Daniel Scioli se incorpora al gabinete este miércoles en medio de la tensión que produjo la corrida contra los bonos argentinos y la indefinición sobre el comienzo de la construcción del gasoducto Néstor Kirchner. Si bien ninguna de estos ejes están bajo su órbita directa, se verá obligado a convivir con estas variables dentro del gabinete económico.
Más de cien invitados y un despliegue ceremonial lo esperarán a las 18 este miércoles en el Museo del Bicentenario, salón en el que la Casa Rosada desarrolla los actos más importantes de gestión. A diferencia de otros ministros que han llegado al gabinete con un acto en el Salón Blanco y con menos pompa, Scioli, que ya se encuentra en el país desde el lunes, va a hacer de su ingreso al Ministerio de Desarrollo Productivo un hito más en su larga carrera política. Gobernadores, ministros y su familia cercana serán parte de la ceremonia.
Según pudo saber Tiempo, el exmotonauta ya estuvo en contacto telefónico con el secretario de la Pequeña y Mediana empresa, Guillermo Merediz, y con el titular del Banco Nación, Eduardo Hecker, con quien habló sobre los créditos para las pymes. También conversó por teléfono con el ministro de Economía, Martín Guzmán, y con el ministro saliente Matías Kulfas. Este martes Guzmán estuvo reunido con el presidente Alberto Fernández y el canciller Santiago Cafiero. El número de inflación y el desconcierto por la situación financiera del país fueron los temas.
Según pudo saber Tiempo, Scioli quiere impulsar una agenda que involucre el crecimiento de las exportaciones de las economías regionales, una promesa que les había hecho a los y las gobernadoras con quienes generó un vínculo propio desde la embajada en Brasil. En ese contexto pretende potenciar exportaciones de litio e hidrógeno verde. También quiere impulsar una agenda que tenga en cuenta los ejes de “ciencia, tecnología, educación, trabajo y desarrollo social”. En Rosada esperaban que el ingreso de Scioli marque una nueva etapa dentro del gobierno, en función de darle volumen político al gabinete.
El primer embrollo que tendrá por delante el exembajador es la indefinición en la que se encuentra el gasoducto Néstor Kirchner, cuyo comienzo todavía está frenado. Tiempo pudo saber que Scioli todavía no se pudo poner en contacto con los funcionarios de la Secretaría de Energía, que dependen de Economía. “Primero déjenlo llegar”, pidieron sus colaboradores.