación ensordecedora del público, que celebraba el inicio oficial de los Juegos Olímpicos.

La mundialmente famosa cantante Céline Dion, quien no se había presentado en vivo desde hacía cuatro años debido a problemas de salud, apareció en el primer nivel de la Torre Eiffel. Interpretando «L’hymne à l’amour», de Edith Piaf. La combinación de su poderosa voz y el icónico telón de fondo de la Torre Eiffel creó un cierre inolvidable para la ceremonia inaugural. Los espectadores se conmovieron profundamente, aplaudiendo y vitoreando mientras Celine Dion cantaba.