Cientos de medios autogestivos y comunitarios, nativos digitales, radios y canales de TV, sindicatos y universidades de todo el país coinciden en el análisis: la diversidad y el pluralismo son claves para corregir las desigualdades en la concentración del sistema mediático. Pero no se quedaron en el diagnóstico, sino que cooperaron para construir una política pública que equilibre las inequidades. La síntesis es el proyecto de Ley de Fomento al Pluralismo y la Diversidad Informativa, que terminó de elaborarse en la pandemia. Este lunes a las 11 fue presentado en público para promover su llegada al Congreso tras recibir aportes de distintos espacios. “Establece asignación de recursos directos o indirectos a determinados emprendimientos que presten servicios periodísticos, de noticias o informativo, por cualquier soporte”, dice el primer artículo de la iniciativa que contribuye a la sostenibilidad de los medios pequeños y sin fines de lucro.
«De modo inédito, intenta reparar situaciones de asimetría e injusticia tributaria que sufren algunos medios hace mucho tiempo», explica Damián Loreti, abogado y doctor en Comunicación. Entre los mecanismos de promoción indirecta se establece la posibilidad de descargar el crédito fiscal en otros compromisos, habilitar a los medios pequeños a recibir aportes y donaciones deducibles del Impuesto a las Ganancias y tarifas sociales en energía, telefonía e Internet. “El otro andamiaje inédito es la creación de un fomento de la pluralidad y la diversidad con impuestas ya existentes para contribuir al fortalecimiento de un nuevo paisaje, más equilibrado y con menor déficit estructural”, agrega el candidato a la relatoría especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Según la propuesta, el fondo se alimentará con cinco puntos del IVA que la AFIP ya recauda por los servicios digitales de prestadores extranjeros como Netflix, Spotify o Facebook.
El Ciudadano, empresa recuperada de Rosario que acaba de presentar su modelo de suscripciones, acompaña el proyecto junto a varios diarios de todo el país. “Hoy el mapa de medios está cambiando y esta es una mirada a futuro para pensar cómo podemos ser sustentables”, dice Silvina Tamous, jefa de redacción de la cooperativa con más de 60 integrantes.
“Como feministas, propusimos que haya incentivo y un fomento a la inclusión de más mujeres y diversidad de género también hacia el interior de los medios beneficiarios”, agrega Agustina Paz Frontera, directora de Latfem.
“Este proyecto que presentamos es un aporte a la democracia en escala micro: de abajo para arriba y de la periferia al centro. Multiplicar voces es la tarea”, sostiene el diputado Pablo Carro (FdT), presidente de la Comisión de Comunicaciones. “Con muy pocos recursos se lograrán sensibles resultados. Soy optimista en que legisladores de distintos espacios contribuirán al consenso para esta ley creativa, necesaria y oportuna”, evalúa.
La Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren) es otro de los espacios que motoriza el proyecto: «Nos sumamos –dice Carla Gaudensi, su secretaria general– porque es importante no sólo darle un carácter federal, sino ligarlo a las problemáticas de las y los trabajadores. Nuestra sugerencia fue que tenga como destinatarios a quienes eligen la autogestión para vivir de lo que saben: producir y comunicar información».
Las universidades también sumaron su mirada para responder a las urgencias y necesidades del sector. “Si el sistema comunicacional no se orienta a la diversidad y al pluralismo, prevalecen los procesos de concentración, dificultando la expresión de diversidad de actores, intereses, proyectos y demandas de una sociedad”, define Larisa Kejval, directora de la carrera de Comunicación de la UBA.
“Le estamos pidiendo un esfuerzo al Estado y es justo que así sea, porque en el origen del problema de la concentración mediática está el Estado”, resume Francisco Scarzella, de FM La Patriada. «