La primera sesión del año en Diputados desnudó hasta dónde pueden llegar las diferencias dentro de un panperonismo que todavía no se recupera de la derrota electoral de 2023. Seguir con las PASO en pie es un debate interno que atraviesa al PJ hace cuatro años y este jueves recrudeció con fuerza y quedó al desnudo, ante una conducción del partido, en manos de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que no resolvió la controversia. Todo quedó sobre las arenas calientes de la Cámara Baja, que arrancó este año con una victoria legislativa parcial para el oficialismo.
Detrás de los 162 votos a favor, los 55 en contra y las 28 abstenciones hay votos peronistas. El bloque de Unión por la Patria, que conduce Germán Martínez, aportó 25 voluntades a favor, mayormente impulsadas por el massismo. Le permitieron al oficialismo sumar casi 30 votos a los 129 que necesitaba y marcó una diferencia inédita en la bancada panperonista. El conglomerado tiene 98 bancas. Además de los 25 apoyos, otros 24 se abstuvieron, entre la necesidad de no votar con el gobierno y tampoco desautorizar a los que estaban jugando a fondo a favor. En ese grupo estuvo el titular de la bancada. La mayoría del bloque votó en contra con 43 votos negativos, pero también hubo seis ausencias. Es la expresión numérica de la libertad de acción que finalmente acordaron en el bloque, luego de la firma de un dictamen de mayoría previo que contó con 58 firmas de LLA, el PRO, la UCR y Encuentro Federal. También hubo cuatro firmas peronistas provenientes de Catamarca, gobernada por Raúl Jalil, y de Santiago del Estero, cuyo mandatario Gerardo Zamora avaló a sus legisladores en ese plenario de comisiones para firmar un dictamen en disidencia por la eliminación que convalidó la jugada del oficialismo.
El dictamen que trizó el dique de contención que había impulsado Martínez fue el punto de fuga de lo que se plasmó 48 horas después en el recinto y no llegó a los 30 votos que podrían haber acompañado a la iniciativa del gobierno. Dentro de las tribus del panperonismo los diputados kirchneristas votaron en contra y los massistas jugaron a favor, con una zona gris de abstenciones que sirvió para evitar una división en dos mitades, pero también para contener al universo de diputados que se enfocan en sus distritos, donde ya se están garabateando listas y esquemas de campaña para el año electoral. Sin embargo, el mar de fondo de la fragmentación que surcó al peronismo en Diputados es la tensión en la provincia de Buenos Aires. El gobernador Axel Kicillof está cada vez más empeñado en desdoblar las elecciones para concejales y legisladores provinciales de las nacionales del 26 de octubre. La media sanción para la suspensión lo beneficia para reforzar el desdoblamiento porque tendría una visita menos al cuarto oscuro. Hasta ahora, según insisten en La Plata, las elecciones bonaerenses serían antes de las nacionales. Si la decisión se materializa implicaría una ruptura abierta con Cristina y la posibilidad de dos listas del peronismo en las elecciones.
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El Frente Renovador (FR), que lidera Sergio Massa, no quiere las PASO desde hace un lustro. Dentro del bloque el massismo jugó muy fuerte para sumar apoyos o abstenciones, pero al mismo tiempo lleva adelante una exploración entre Cristina y Axel para desdoblar en la provincia, pero al revés. El FR propuso que las elecciones bonaerenses se realicen después de las nacionales del 26 de octubre y no antes. La idea es el 9 de noviembre y cerca de Massa aseguran que la propuesta ya está en manos de todas las tribus en pugna.
Cristina dijo a finales de año que no estaba de acuerdo con votar cada dos años. No dijo nada de las PASO que el Congreso sancionó en 2009 y se estrenaron en el final de su primer mandato. En diciembre, dentro del Instituto Patria, denostaban la posibilidad del desdoblamiento, pero sostenían que la única chance digerible de algo así, era realizar las bonaerenses después de las nacionales. El cristinismo no quiere que se provincialice la elección y advierten que uno de los mayores riesgos es que la idea de plebiscitar la gestión provincial se transforme en un búmeran.
La situación de la seguridad en la Provincia ha vuelto a transformarse en una variable corrosiva en pleno verano y ahora es parte de la narrativa que impulsa la Casa Rosada para profundizar la confrontación con Kicillof. La evolución de esa contienda y también de la gestión provincial de la seguridad serán determinantes para el margen de acción que tendrá Kicillof en este año electoral. Ese punto es tan delicado que, ante la ofensiva del presidente Javier Milei y su ministra Patricia Bullrich, las tribus del peronismo bonaerense cerraron filas para defender al mandatario provincial. Pero por debajo corre la interna que esta semana estalló en el recinto de la Cámara Baja.
Cerca de Cristina anticiparon que no aceptarán ningún desdoblamiento en territorio bonaerense, a diferencia de lo que decían en diciembre cuando no descartaban que las elecciones provinciales fueran después de las nacionales. Ahora sostienen que no hay margen para ninguna variación que implique ir varias veces al cuarto oscuro. «Si todo se concentra el domingo 26 de octubre, mejor», remarcaron. No desdeñaron el intento del massismo, pero advirtieron que «puede salir mal».
En el kircherismo reivindican los 43 rechazos contra la suspensión de las PASO y juran que la situación interna no empeorará.
En el mapa federal del PJ, la mayoría de los gobernadores está a favor de la suspensión o la eliminación de las primarias que han intentado en otros momentos. Los diputados que el jueves cuestionaron a Cristina cuando salieron de la votación enumeraban la cantidad de mandatarios que ya le han pedido a CFK que se pronuncie en contra de las primarias.
El FR está en distintos distritos del país, pero su presencia se concentra en la provincia de Buenos Aires. El año pasado el diputado bonaerense Rubén Eslaiman, vicepresidente del bloque peronista de la Legislatura, ya había presentado un proyecto para suspender las PASO en la Provincia. Con eso se escudan los massistas para minimizar la jugada que promovieron en Diputados.
La votación dividida del panperonismo disparó incógnitas sobre el trámite que comenzará este miércoles en la comisión de Asuntos Constitucionales del Senado, que hasta el año pasado presidió el exsenador Edgardo Kueider, hasta que fue detenido en Paraguay con 211.000 dólares, guaraníes y pesos argentinos sin declarar. La vice de la comisión es la tucumana Sandra Mendoza y responde a su compañero de bancada Juan Manzur, unido en forma esquiva con el gobernador Osvaldo Jaldo, que hace un año promovió la salida de sus tres diputados nacionales del bloque de UxP. Los tres integrantes del bloque Independencia votaron a favor de suspender las PASO y es posible que sus coterráneos en la Cámara Alta sigan el mismo impulso.
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El gobierno quiere llegar con la sanción de la suspensión antes del 21 y el tiempo aprieta porque en el Senado el reglamento obliga a esperar una semana después de dictaminar. El próximo 21 de este mes es la fecha final del período de extraordinarias que arrancó el 20 de enero con dos semanas de inactividad. El oficialismo planea que Asuntos Constitucionales dictamine el mismo día y convocar a la de Presupuesto el próximo jueves para que siga el mismo impulso. Con la división del peronismo que se registró el jueves, habrá un correlato similar en el Senado dentro del bloque conduce José Mayans, pero con una geografía predeterminada por el cisma que estaba latente en la bancada presidida por Martínez en Diputados.
El factor común será el peso de los gobernadores que, al igual que el massismo, trabajan contra las primarias desde hace un lustro y ahora mantienen una relación más estrecha con la Casa Rosada, después de las negociaciones que tuvieron esta semana para sumar porotos para las PASO.
En Diputados se esperaban 30 votos peronistas a favor de la suspensión. Hubo 25 que se dispararon después de las firmas santiagueñas y catamarqueñas que bancaron, de distinto modo, el dictamen de mayoría que le permitió llegar al recinto el jueves. ¿Será la misma ruta que sucederá en el Senado? Los gobernadores peronistas jugaron con la suspensión como habrían hecho con el Presupuesto 2025 que quedó estancado en noviembre: primero definir en Diputados el resultado que buscarán repetir en el Senado, donde los mandatarios pueden incidir con más determinación, más allá del duelo bonaerense entre Cristina y Axel y el intento de mediación que impulsa el massismo con una media sanción bajo el brazo para borrar a las PASO que CFK promulgó antes de finalizar su primer mandato presidencial.