El 8 y 9 de junio de 2025 se realizará en Italia un referéndum abrogativo que, entre otros puntos, busca derogar gran parte de la Ley de Empleo aprobada en 2015, bajo el gobierno de Matteo Renzi.

La norma avanzó sobre conquistas de la clase obrera italiana, flexibilizando las relaciones laborales. Sin embargo, el 26 de marzo de 2024 la asamblea general de una de las principales centrales obreras italianas, la CGIL, resolvió impulsar una recolección de firmas para hacer uso del derecho constitucional del referéndum, con el propósito de derogar puntos clave de esa legislación, así como normas restrictivas para el acceso a la ciudadanía.

La organización sindical, con el acompañamiento de algunos partidos políticos de la oposición y otras entidades sindicales, pudo superar largamente el requisito de 500 mil firmas que establece la legislación local, alcanzando más de 5 millones de voluntades para que la propuesta sea considerada.

La participación ciudadana necesita alcanzar un quórum con, al menos, la mitad de los electores que pueden votar en el país y en todo el mundo y, sobre ellos, obtener una mayoría.

Filippo Ciavaglia, responsable de asuntos externos de la CGIL, estuvo en la Argentina para difundir la iniciativa, lograr el apoyo de la Confederación General del Trabajo (CGT) con una delegación con la que se entrevistó y convocar a los ciudadanos italianos residentes en el país para que sumen sus votos.

El dirigente asegura que necesitan el apoyo del mundo para, a su vez, hacer un aporte al movimiento obrero internacional demostrando que se pueden revertir las políticas flexibilizadoras. Originario de la provincia de Umbria, actualmente reside en Roma. La entrevista realizada en Buenos Aires se produjo horas después de haberse conocido el deceso del Papa Francisco.

-¿Cómo le afectó la noticia de la muerte del Papa? Porque, vive en Roma, es dirigente sindical de la CGIL y él era un Papa bastante peculiar.

-Gracias a la relación con Maurizio Landini (secretario general de la CGIL), organizamos una cita con el Papa Francisco. El Santo Padre nos recibió en un encuentro muy emotivo. Coincidió con nuestro trabajo diario; es decir, el de participar y tratar de sensibilizar a Italia, Europa y el mundo sobre un tema fundamental para nosotros que es la paz. El Papa Francisco ha dedicado gran parte de su carrera a asegurar que haya un camino cada vez más abierto hacia la paz en el mundo. Hemos sufrido la pérdida de una guía en ese camino, que se hace cada vez más necesario. Personalmente, tengo una condición particular: vengo de la región de Umbría, donde se encuentra Asís y de donde proviene San Francisco de Asís. Tengo un hijo que se llama Francesco.

"Se hace necesario un reequilibrio en el mundo, desde un punto de vista económico, social y legal"
El dirigente se reunió en la CGT con líderes sindicales locales como Sergio Palazzo y Vanesa Siley.

-¿Cómo sería esta contrarreforma laboral que promueven?

-Como organización sindical hemos propuesto una vía constitucional; es decir, una recogida de firmas para promover cambios en algunas leyes. Juntamos 5 millones de firmas para celebrar un referéndum, cuando, en Italia se necesitan 500 mil. Hemos propuesto esta vía porque los demás instrumentos para modificar aspectos de la legislación laboral y la relativa a la ciudadanía, no han recibido respuesta del gobierno en Italia. El Tribunal de Casación lo ha reconocido y ha dicho: «Sí, el referéndum debe celebrarse». Todos los ciudadanos italianos, tanto en Italia como en el extranjero, pueden ser convocados a expresar su opinión sobre el referéndum los días 8 y 9 de junio. Quienes residan en Argentina, pero sean ciudadanos italianos, también podrán hacerlo desde el 15 de mayo hasta los primeros días de junio. Sabemos de la gran inmigración.

Existe otra Italia, unos 60 millones de ciudadanos que se encuentran fuera de nuestras fronteras, y esto, en nuestra opinión, debe recibir la máxima atención. Decidimos que la atención no solo debía dirigirse al contexto nacional de los italianos residentes en Italia. Debíamos prestar la máxima atención, con las herramientas y condiciones que tenemos, también a los italianos en el extranjero. Comencé esta gira en Bruselas, desde Bois-de-Gaulle que es un lugar simbólico de la gran inmigración de posguerra. Ese camino me ha traído a Sudamérica. A Argentina, Chile, Uruguay, Brasil y, por supuesto, también a Norteamérica. No fue una inmigración porque por la mañana se despertaron y dijeron «vámonos de vacaciones». En Brasil, Argentina y Canadá, existía una necesidad. El sufrimiento de quienes dejaron su tierra natal para ir a tierras desconocidas fue muy grande. Hicieron un bien a los países que los acogieron, pero también hicieron un bien a nuestro país, recuperando la conexión entre el lugar donde viven hoy y el que vivieron ayer.

-¿Sobre qué se les llamará a votar?

-Proponemos cuatro referendums sobre el trabajo y uno sobre la ciudadanía. En Italia hoy existe una enorme precariedad laboral. Hay 150 mil jóvenes que abandonan Italia porque no encuentran trabajo ni futuro. En Italia hoy tres personas mueren cada día en su lugar de trabajo. Unas mil personas al año, además de entre 500 y 700 accidentes y enfermedades graves. En Italia no en un país perdido de África, con todo respeto por los africanos. El primer punto es porque, en Italia, desde 2015 existe una ley, llamada Ley de Empleo, que establece que todos los trabajadores que llegaron después de 2015, si son despedidos, pueden apelar ante el jue pero, si el juez falla a favor del trabajador, este no puede ser reincorporado al trabajo. Podría recibir, si todo sale bien, a lo sumo una compensación económica. Esto afecta a 3 millones y medio de trabajadores y es muy injusto. Si el juez falla a mi favor porque fui despedido injustamente, debo poder elegir si quiero condiciones económicas o volver al trabajo.

-¿El segundo punto de qué se trata?

-Se refiere a las protecciones que pueden ofrecer, por ejemplo, las pequeñas empresas. Aquí también están involucrados casi 3 millones de trabajadores. Hoy, en caso de despido, en pequeñas empresas, la compensación máxima, si el juez falla a favor, es el equivalente a seis meses de salario. Decimos que debería depender de cuánto tiempo lleva trabajando el empleado. Si votamos que sí, se eliminará esta norma y se volverá a dar al trabajador la posibilidad de elegir la condición económica negociada. La tercera, está referida a que hoy en día existe el trabajo precario, un contrato temporal de uno, dos o tres días. ¿Por qué es posible? No exigen cláusulas que identifiquen que se trata de un trabajo de temporada. Existe una precariedad que se ha convertido en una vorágine y las empresas se están aprovechando de ella. Llaman al trabajador por un día y luego lo envían a casa. No se puede construir el futuro con una condición como esta.

– ¿Y la última?

-La cuarta es particularmente importante porque la vida de las personas depende de ella. Tres trabajadores mueren cada día en Italia. Analizamos las causas en detalle y vimos lo que sucede. Dos millones y medio de trabajadores lo hacen en cadenas de suministro. La multinacional gana un contrato, pero luego no realiza el trabajo, sino que se lo asigna a otra empresa, que a su vez lo asigna a otra y así hasta la última cadena de suministro que desconoce cuál es el trabajo exacto que debe realizarse y el trabajador sufre accidentes y fallece en el trabajo. ¿Qué ocurre entonces? El trabajador no recibe compensación porque nadie es responsable de sus ingresos. El referéndum introduce la responsabilidad directa de toda la cadena de suministro y del sistema.

Aquí en Argentina anularon la llamada “responsabilidad solidaria” hace aproximadamente un año. ¿Desde cuándo existe toda esta legislación antiobrera en Italia? En Argentina, están implementando lo que llamamos una contrarreforma laboral. Si fuera posible ganar este referéndum en el marco de un Gobierno de derecha y en un mundo que aparenta ir hacia la derecha, sería un giro de 180 grados.

-Este referéndum tiene ese valor para nosotros. El esfuerzo que estamos realizando es pedir la solidaridad a todos. A otras organizaciones sindicales del mundo, como parte de la Unión Europea, la CSE, el sindicato mundial. La CGIL es una organización bastante importante en el marco nacional, europeo e internacional. Quizás no cambie la normativa en Italia ni logremos la garantía de seguridad laboral pero podamos impulsar el marco europeo e internacional para que esto se convierta en un elemento central para todos. Es cierto que actúa directamente sobre la legislación italiana, pero tiene consecuencias en la relación sindical política e institucional en el marco europeo e internacional. Puede promover el debate político e institucional en otros países. También puede apoyar la acción sindical que se pueda implementar aquí en Argentina. Buscamos ayuda del mundo, pero también intentamos enviar un mensaje al mundo.

-¿Qué piensan las demás centrales sindicales en Italia y qué harán?

-Se necesitaban 5 millones de firmas, y quizás eso explique por qué ningún partido en Italia apoyó esto en el Parlamento. En Italia, tenemos tres grandes organizaciones que, por naturaleza, siempre han existido. La primera es la CGL. En la década de 1950 se formaron la CGIL y la UIL que emitió un mensaje claro de apoyo al referéndum pero de una manera particular: una sobre seguridad y otra sobre precariedad. La CISL es un poco más fría, digamos, pero no creo que se oponga a esta acción. En cuanto al escenario político, los partidos de centroizquierda, ahora en la oposición al gobierno, desde el Partido Demócrata, hasta Verde-sinistra, Cinque Stelle, Europa+, etc., comparten el proyecto y también participaron en la juntada de firmas. Algunos más, otros menos, como suele ocurrir, pero digamos, hay un intercambio y un apoyo.

-¿Por qué no se ha hecho nada a través del Parlamento y decidieron tomar este camino?

-Porque en el Parlamento gobierna otra composición que es la contraria a nuestro razonamiento. Este Gobierno ha promulgado un decreto de seguridad que castiga a todos aquellos que se manifiesten por haber perdido sus empleos. Estamos luchando contra ello. Este Gobierno promulgó de la noche a la mañana un decreto sobre la ciudadanía que ya no permite a nuestros compatriotas de origen italiano solicitar la ciudadanía, a menos que su padre o abuelos sean italianos. Mi viaje también tiene como objetivo sensibilizar aún más a la red diplomática, consulados y embajadas, para que haya información correcta de que se está celebrando un referéndum constitucional en Italia y, por lo tanto, es justo que estemos informados.

-¿Cómo fue la reunión con la CGT?

-Además de hablar sobre el problema que usted mencionó y que ya están experimentando, también fue una oportunidad para comprender cómo nos hemos movido y cómo pretenden moverse ellos. Pedimos dos cosas muy sencillas, pero muy importantes y que requieren un gran esfuerzo. La primera fue compartir el análisis del contexto institucional, social y económico que tenemos en Italia, en Europa y en el resto del mundo. Las condiciones y los equilibrios del mundo están cambiando: guerras y problemas económicos y sociales. Algunos quieren comprar un estado y otros quieren venderlo. Estamos presenciando condiciones bastante anormales. Tenemos pocos multimillonarios cada vez más millonarios y la pobreza aumenta sin justificación alguna. Se hace necesario un reequilibrio en el mundo desde un punto de vista económico, social y legal. Luego les pedimos por supuesto que puedan comunicar a todos sus afiliados por correo electrónico, mediante reuniones y todas las herramientas posibles que en Italia se hace este referéndum con estas características que no solo afectan a nuestro país. Es una forma de comunicación muy importante que no podremos llevar a cabo si no contamos con el apoyo de estas grandes organizaciones del resto del mundo. Existe una excelente relación entre las organizaciones. Comparten nuestra lucha por los derechos y la libertad y trabajarán para una comunicación generalizada para que todos los ciudadanos ítalo-argentinos que pueden y tienen derecho a votar, tengan acceso a la información correcta. Hablamos sobre la tendencia a la liberalización y al empobrecimiento que existe en la Argentina y el intento de afectar las negociaciones colectivas y de los contratos en materia de seguridad y precariedad.

"Se hace necesario un reequilibrio en el mundo, desde un punto de vista económico, social y legal"
Son cinco los puntos que se pondrán a consideración entre los ciudadanos italianos en todo el mundo.

– Señalas que el mundo está en un momento realmente difícil. La guerra comercial promovida por Trump; la guerra en Ucrania y cómo Estados Unidos le ha soltado la mano a Europa occidental. ¿Cómo se posicionan ante esta crisis mundial? ¿Qué creen que deberíamos hacer los trabajadores?

Una revolución. Pacífica, por supuesto, pero en definitiva hace falta una revolución. Existe una creciente necesidad de convergencia entre las estructuras del ámbito europeo e internacional para compartir algunos temas que están surgiendo no solo en términos de cantidad, digamos, sino también de velocidad. Estamos presenciando un cambio tan repentino que las condiciones que conocíamos hasta ayer, incluso la forma en que las organizaciones cuentan sus historias, ya no son suficientes. En primer lugar, hay que eliminar todas las guerras por completo porque solo la paz puede construir el futuro. La guerra trae destrucción. Debemos intentar estar todos unidos en esta dirección. Estamos en la quinta revolución industrial. La digital y la de la inteligencia artificial. Debemos intentar no ser gobernados por un algoritmo, sino ser nosotros quienes gobiernen el algoritmo mediante reglas muy específicas. Esto afecta directamente a la condición social y económica. Tenemos multinacionales que, si todo va bien, pagan un impuesto del 0,5 %. Ningún trabajador paga el 0,5 %. No hay un equilibrio. En Italia, por ejemplo, hay un problema de envejecimiento. En 2024, nacieron 400 mil niños y niñas. Hay una tendencia que prácticamente lleva a la despoblación de Italia. Pero lo interesante es que alrededor de 100 mil nacieron en el extranjero. 2,5 millones de ciudadanos que viven en Italia, que vienen de otros países, pero viven en Italia, residen en Italia, trabajan en Italia, estudian en Italia, van a la escuela con sus hijos, no pueden tener la ciudadanía sino en tiempos bíblicos. Por eso pedimos que haya una norma fija: después de 5 años, si naciste en Italia y vas a la escuela, debes tener la ciudadanía italiana. Es una acción de democracia, de libertad, de socialización, de hacer crecer un país mediante el reconocimiento de los derechos de quienes tienen, digamos, una causa justa para ser reconocidos como tales.