Llegan por Avenida de Mayo, son las abanderadas de la marcha de San Cayetano. Tienen bandas celestes y blancas que caen en diagonal desde sus hombros, cargan ollas enormes entre dos que se balancean en su pesadez o levantan al cielo unos cucharones y elementos de cocina que fueron bendecidos esa misma mañana en el santuario de Liniers.
Son los instrumentos de trabajo diario de cientos de cocineras comunitarias que llegan en medio del tumulto peregrino a las inmediaciones de la Plaza de Mayo, que cantan, que caminan aunque a su derecha una fila infinita de efectivos policiales de la Ciudad y Federal intenten marcarles el paso. Porque es 7 de agosto y la consigna de Pan, Paz y Trabajo está más vigente que nunca. Tanto, que agregaron en el lema dos reclamos más: Techo y Tierra.
San Cayetano, de la Iglesia a Milei
San Cayetano es el patrono del pan y del trabajo, el santo de los desocupados, y por eso cientos de personas se congregaron a las 8 de la mañana para participar de la ceremonia religiosa en el santuario que lleva su nombre, en Liniers. La misa estuvo a cargo del arzobispo porteño, Jorge García Cuerva, además de Gustavo Carrara, vicario general y obispo villero.
García Cuerva, en su homilía, aseveró: “Hemos visto avanzar en nuestra Patria las densas sombras del abandono, de la violencia utilizada para mezquinos intereses de poder y división, y la ambición de la función pública buscada como botín”.
El mensaje de la Iglesia en este contexto de grave recesión económica fue contundente: la necesidad de atender el hambre de los excluidos. “Hay muchas maneras de pasar de largo: vivir ensimismados, desentenderse de los demás, ser indiferentes, o discutir en escritorios cifras de pobreza y de indigencia, esterilizadas de lágrimas y humanidad”, sentenció arzobispo, en clara alusión a las políticas de hambre. La ceremonia finalizó con una bendición de las herramientas de trabajo y el protagonismo de las ollas benditas pero todavía, vacías.
Alrededor de las 10 de la mañana, la peregrinación partió desde la intersección Cuzco y Avenida Rivadavia hacia Plaza de Mayo por esa misma avenida. El camino fue calmo, pacífico pero rodeado de un fuerte cordón policial.
«Jubilaciones dignas»
Hay una feria de la economía popular que espera a los peregrinos sobre Plaza de Mayo. Tortas fritas, verduras agroecológicas, artesanías pero también carritos de choripán y hamburguesas. A la convocatoria religiosa se sumaron tres centrales sindicales CTA, CTA Autónoma y CGT. Algunos sindicatos nucleados en éstas se unieron a la movilización a partir del mediodía. Al mediodía la plaza, lentamente, se va llenando de banderas, música, mate compartido y aroma de comida recién hecha.
Pero unas cuadras antes, por Avenida de Mayo y Piedras, un grupo de adultos mayores espera en una esquina a la columna de Liniers para sumarse a ella. Se trata de la Multisectorial en defensa de la Seguridad Social, una agrupación de jubilados. “Nos sumamos a esta marcha donde coincidimos en todos sus reclamos. Para nuestro sector, pedimos jubilaciones dignas y la recuperación de derechos que estamos perdiendo: a la salud, a la recreación, a la vivienda”, dice uno de sus referentes, Luis Rivadeneira.
Asegura que los problemas que atraviesan todos los argentinos son transversales a los adultos mayores: “A nuestra edad se suma que nuestra canasta alimentaria es diferente, tenemos muchos gastos en medicamentos, las obras sociales están más exigentes, en Pami ya hay muchos remedios que antes eran gratuitos y ahora no lo son”.
Son alrededor de 30 jubiladas y jubilados que esperan en la esquina, en la vereda, que no se animan a cortar aún la calle pero que sostienen una bandera de arrastre y carteles que dicen cosas como “Nunca más AFJP” o “Milei lxs jubiladxs no somos la casta”.
Ya en el centro de la plaza, plantando bandera, Sergio Párraga de Liberación Popular, recuerda que el día de San Cayetano es un día de expresión política del movimiento obrero desde la época de la dictadura, ya que “la tradición se conservó contra todas las políticas impopulares y sobre todo porque en este momento la iglesia está jugando un rol muy importante en apoyar esas reivindicaciones”, asegura. Entre los motivos que lo llevan a participar de la marcha está el repudio a la política de hambre que desarrolla el Gobierno nacional “que a partir del apuntalamiento que consiguió con la aprobación de la Ley Bases ha pasado a una ofensiva donde sentimos las consecuencias a todo el pueblo”.
Peregrinos custodiados por la policía
Ya son cientos las personas que ocupan la Plaza de Mayo alrededor de las 13.30 y al arribo de los peregrinos de Liniers se adelanta un increíble e innecesario operativo policial. Una fila extensa de agentes de la Policía de la Ciudad que avanza por Avenida de Mayo como una hilera de hormigas, seguida de otra fila uniforme de la Policía Federal. Van por el medio de la calle que, desde hace horas, permanece cortada y escoltan, arrinconando hacia la derecha a la pequeña multitud que llega desde aquel santuario.
“Por primera vez en muchos años, llegamos escoltados por las fuerzas de seguridad que de manera innecesaria viene haciendo un cordón, no entiendo para qué cuando esta movilización tiene la particularidad de ser un encuentro casi ecuménico”, dice a Tiempo Ornella Infante, responsable del Frente nacional por la Igualdad y del Movimiento Evita.
Mientras habla, la peregrinación se mueve en dirección a la plaza y entre los cascos policiales se divisa una camioneta que lleva una réplica de San Cayetano. “Hoy las dos CTA, la CGT, el feminismo, han llamado a movilizarse en esta gran marcha por el hambre que esta viviendo la sociedad, estamos visibilizando las necesidades que tienen los trabajadores de la economía popular y los merenderos pero también los estatales, ante la gran ola de despidos que lleva adelante el gobierno de Javier Milei”, denuncia Infante.
La comida que alcance
Carmen Carina Alvizio va siempre a la peregrinación de San Cayetano. Dice que la convoca la fe además de la necesidad de reclamar para que el merendero que gestiona, Rincón de los Peques de la zona del Abasto, pueda subsistir. “Estamos pidiendo techo, trabajo y pan como todos pero también por la situación de los merenderos, la carencia que estamos pasando día a día con mucha gente que alimentamos sin ayuda del Gobierno. Lo estamos haciendo todo a pulmón”, cuenta.
Les alcanza para cocinar de martes a viernes, es decir, cuatro días a la semana. Dos de esos días, son solo meriendas y los restantes, comida. La que alcance. “Llenamos más o menos 80 o 90 tuppers que abarcan entre 7 y 10 personas de cada familia, se hace más difícil porque cada día aparecen más tuppers y es gente que nunca antes pisó un merendero. Ahora están porque se quedaron sin trabajo”, asevera.
San Cayetano y los militantes detenidos
Daniel Ruiz, militante del PST-U, fue detenido durante la movilización contra la reforma previsional de la gestión de Mauricio Macri y estuvo preso durante 13 meses en el penal de Marcos Paz. Lo condenaron a tres años de prisión efectiva y su causa está en apelación ante la Corte Suprema pero aún así, con el contexto represivo actual y las recientes detenciones en la marcha por la Ley Bases, participa de la marcha de San Cayetano. Planta su bandera aunque por ahora, con cautela, desde la vereda.
“Estamos reclamando contra el ajuste que se expresa en la pobreza, la miseria, la entrega de los recursos naturales a las multinacionales, también reclamamos un paro nacional en apoyo a todas las luchas”, asegura.
Dice que la misma ministra que lo encarceló, Patricia Bullrich, es quien ahora mantiene en prisión a dos manifestantes desde el 12 de junio pasado y que “son los mismos mecanismos en contra de la libertad democrática, las mismas arbitrariedades de Comodoro Py que está al servicio del poder político concentrado. La enseñanza que tiene que quedar es que yo salí libre gracias a la unidad, al apoyo popular y la movilización de todos los sectores y eso me parece que es un factor fundamental”, expresó.
Debajo de unos gazebos sobre la plaza, Natalia Verón acomoda unas cajas y se prepara para la llegada de sus compañeros peregrinos. Es parte de la organización Casa Esquina Libertad, un centro comunitario para jóvenes con problemas de consumo problemático.
“Venimos porque estamos luchando también por el hambre, hoy 7 de cada 10 pibes está transitando hambre, queremos que Pettovello entregue los alimentos”, asegura Verón. El pan que falta, para ella, incide también en el crecimiento del consumo de sustancias de pibas y pibes. “Estamos viendo que las pibas están yéndose más hacia la prostitución porque no pueden conseguir alimentos para sus hijos o no pueden comprar los pañales, la asignación universal ayuda pero no alcanza porque también subió la luz y el agua. Pedimos un estado presente”, expresa.
“Tenemos compañeros que tienen que elegir entre comer y pagar la luz, por eso nos convocamos hoy 7 de agosto, por todo lo que venimos padeciendo y lo vamos a seguir padeciendo”, expresa Gabriela Veritier de MP La Dignidad. Y acota que la convocatoria de las centrales sindicales tienen que ser un importante llamado de atención para todo el pueblo argentino “porque quien hoy no está pasando hambre, lo va a pasar mañana, lo vemos todos los días en nuestras ollas populares que están estalladas de compañeras y compañeros”.