Las Unión Tranviarios Automotor (UTA), las cámaras empresariales y el Gobierno volverán a sentarse a la mesa de negociación el próximo jueves a las 13 en la sede de la Secretaría de Trabajo en Callao al 100, con el objetivo de acercar posiciones, encontrarle una solución a la paritaria de los choferes de colectivo y evitar así otra medida de fuerza para el fin de la semana.
La negociación se encuentra trabada en una diferencia de $250.000 pesos que desde la UTA dan por reconocida y homologada en la última paritaria y las cámaras aseguran que aquello es el pago de una suma no remunerativa por única vez. En base a estos dos conceptos es que la UTA reclama un piso de negociación de $987.000 para el mes de marzo y las cámaras se paran en $737.000.
Según informó Noticias Argentinas, desde la patronal aducen que, si validan ese monto y no hay aumento de subsidios o una suba del precio del boleto, es imposible cumplir por lo que se empezarán a ajustar con despidos de personal y reducción en la cantidad de servicios.
“El reclamo salarial de la UTA significa para los operadores un costo adicional de $12.500 millones de pesos, el cual es imposible de absorber con el nivel de ingresos percibidos por vía de tarifas y subsidios”, indicaron en un informe sectorial en el cual ven posibles 4 opciones para la resolución del conflicto: a) Que el gobierno autorice una suba de tarifas; b) El gobierno aumente los subsidios; c) La UTA modere sus pretensiones salariales; d) Una mezcla entre el escenario a), b) y c).
Las negociaciones vienen trabadas porque ninguna de las tres partes da el brazo a torcer. Las empresas no cuentan con los fondos, la patronal no quiere ceder lo que entienden como un derecho adquirido y el Estado dice: no hay plata.
Desde las cámaras indican que “la diferencia entre los costos calculados por el Estado y el costo enfrentado por los operadores no es un problema reciente, pero se ha profundizado durante los últimos años, alcanzándose una brecha superior al 40%”
¿Cómo se cubre esta diferencia? En primer lugar, disminuyendo la inversión y compra de nuevas unidades, lo que impacta en una mayor antigüedad del sistema y, luego, disminuyendo la frecuencia del servicio, que se traduce en más demoras y espera por parte de los usuarios.
El conflicto así amenaza con escalar. Este miércoles a las 13 tendrá lugar la próxima reunión paritaria entre las cámaras que operan las líneas de colectivo del AMBA y el sindicato que conduce Roberto Fernández. Si no existe una salida a la puja salarial, podrían volver las medidas de fuerza el viernes 25 de abril.