Jorge Rivas es presidente y referente nacional de la Confederación Socialista Argentina (CSA). A días de la convocatoria de las centrales sindicales, y en diálogo con Tiempo, expuso los motivos por los que la fuerza que conduce decidió apoyar el paro y movilización del próximo 24 de enero al Congreso Nacional. También contó su mirada sobre las políticas del presidente Javier Milei, explicó por qué resulta perjudicial para la comunidad y propuso una alternativa a la actual crisis que atraviesa el país.  

“Hay que convertir la inmovilidad y tristeza en organización y movilización, dando la lucha con la alegría de sabernos acompañados de nuestras mejores convicciones”, aseguró Rivas, y completó: «Corren días difíciles pero de esos días difíciles nos alimentamos los verdaderos militantes”.      

Una charla con Jorge Rivas

-¿Cuáles son los motivos por los que decidieron apoyar el paro con movilización del próximo 24 de enero?

-Apoyamos el paro general del 24 de enero y convocamos a la ciudadanía a movilizar ese día, tanto contra el Decreto de Necesidad de Urgencia de Milei, como la llamada Ley Ómnibus que está en tratamiento exprés en el Congreso Nacional, ya que nos parece un salvaje intento de la ultraderecha para abolir derechos laborales, desregular la economía y delegar facultades legislativas al presidente, para desguazar el Estado con comodidad. Además, la reforma del Código Penal para aceitar la represión social entre muchas otras barbaridades que cristalizan una mayor concentración de riqueza, ensanchando la brecha de la desigualdad social. Estamos convencidos que solo la organización y movilización popular le puede poner freno a tanto despojo y remate nacional.

-Cuente su mirada sobre la política actual de Javier Milei.

La situación por la que atraviesa el país es espantosa para nuestro pueblo pobre, al que se le hace imposible cubrir sus necesidades básicas, y horrible para la clase media que se ve obligada a restringir sus gastos. Prueba de ello se evidencia en la merma de gente en los centros turísticos, mientras su contracara es el sector financiero que nada en abundancia de sus rentables negocios completamente desregulados, algo absolutamente previsible para un gobierno de derecha. Los que se sorprenden son aquellos que lo votaron desideologizadamente pensando que era una nueva alternativa ante la política tradicional y, dejame que me detenga ahí por un momento, porque esta crisis también nos interpela al campo nacional, popular y democrático, ya que la imagen de Milei se derrumba exponencialmente en este último mes. Pero ninguna de las fuerzas políticas preexistentes capitalizan ese desgaste, ese dato interpela al campo nacional, popular y democrático, porque a la nueva ultraderecha se la enfrenta con audacia, innovación, valentía y con un programa radicalizado por la justicia social; aferrarse a la nostalgia no es la receta para el momento. Debemos dejar de mirar el futuro con la nuca, tenemos la obligación de ser creativos.

-¿Por qué es perjudicial para la comunidad el DNU y la Ley que propone Milei?

-De prosperar el Decreto de Necesidad de Urgencia de Milei o su Ley Ómnibus, la comunidad se vería afectada de múltiples maneras, ya que el decreto aborda temas que van desde la reforma del Código Penal hasta la Ley de Contrato de Trabajo. Pasando por cuestiones ambientales científicas de telecomunicaciones electorales impositivas, aduaneras, económicas, etc. Es decir, que es muy notable la usurpación por parte del Poder Ejecutivo de facultades propias del Poder Legislativo, incluso legisla en materias que le están expresamente prohibidas por la Constitución Nacional. Por eso, a mi juicio, como al de la mayoría de los constitucionalistas argentinos de distintos pelajes ideológicos, el decreto es inconstitucional, pero más allá del adefesio jurídico, lo que la comunidad debe tener claro, es que el encuadre ideológico que impulsa el gobierno que se autodefine como anarcocapitalista: es reducir al Estado a su mínima expresión, en la inteligencia de que el mismos es un estorbo para las relaciones humanas libres. Es imprescindible que toda relación humana se mercantilice, según la lógica de mercado con el norte puesto en el siglo XIX, dejando de lado los perturbadores avances sociales del siglo XX que tanto daño han hecho a la humanidad según estos miserables libertarios.

-¿Hay una salida alternativa para el país ante la situación de crisis económica-política actual? Usted dijo que era necesario ser creativos.

-Obviamente que nuestra propuesta para salir de la actual crisis es radicalmente opuesta a la que impulsa el gobierno y, uso la palabra “radical” con toda intención, ya que el mundo vive una etapa histórica en la que las fuerzas populares estamos obligadas a realizar programas democráticos radicalizados si aspiramos a que la democracia perdure entre nosotros. Con moderación no alcanza para sacar de la pobreza al 50% de nuestros habitantes, con moderación solo se alimenta de insatisfacción democrática. Los socialistas democráticos del campo popular tenemos mucho para aportar en un programa de transformaciones profundas, donde el peso para la salida de la crisis debe recaer sobre el sector más pudiente de la sociedad y dejar de asfixiar al sector social más vulnerable.

-¿Hay estado de ánimo en la militancia para llevar adelante esa lucha en esos términos?

-La historia de la humanidad nos deja la enseñanza empírica de que a todo avance social lo preceden largas luchas, también nos enseña que esos avances sociales no son lineales, tienen marchas y contramarchas. En la Argentina de hoy vivimos una etapa de contramarcha en la que intentan imponer una restauración conservadora generando una extraordinaria transferencia de riquezas en favor de las clases dominantes. Para conseguir eso, el enemigo necesita que estemos paralizados, ganados por la angustia y la tristeza, hemos superado situaciones peores y también vamos a superar esta, no tengo la menor duda. Hay que convertir la inmovilidad y la tristeza en organización y movilización dando la lucha con la alegría de sabernos acompañados de nuestras mejores convicciones. Corren días difíciles pero de esos días difíciles nos alimentamos los verdaderos militantes.