El presidente de la Federación Real Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, anunció su renuncia al cargo como consecuencia del beso no consentido en la boca a la jugadora Jenni Hermoso en la premiación al seleccionado femenino campeón del mundo en Nueva Zelanda-Australia 2023. «He transmitido mi renuncia al cargo de presidente de la RFEF. Tras la veloz suspensión realizada por FIFA, más el resto de procedimientos abiertos contra mi persona, es evidente que no podré volver a mi cargo», afirmó Rubiales en un documento que publicó en redes sociales.
Comunicado y renuncia
«Insistir en quedarme a la espera y aferrarme a ello no va a contribuir a nada positivo, ni a la Federación ni al fútbol español», apuntó Rubiales, quien hace unas semanas se mantuvo firme en su decisión de no dimitir. Al mismo tiempo, el dirigente español, quien afrontaba una suspensión de 90 días dispuesta por la FIFA, confirmó su dimisión del cargo en la vicepresidencia de la UEFA.
«No quiero que el fútbol español pueda resultar perjudicado por toda esta campaña tan desproporcionada y, sobre todo, tomo esta decisión tras haberme asegurado de que mi marcha contribuirá a la estabilidad que va a permitir que tanto Europa como África sigan unidas en el sueño de 2030, que permitirá traer a nuestro país el mayor evento del mundo», señaló Rubiales. El dirigente de 46 años, afirma tener «fe en la verdad» y promete hacer todo lo posible «para que prevalezca».
«Mis hijas, mi familia y la gente que me quiere han sufrido los efectos de una persecución desmedida, así como muchas falsedades, pero también es cierto que en la calle, cada día más, la verdad se está imponiendo», dice. El secretario de Estado español para el Deporte, Víctor Francos, consideró que su dimisión era «una buena decisión».
«El país feminista avanza cada vez más rápido. La transformación y mejora de nuestras vidas es inevitable. Estamos contigo, Jenni», declaró en X (Twitter) la vicepresidenta segunda en funciones del gobierno de España, Yolanda Díaz. La ministra de Igualdad en funciones, Irene Montero, publicó el mensaje «Se acabó», un lema utilizado por las jugadoras españolas en su protesta que se hizo muy popular con este escándalo.
Indignación mundial
El caso comenzó el 20 de agosto, cuando en la ceremonia de entrega de premios en el césped del estadio de Sídney tras la victoria de España sobre Inglaterra, Rubiales besó en los labios y por sorpresa a la jugadora Jenni Hermoso, mientras le agarraba la cabeza. Las imágenes provocaron indignación internacional y múltiples pedidos de dimisión contra el ahora expresidente de la RFEF, incluso desde el gobierno.
Pero en una asamblea extraordinaria de la RFEF el 25 de agosto, Rubiales se negó de manera reiterada («¡No voy a dimitir, no voy a dimitir, no voy a dimitir!») y calificó el beso a Hermoso de «espontáneo, mutuo, eufórico y consentido». La propia Hermoso negó que fuera consentido y esta semana presentó una denuncia ante la justicia contra Luis Rubiales. La fiscalía de la Audiencia Nacional ya había abierto una investigación contra Rubiales por un «presunto delito de agresión sexual».
La policía del estado australiano de Nueva Gales del Sur, donde se encuentra Sídney, dijo que no habían recibido pedidos de la policía española sobre el caso pero que, si eso ocurre, «prestarán asistencia en lo que sea necesario». La FIFA había procedido el 26 de agosto a una suspensión de Rubiales durante 90 días «de toda actividad relacionadas con el fútbol a nivel nacional e internacional».
El martes, el seleccionador del equipo español femenino, Jorge Vilda, considerado una persona cercana al expresidente, fue destituido a pesar del título mundial y fue reemplazado por la que era su adjunta, Montsé Tomé.