Los ojos de Santiago se multiplican en las paredes de la ciudad, en banderas, en remeras, en algunos murales. Ese rostro de Santiago interpela con profundidad y pide justicia.
Representa desde hace dos años ya la impunidad de las fuerzas de seguridad del gobierno de Cambiemos, lideradas por Patricia Bullrich. Esa mirada, ese Santiago profundo este 1 de agosto vuelve a convocar a los argentinos en distintos puntos del país para pedir verdad y justicia.
“La fecha moviliza un montón de cosas”, dice a Tiempo Argentino, su hermano mayor, Sergio quien junto a su compañera Andrea asumieron la responsabilidad de ponerse al frente de la causa como querellantes y salir por todas partes a pedir explicaciones de lo que la Gendarmería hizo con Santiago ese 1 de agosto.
Ellos encabezarán la concentración que se realiza este jueves 1 de agosto a las 17 en Plaza de Mayo. “Es mucho sacrificio, mucha lucha, mucha injusticia, es remar todo el tiempo con un poder judicial. Pero hay que seguir insistiendo judicialmente. También hicimos denuncias a nivel internacional. Porque más allá de eso, de la justicia es que nosotros queremos saber es qué le pasó a Santiago”, agrega. “Y a medida que nos alejamos de ese 1 de agosto de 2017 más nos alejamos de saber qué le pasó porque se va diluyendo. Hay tanta mano negra en todo esto, que se va perdiendo, se van borrando pruebas, hay gente que se olvida, sobre todo los testigos. Cuando pasa el tiempo en los casos se diluye esa verdad. Es doble, por un lado, mucha impotencia mucha angustia y por otro lado esa necesidad de salir a la calle, manifestarse y seguir pidiendo justicia.”
Santiago desapareció el 1 de agosto durante una feroz operativo realizado por la Gendarmería en el Lof en resistencia Cushamen, Chubut. Desde que se conoció su desaparición su familia acompañada por organismos de Derechos Humanos, y organizaciones sociales, pidieron aparición con vida. La pregunta “¿Dónde está Santiago Maldonado?” se repitió durante 78 días, cuando lo encontraron sin vida el 17 de octubre en el río Chubut, a 400 metros de donde fue visto por última vez.
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Los datos de la autopsia se conocieron 40 días después. “Murió por inmersión”, fue la información parcial que se dio a conocer. Sin embargo, la familia del joven y la abogada que encabeza la querella, Verónica Heredia, pidieron explicaciones que jamás fueron dadas. Al año de aquella autopsia, el 29 de noviembre de 2018, el juez a cargo, Gustavo Lleral, decidió cerrar la causa. Dos meses después, la familia presentó la apelación al cierre. Todavía no tienen respuestas judiciales de esa apelación.
-¿Por qué piden que no se cierre la causa?
-Lo más importante es que no se hizo una reconstrucción de lo que pasó el 1 de agosto de 2017. No se peritó una fogata que se hizo ese mismo día cuando desaparece Santiago. No se peritaron los billetes que tenía en el bolsillo, no se peritó un papel, no se tomaron declaración a tres testigos. Todo lo que debió hacerse en el lugar, cuando se encuentra el cuerpo de Santiago como tomar mediciones del río no se hizo el día que aparece el cuerpo de Santiago, se hizo recién el 12 de diciembre. Cuando dicen “55 peritos dijeron que se ahogó solo”, pero en realidad, lo que dice la autopsia es que fue muerte violenta, por ahogamiento por sumersión en un cuadro coadyuvado por hipotermia. Los que participaron fueron 26 peritos, no 55. Y de esos 26 sólo dos estuvieron al lado del cuerpo de Santiago. Los otros lo vieron a través de una pantalla. Otro dato es la crioconservación, que la autopsia dice que el cuerpo fue crioconservado naturalmente y artificialmente. La crioconservación es a los 80 grados bajo cero y en el río llega a 23 bajo cero entonces no se entiende. Tampoco se puede determinar con la autopsia cuándo murió Santiago, dónde murió y cómo murió. La partida de defunción no dice cuándo murió, sólo que fue hallado el 17 de octubre. Cuando preguntamos al equipo forense la fecha estimada, no supieron decirnos. Tampoco se hizo un reporte de los llamados, tampoco se peritó el celular de Pablo Nocetti. Además el 5 de agosto las camionetas fueran lavadas, hay actas adulteradas, vehículos que no fueron investigados. Eso es parte de lo que presentaron el 29 de enero en la Cámara de Apelaciones en Comodoro Rivadavia, de eso no hay nada todavía.
-¿Tuvieron respuestas?
-No, tenían quince días y ya pasaron seis meses. Razón por la cual entendemos que el caso de Santiago se utilizó políticamente y electoralmente a favor del gobierno de Mauricio Macri. Ante de las PASO se hicieron rastrillaje, después allanamientos, cuando aparece el cuerpo fue previo a las elecciones y previo a una reunión con la CIDH donde el gobierno tenía que presentarse a dar explicaciones. Cuando cierra la causa fue un día antes del G20. Es decir que siempre fue en plano internacional. Y el poder judicial siempre se acomoda y pasa a ser funcional al gobierno de turno.
-También víctimas de espionaje, algo que denunciaron en su momento y no fueron escuchados por mucha gente.
-En verdad, no puedo entender cómo haya gente que dude de esas cosas cuando ven que hay una persona como D’Alessio que tenía todos los servicios a disposición, o el fiscal Stornelli que está en rebeldía hace días. Imaginate a Patricia Bullrich y a la propia Gendarmería que son la cabeza del ministerio de Seguridad, todo lo que pueden llegar a tener para hacer espionaje, toda la red que tienen armada. No quieren investigar lo que pasó con Santiago pero sí espían. Hasta mal. Porque compraron información hecha por carabineros chilenos que eran de cualquier cosas y ni siquiera chequearon los datos. Hay declaraciones de esos carabineros chilenos que fueron elevadas a juicio, donde está el nombre de mi hermano Germán con mi número de documento. Ni eso está chequeado.
-¿Qué te provocó las declaraciones de Patricia Bullrich respecto de la Gendarmería?
-Lo tomé como todo lo que viene del ministerio de Seguridad y de Patricia Bullrich. Ella todo el tiempo está desviando el foco de atención y provocando. Siempre lo hace en fechas significativas para desviar la atención y dividir el campo popular. Cuando pasa alguna situación aparece con otra. Por ejemplo, estos cuatro chicos de San Miguel del Monte, en vez de responder por ese hecho, da una conferencia y dice “el caso de Luciano Arruga y Santiago Maldonado es una construcción”. Entonces qué hace, desvía la atención, que todos salgan a responder por eso y lo otro tenga menos peso.
-¿Qué significa Santiago para la gente que te acompañó estos dos años?
-Santiago significa mucho para muchos y por ahí se relacionan con él en forma distinta. Puede ser un mochilero, un tatuador, alguien libre que estaba conectado con la tierra, Santiago abarca muchas cosas en muchas personas. Por ahí hay gente que no se identifica con Santiago pero sí con nosotros porque siente que le puede pasar, a algún hermano suyo, algún amigo, algún hijo. Es algo general, que esas personas quieren que avancemos porque la lucha de nosotros es una lucha de ellos también.
-¿Qué te pasa cada vez que te encontrás con Santiago en murales o en fotos?
-Es raro, porque quiero seguir viendo a mi hermano que era de carne y hueso. En un momento se transforma en una bandera, es difícil porque se empieza a perder esa persona que existía. En el recuerdo empieza a estar instalada la foto no el ser humano. Cuando empieza a pasar eso, tengo que volverme a encontrar con Santiago.