«Los productores esperaban tener otro panorama para el inicio de la campaña 2024-2025: sin cepo, con retenciones en torno del 15% y un dólar competitivo. Lo que pasa ahora no tiene nada que ver con esas expectativas».

La frase se escuchó días atrás, en la reunión que mantuvieron los popes de la Mesa de Enlace con el ministro de Economía, Luis Caputo. Los representantes de la patronal agropecuaria aseguraron que sobre llovido, mojado: la tendencia de los precios internacionales es francamente negativa por lo que lo que el escenario económico argentino es doblemente lacerante.

Caputo repitió sus buenas vibras para con la actividad y sus dueños, pero no pudo soltar una sola promesa concreta. Cepo y retenciones dejarán de existir «cuando las condiciones económicas lo permitan». La devaluación no está en los planes del gobierno.

Caputo, acompañado por el diputado José Luis Espert, trató de entusiasmar a los empresarios rurales con proyecciones que vaticinaban una recuperación de la actividad económica con caída de la inflación y reducción de la tasa de interés. Por lo tanto, aseguró, los costos de producción bajarán y la producción local de granos será más competitiva aún, lo que derivará en mayores ganancias.

El ministro intentó por esta vía ponerle un límite a lo que aparece como un nubarrón en el horizonte económico nacional: la posibilidad de que los productores siembren menos. Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) prendió las alarmas esta misma semana al destacar que la intención de siembra caerá un 30% para la campaña en la zona núcleo, que es como se conoce al territorio que comprende el sur de la provincia de Santa Fe, el este de Córdoba y el oeste de Buenos Aires.

Según la BCR, la baja de los precios internacionales del maíz elevan la importancia de otros factores de riesgo, como el clima o las plagas. En el año que va entre julio de 2023 y este mes, el valor del maíz en el mercado de Chicago -parámetro global para los precios de los granos- cayó casi un 35%. Si bien la tendencia es a que ese valor suba entre un 10% y un 20% para fin de año, los productores de maíz aducen que la falta de rentabilidad sigue aplastando su voluntad de sembrar.

Los valores de la soja cayeron en un nivel parecido al del maíz, 31% en un año y la tendencia es a que esos precios se mantengan hacia fin de año.

El maíz y la soja se siembran en primavera y se cosechan en otoño. La decisión de sembrar se está tomando por estos días ya que los productores deben contratar el servicio de siembra y adquirir los fertilizantes y otros insumos necesarios. Una reducción de la superficie de siembra implicaría una menor producción de granos, y eso afectaría las cuentas nacionales en dos sentidos: de un lado, por la caída de ingresos fiscales por la menor carga de retenciones. Del otro, por el menor ingreso de dólares. Ambos aspectos son centrales en este momento.

Cálculos

El contexto de precios bajos pesa enormemente sobre los cálculos que hace el establishment agropecuario. Aseguran que en este escenario debería ser compensado con medidas del gobierno en materia de retenciones, cepo o valor del dólar. Pero ninguna de las tres están en la mira del gobierno.

Por eso algunos productores comienzan a exasperarse. Es el caso de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), la entidad que históricamente ha sido la más combativa de todas, por encima de la Sociedad Rural, Coninagro y Federación Agraria.

CRA subrayó que la carga impositiva es excesiva y desmedida. “Las retenciones ahogan a nuestros productores, impidiendo su crecimiento y desarrollo. Este tributo no solo afecta la rentabilidad de los productores, sino que también distorsiona los precios y desincentiva la inversión en el sector agropecuario”, planteó la entidad en un comunicado días atrás. Si bien el ángulo del reclamo  no es novedad, lo nuevo es que está dirigido al gobierno de Javier Milei, quien desde la campaña electoral de 2023 fue visto como un aliado y alguien en quien «el campo» podía confiar.

Lo que CRA no dice es que si los productores de soja pueden guardar la cosecha en los silobolsas en niveles sorprendentes es porque el propio gobierno ahora criticado bajó la tasa de interés de los préstamos dirigidos a empresas agropecuarias productoras de soja que hubieran retenido en silobolsas más del 5% de su producción. Con pesos baratos para pagar gastos, los productores no tienen necesidad de vender sus granos a los exportadores. «