La llegada de los tres Reyes Magos a Belén para adorar al niño Jesús fue representada de distintas formas por el arte. Esta tradición, del mismo modo que la del nacimiento del niño Jesús el 24 de diciembre, fue enriquecida y modificada durante siglos por la creación popular. Papá Noel, por ejemplo, no tiene un origen religioso, sino pagano.
Respecto de los Reyes Magos, no se sabe bien cómo comenzó la costumbre de atribuirles los regalos que dejan el 6 de enero en los zapatos, pero una de las hipótesis es que la costumbre podría provenir de la Europa del siglo XV, cuando los pobres dejaban sus zapatos fuera de las iglesias para que pusieran les dentro de ellos algunas monedas.
La llegada de los Reyes magos a Belén se registra en el Nuevo Testamento, en el Evangelio Según San Mateo.
Lo cierto es que los Reyes Magos Melchor, Gaspar y Baltasar le llevaron al niño Jesús tres regalos: oro, incienso y mirra. Se deduce que los Reyes Magos eran tres precisamente porque eran tres los regalos, dado que la tradición cristiana nunca lo consigna, aunque la iconografía de diversos siglos lo registra.
Los regalos de los Reyes Magos eran símbolos. El oro, por ejemplo, significaba la realeza, es decir que reconocía al niño nacido en Belén como el rey de reyes, como el mesías.
Por su parte, el incienso confirma la divinidad del niño que acababa de nacer, mientras que la mirra anticipa su sacrificio para lavar los pecados del mundo
El Giotto y La adoración de los Reyes Magos
Giotto di Bondoni, más conocido como «El Giotto» vivió entre los años 1267 y 1337 marcó la pintura del Trecento de manera definitiva. Se caracterizó por su alejamiento de la hierática pintura bizantina, ya que se ocupó de darles volumen, expresión y movimiento a sus personajes. Su obra tiene carácter narrativo .
Discípulo de Cimabaue, que desde un principio admiró su gran talento, logró superar al maestro en la ambientación de las imágenes, creando un nuevo tipo de espacio. Además, se encargó de darles vida a los personajes. Estos dejaron de “simbolizar” a alguien para cobrar características psicológicas propias.
En La adoración de los Reyes Magos también llamada La epifanía puede verse cómo las figuras, de carácter escultural, dominan el ambiente. Cada una de ellas muestra el estrato social al que pertenecen.
La Adoración de los Reyes Magos forma parte de un grupo mayor de obras referidas a la vida de Cristo. En la obra que se muestra en la portada puede verse el detalle con que están pintados los pliegues de las vestimentas, la actitud de verdadera admiración de Los Reyes Magos reconocibles por su halo dorado y la modestia de la Virgen María y José ante los Reyes que adoran a su hijo.
El niño Jesús, por su parte, no aparece en el pesebre, sino en brazos de su madre. Se cree que la obra fue pintada entre 1303 y 1305.
«El Bosco» y otra versión de la Adoración de los Reyes Magos
El tríptico de Hyeronimus Bosch, “El Bosco”, La Adoración de los Reyes Magos se cree que data de cerca de 1494. Es una de las obras mejor conservadas de la historia del arte de esa época, dado que aún se encuentra encastrada en su tabla original.
Está pintada al óleo sobre una tabla de roble y, por ser un tríptico, es más ancha que alta y su peso es de casi 27 kilos.
Muchos de los personajes que integran el tríptico aparecen no en primer plano, sino que asoman por huecos y se distribuyen de formas curiosas por el fondo. Los especialistas del Museo del Prado, donde se encuentra alojada, dicen que cada vez que se estudia el dibujo original que dio origen a la pintura se descubre algo nuevo y marcan la capacidad de El Bosco para utilizar diversos recursos.
Por ejemplo, parte del paisaje ha sido pintado de manera muy simple en la que se notan las pinceladas, mientras que las pajas del pesebre han sido realizadas con mucho detalle como si se hubieran realizado una por una y en diferentes capas.
Las caras del niño y de la Virgen, según los especialistas del Museo del Prado están trabajadas con muchísima materia, casi como si las estuviera modelando más que pintándolas, lo que las destaca respecto del resto de los personajes.
Variaciones sobre el mismo tema
Sandro Boticelli hizo diversas representaciones de La Adoración de los Reyes Magos. La que se ve en esta reproducción le fue encargada por Gasparre de Lama con fines que poco tenían que ver con la devoción religiosa.
A pesar de llamarse Gaspar, como uno de los tres reyes magos, pidió que no tuviera en el cuadro una representación especial, sino que los tres reyes fueran una representación de tres generaciones de los Médici, con quienes quería quedar bien en razón de su poder y su influencia.
El mago que se arrodilla delante de la Virgen es Cosme de Médici, “El Viejo”. El rey mago que se arrodilla en el centro y lleva un manto rojo es su hijo, Pedro de Mádici, al que apodaban “El Gotoso”.
El tercer mago es Juan de Medici. El resto de los integrantes de la familia ocupan otras posiciones en el cuadro.
La pintura muestra las ruinas de Belén marcando un punto de inflexión entre el antes y el después del nacimiento del niño Jesús.
Se trata de una tabla pintada al temple y mide 111 x 134 cm y data de alrededor de 1475.
El cuadro de Rubens sobre la Adoración de los Reyes Magos se distingue claramente del resto. Mientras los anteriores colocaban al Niño Jesús a la derecha del soporte porque se supone que por el hábito de lectura es allí hacia donde se dirige la vista, Rubens lo coloca en el lado opuesto, es decir, a la derecha, pero lo rodea de una luz que le da todo el protagonismo a la imagen.
Rubens es un pintor que pertenece al Barroco y, por lo tanto, el tratamiento de las figuras es muy diferente a la de los cuadros del Renacimiento. Las formas son más movidas y las posiciones más complejas porque responden a una estética distinta.
Se cree que el original de La adoración de los pastores se pintó en en 1609 y se retocó entre 1628 y 1629.
En su colorido se destacan los rojos, los amarillos y los violetas. Hay, además, profusión de personajes. Se representó incluso a sí mismo.
El contraste entre la luz y la sombra es muy propio del estilo barroco. Rubens de destacó en estos contrastes como bien lo evidencia de la luz que emana del niño Jesús y que se va difuminando a medidaque se incorporan la las del resto de los personajes.
Si se toman en cuenta los toques de luz más relevantes, se ve que el cuadro marca una diagonal ascendente desde el niño Jesús hacia el vértice opuesto de la obra.
Esta magnífica pintura se encuentra en el Museo del Prado.
Fuera totalmente del arte sacro y del tema de los Reyes Magos, en la obra de Daniel Santoro puede apreciarse cómo Evita es la encargada de proveer de juguetes a los niños pobres.
En este cuadro puede verse el mayor de los regalos que les hizo: La ciudad de los niños. Pero, desde la Fundación Eva Perón, regaló miles de bicicletas, pelotas, muñecas y otros juguetes para alegrar la infancia de los desposeídos. Éste es un tema recurrente en la obra de Santoro en la que Evita es la que otorga felicidad para aquellos chicos cuyo hogar no puede ser visitados por los Reyes Magos.