La plana mayor del gobierno nacional se enteró de la salida de Nicolás Posse un par de horas antes de la difusión del comunicado que confirmaba la renuncia del ahora ex Jefe de Gabinete. En un último y cuestionado movimiento, el ¿ex? amigo del presidente Javier Milei presentó su renuncia indeclinable al cargo con el que fue bendecido hace tan sólo seis meses. Todo esto aconteció a minutos de que el libertario debiera abordar el avión que lo trasladó a su cuarto viaje a Estados Unidos desde que asumió la gestión.
La eyección del titular del gabinete era un hecho desde hace varias semanas que en Balcarce 50 especulaban con concretar después de la aprobación de la Ley Bases para evitar un nuevo cisne negro que complicara, aún más, las negociaciones en un Senado reactivo. Días atrás, en tanto, los principales funcionarios del gobierno sugerían que su salida estaba prevista para la vuelta de Milei de su extensa gira por EEUU, El Salvador y Europa. La áspera relación que mantuvieron en los últimos días aceleró los trámites.
El ex Corporación América presentó su renuncia el lunes a última hora frente a la secretaria general de la presidencia, Karina Milei. La hermana presidencial y el amigo de más de dos décadas del libertario venían de meses de conflicto, que iniciaron con la dilatación que imprimía Posse para designar a los funcionarios que acompañan a El Jefe, quienes se encuentran desde diciembre sin percibir cobro de haberes por la falta de firma del ex jefe de gabinete.
El Black Monday de Posse
“Para qué extender la agonía”, se le escuchó decir a Posse después de presentar formalmente su renuncia. La justificación fue bien recibida por parte del triángulo de hierro que conforman Santiago Caputo y Karina. Ambos ya habían dejado trascender en más de una ocasión su disconformidad con la gestión del ex CEO.
“Se pelearon por algo personal, hubo una situación que al presidente no le gustó y aunque se intentó recomponer, no hubo forma”, dijo ante este medio un frecuente del libertario. El amigo de más de dos décadas del presidente se adelantó a la comunicación oficial y dispuso a sus voceros a informar su salida, una última y polémica jugada que puso el broche de oro a una relación convaleciente.
A pesar de la conflictiva salida, desde el gobierno no descartan que Posse pueda continuar formando parte de la gestión libertaria. Los estrechos vínculos que el ex empresario mantiene con Estados Unidos cotizan alto entre los pasillos del Ministerio de Economía y la Casa Rosada, que desde hace varios meses están a los saltos por una inversión. “Estamos evaluando dónde podría funcionar mejor”, sostuvo otra fuente.
Además de la degradación en la relación entre los amigos, un importante asesor presidencial reconoció ante este medio que la figura de la jefatura de gabinete asumió muchas responsabilidades que impedían la acorde ejecución de un cargo tan importante. “Tenía tanto que se armaba un cuello de botella”, explicó.
Francos conducción
El elegido para agarrar el sillón en llamas es el todo terreno Guillermo Francos. El ex ministro del Interior demostró con creces su cintura política y capacidad de negociación para conseguir aliados a un gobierno sin más que un triunfo en segunda vuelta, lo que terminó de convencer a los armadores del oficialismo para trasladar su despacho al primer piso de la Casa Rosada.
Su primera medida en el cargo fue dirigirse al Senado a recomponer relaciones con la vicepresidenta Victoria Villarruel y los presidentes de los bloques opositores dialoguistas.
Además, el ex representante de la Argentina ante el Banco Interamericano de Desarrollo durante el gobierno de Alberto Fernández cumple con la nueva exigencia del gobierno de funcionar, además de como ministro coordinador, como vocero de la gestión oficialista. “Va a tener el mismo rol que tuvo (Carlos) Corach con Carlos Menem”, sostuvo la semana pasada a Tiempo un habitué del despacho presidencial.
A pesar de las versiones que indicaban lo contrario, el libertario no se deshacerá del actual vicejefe de gabinete, José “Cochi” Rolandi. Para el presidente, el directivo de YPF cumplió a la perfección con el rol asignado y su conocimiento técnico en la redacción de Bases le valió la continuidad en su cargo. “Se queda por pedido de Milei”, confirmó otra fuente al tanto de cómo se sucedieron los hechos.
Además de imprimirle mayor gestión política a la Jefatura, la idea del gobierno nacional es descomprimir las obligaciones del cargo y encontrarle un nuevo titular a las ocho secretarías que hasta ahora dependen de la Jefatura. También entrarán en análisis todas las empresas que, hasta ahora, dependen del estado y se confeccionará un mapa para ejecutar su liquidación. Lo mismo ocurrirá con los directivos de estas entidades, la mayoría seleccionados por el saliente Posse.
“Se está analizando que varias de estas dependencias se distribuyan entre los siete ministerios que quedan y la Secretaría del Interior. Hay un montón de competencias que tenemos que sacarle de encima al cargo”, sostuvieron desde el círculo del presidente.
En este sentido, y tal como adelantó este medio la semana pasada, el oficialismo evalúa la creación de un virtual Ministerio de Modernización que estará a cargo de Federico Sturzenegger. El ex titular del Banco Central y padre del DNU 70/2023 estará a cargo de la secretaría que concentrará la puesta en marcha de la desregulación económica y la modernización del estado.
La renovación del gabinete incluye, además, cambios en el organigrama formal de los ocho ministerios originales. Interior pasará a ser una secretaría a cargo del Lisandro Catalán, número dos de Francos hasta el lunes por la noche. El ahora secretario funcionó como un articulador fundamental en las reuniones que el gobierno mantuvo durante estos meses con los bloques aliados y los gobernadores dialoguistas. Tanto así, que Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Gustavo Sáenz (Salta) llamaron esta mañana al virtual ministro para felicitarlo por su nuevo cargo.
Café con leche & good show
Tras la escueta conferencia de prensa que dio Francos en el salón Héroes de Malvinas de la casa de gobierno, todo el gabinete -menos Luis Caputo, quien se encuentra acompañando al presidente en su gira oficial- cruzó a celebrar la renovación ministerial en el histórico café Pertutti de Hipólito Yrigoyen y Bolívar.
Allí, los elegidos para continuar en la gestión mantuvieron una reunión privada en la planta baja del local. Quince minutos después, subieron al salón y se dispusieron en tres mesas unidas desde donde llevaron adelante su primer desayuno como gabinete.
Del reducido mitin participaron Guillermo Francos, Mariano Cúneo Libarona (Justicia), Sandra Pettovello (Capital Humano), Diana Mondino (Cancillería), Luis Petri (Defensa), Mario Russo (Salud) y el vocero presidencial, Manuel Adorni, todos ellos tomaron café, mientras que Patricia Bullrich (Seguridad) optó por el té y el asesor presidencial Santiago Caputo por una copa de agua. Un trago fresco para calmar las llamas.
Después del distendido encuentro, los trabajadores del café le entregaron a cada uno de los ministros una caja de macarons que los funcionarios recibieron extasiados. La cuenta, que rondó los $25.000, fue abonada por el ministro de Justicia, quien sacó de su bolsillo un fajo de billetes que contó a una practicada velocidad.
Antes de irse, uno de los funcionarios sacó de su bolsillo una lapicera y firmó el ticket que les entregó el mesero a cargo de su atención. La suscripción se extendió al resto de los presentes. Con los diez autógrafos, el gobierno logró conseguir la firma de su primer pacto. Córdoba, Santa Fé y Tucumán, por ahora, siguen sin estar cerca.