La provincia de Misiones se encuentra en el epicentro de una creciente crisis yerbatera, con productores al borde de la desesperación tras la desregulación del mercado impulsada por el Gobierno nacional. Los efectos devastadores del DNU 70/23, aprobado por el presidente Javier Milei afectaron al Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) que perdió las facultades para fijar los precios del kilo de hoja verde así como cualquier otra función.

Si bien el sector realizó diferentes medidas de protesta durante 2024, desde febrero pasado hay un nuevo pico de tensión. Según informó Canal 12 de Misiones, los productores denuncian que la industria y los molinos pagan precios viles por el kilo de hoja verde, diferido a 30, 60 o 90 días, lo cual perjudica el sostenimiento de la actividad económica.

“Así como tenemos empresas correntinas que nos pagan precios viles, tenemos molineras misioneras que nos pagan esos mismos precios viles para el sector, que están empobreciendo al sector productivo de Misiones”, declaró un productor a ese medio.

Según estiman, marzo será «un mes definitorio» para ver si queda stock suficiente de la industria hacia todo el país.

El INYM sigue sin funcionar

Los productores yerbateros denuncian que el precio por kilo de hoja verde no cubre los costos de cosecha, ante ello, se niegan a entregar su producción a los secaderos y molinos. Así lo informó Comercio y Justicia, que alertó que este hecho podría derivar en desabastecimiento en las góndolas.

Cabe recordar que, tras un amparo de productores y el gobierno provincial, la Justicia frenó el decreto 70/23 durante el año pasado pero la falta de designación de la presidencia en el INYM paralizó las negociaciones. “El desmantelamiento del organismo deja al sector a merced de precios irrisorios y sobreproducción”, alertaron desde la Mesa Agroalimentaria Argentina.

Foto: Gentileza

La zafra 2024 arrancó con un precio de $ 400 por kilo de hoja verde en cooperativas como El Colono, pero la importación de yerba desde Brasil y Paraguay hundió los valores hasta los $ 150 en el mercado. “Sosteníamos los $ 400 mientras otros pagaban menos, y nos sobreestockeamos”, dijo a Comercio y Justicia Carlos Biechteler, presidente de la cooperativa que produce Grapa Milenaria. Esto, sumado a la baja demanda en la zafriña veraniega, llevó a los pequeños productores y tareferos a suspender la cosecha y al sacrificio de sus ingresos.

Si bien en diciembre pasado, tras cortes de ruta y medidas de protesta, se había llegado a un acuerdo de precio de $ 450 por kilo con las grandes empresas y el Ministerio del Agro de Misiones, éstas incumplieron, lo cual generó nuevas protestas durante febrero.

Cabe destacar que Argentina es líder mundial en producción de yerba mate y que la crisis afecta a 15 mil tareferos, 12 mil productores y 49 cooperativas. El precio que les pagan a los productores solo abarca el 7% del valor final en góndola.

Mes definitorio

“La industria sigue sin mejorarle el precio a los productores y se está trabajando a pérdida. Pero lo que tenemos es la presión de los industriales y de los secaderos, porque para comenzar a trabajar a partir del mes de marzo necesitan materia prima. Tenemos que pensar que a pesar de que había mucho stock de yerba en los molinos a finales del año pasado, llevamos cinco meses de casi nula cosecha que han hecho que se fueran diluyendo los stocks”, dijo a Bichos de Campo Sergio Delapierre, productor de Misiones e integrante de la Mesa Asesora Yerbatera.

“Pensamos que entramos en una etapa definitoria. Si el productor deja de cosechar un 50% menos, el precio se va a mover. Pero si el productor desesperado empieza a vender al precio que impone al industria, temo que estos se van a mantener muy bajos”.

Desalojaron a los productores de la ruta

Un grupo de productores, según informó El Territorio, bloquearon durante la última semana de febrero el paso de hoja verde y canchada y también protagonizaron un tractorazo hacia el cruce de San José, localidad cercana a Posadas. Sin embargo, fueron brutalmente desalojados por la Infantería provincial. Según trascendió, durante el operativo, se detuvo a cuatro personas y se incautaron tres camiones y tres tractores y se emitieron órdenes de detención contra dirigentes de la protesta.

Gerardo Vallejos, representante de las cooperativas productoras en el INYM, expresó en Radioactiva 100.7 que “vivimos con mucha preocupación. Hemos participado de una reunión con el secretario de Agricultura de la Nación, Sergio Iraeta, y le hemos planteado lo delicado de esta situación”.

Según Vallejos, el DNU 70/23 sigue vigente e imposibilita al INYM fijar precios. El instituto determinó un costo referencial de $ 355 el kilo pero los productores reciben entre $230 y $240, una cifra que apenas cubre los costos de producción. “Imagínense que, con un valor de $230 a $240, menos la corresponsabilidad gremial y el costo de cortar y llevar la hierba al secadero, al productor le está quedando como máximo $80. ¿Qué se puede hacer con $80?”, aseveró.

Largar al zorro dentro del gallinero

Por su parte, el productor de Apóstoles, Luis Alberto Andruczyszyn, expresó a Bichos de campo que antes de desregular el INYM, se percibía un precio hasta de $390 a $420 por kilo de hoja verde. “Hoy está a menos de la mitad. Algunos industrias están ofreciendo $250 a un largo plazo de hasta 3 meses. En algunos casos, ofrecieron hasta $180. Es totalmente absurdo, no llega a cubrir ni la cosecha de esa materia prima”.

De esta manera, expresó el agricultor, en la actualidad los productores del sector se encuentran a la deriva. “Ya no se puede levantar más la cosecha porque no tenemos rentabilidad. El parate es total. El Gobierno nacional no tuvo en cuenta a los pequeños y medianos productores. Largó a un zorro dentro del gallinero, ¿Quién se va a salvar? El zorro”, aseveró.

El productor aseguró que la industria tiene stock porque las cosechas previas fueron buenas y por eso “se están haciendo los vivos y pagando menos”. Por eso, a partir de las medidas de fuerza, el sector busca que las industrias consuman parte de esos stocks para que tengan que salir a pagar más por la materia prima. “Estamos ahogados. El productor chico y mediano no tiene resto para seguir aguantando, es una desesperación y por eso pedimos al Gobierno provincial y nacional que con urgencia hagan algo. Nosotros estamos al límite. Pero si cosechamos vamos a estar igual, porque la rentabilidad es cero”, concluyó