Regina Camargos es secretaria Adjunta de Gestión de Personas del Ministerio de Gestión e Innovación de los Servicios Públicos de Brasil desde 2023, aunque tiene 25 años de experiencia como negociadora laboral e investigadora en temas relacionados con la economía del trabajo y la docencia. En esta entrevista habla de la reciente ley que armoniza los concursos públicos para ocupar los cargos en la administración nacional para acercar la gestión estatal al pueblo. Y para que la sociedad no vea al Estado sirviendo solo a los privilegiados.

“La historia reciente de los concursos públicos comienza en la década de los 1990, después de aprobada la Constitución de 1988, una constitución muy innovadora y avanzada. En su artículo 37 define el ingreso a los cargos públicos por concurso. En general, la gestión pública en Brasil es muy avanzada y tienen altos estándares”, adelanta en esta charla donde se explaya en los problemas de acceso a los cargos. “Los concursos sólo se realizaban en ciudades específicas de los Estados más ricos del país. No siempre los concursos eran homogéneos en las distintas áreas del Gobierno. Además, las tasas para la inscripción eran altas y eso dificultaba el acceso de muchos sectores a la administración pública”, afirma Camargos.

-¿Qué cambia desde ahora?

-La nueva ley de armonización reglamenta los concursos en la Nación, provincias y municipios y busca ampliar la seguridad jurídica de los concursos y los derechos de lxs trabajadorxs del Estado.

– ¿Cuál es la proporción de los cargos por concurso en la Administración Pública de Brasil?

– Hoy en día, alrededor del 85% de los trabajadores del Estado ingresan por concurso público. Los concursados se rigen por el Estatuto de los Servidores Públicos, tienen estabilidad, salarios competitivos y derechos laborales. Un 15% son cargos de confianza que están vinculados al gobierno de turno.

– ¿Cuál sería la innovación de este nuevo concurso público unificado?

– La innovación se da en el marco de la priorización del presidente Lula de la necesidad de tener un Estado más competente, profesionalizado y eficaz en Brasil. Para eso, dividió el Ministerio de Planeamiento, Presupuesto y Gestión creando el Ministerio de Gestión e Innovación de los Servicios Públicos, a cargo de Esther Dweck. Desde allí se decidió organizar el concurso público unificado. La gran innovación es que fue simultáneo en 220 ciudades. Se trabajó con el IPEA (Instituto de Investigación de Economía Aplicada) y con el IBGE (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística) para planificar los lugares estratégicos para que de norte a sur, este a oeste del país las personas pudieran tener acceso. El concurso se realizó por un único día. La Policía Federal, el Correo y la Agencia de Inteligencia contribuyeron para resolver la logística en tantos locales simultáneamente. Conseguimos reducir significativamente las tasas de inscripción: en los concursos públicos para personas sólo con educación secundaria la tasa fue de 60 reales (unos 12 dólares) y para concursantes con formación universitaria 80 reales (unos 20 dólares).

– ¿Qué se evalúa en un concurso unificado?

– Otra de las innovaciones es que los concursos no se direccionaron a órganos específicos sino que se realizaron por competencias. Se realizaron capítulos específicos para el área de ciencias agrarias y medio-ambiente, tecnologías de la información, políticas sociales, políticas indígenas, etc. Entre las innovaciones destacan tres tipos de pruebas: de conocimientos (que incluyen pruebas escritas, objetivas o de ensayo, y pruebas orales, que pueden abarcar contenidos generales o específicos); habilidades (como preparación de documentos, simulación de tareas específicas del puesto y pruebas físicas); y competencias (evaluación psicológica, examen de salud mental o prueba psicotécnica). También podrá haber evaluación por títulos y por realización de cursos o programas de formación, que podrán ser eliminatorias o clasificatorias. No nos interesa que las personas sepan repetir sino la capacidad de elaborar razonamientos complejos, interpretación de textos, sentido crítico y el conocimiento sobre temas de actualidad y de importancia para la política pública con ensayos sobre desigualdad, diversidad, condiciones de trabajo, degradación ambiental, entre otros.

– ¿Cuántas personas participaron?

-Quedamos sorprendidos con las inscripciones. Este año se abrieron 6.500 vacantes y tuvimos dos millones de inscriptos. El 52% fueron mujeres. Desde el Gobierno Lula tenemos la convicción de que los concursos tienen que ser democráticos y basados en conocimientos. Estamos muy emocionados con la participación de las mujeres del interior. Generalmente era muy difícil para ellas rendir los concursos ya que implicaban largos viajes, costos y muchas de ellas tienen hijos o realizan tareas de cuidados. En vez de que las personas vayan al Estado, en este concurso el Estado fue a las personas. Además, en vista de las desigualdades históricas y estructurales del país, se incluyeron cuotas para personas de pueblos originarios, afro-descendientes y con discapacidad.

– En Argentina las prácticas de nepotismo son muy comunes y el gobierno derogó el único decreto que mínimamente regulaba el tema para nombrar a su hermana, ¿cómo es el tema en Brasil?

-En Brasil el nepotismo es una práctica de corrupción. Está prohibido por ley. Existen casos, pero los mismos se investigan la Policía Federal y si se comprueba la justicia implementa penas. Lo mismo, los cargos de confianza en todos los niveles tienen que presentar declaraciones patrimoniales anuales. Nuestros salarios están disponibles en el Portal de Transparencia del Gobierno, cualquier ciudadano sabe lo que ganamos. El Estado es una de las herramientas imprescindibles de todo proceso de desarrollo. Si las burocracias son todas “amigas del Rey” la sociedad no se ve identificada y es más probable la emergencia de discursos de Estado mínimo o anti-Estado. Si la población no se identifica, no se ve representada en el servidor público, y si encima no tiene retorno del Estado por baja calidad de servicios o políticas públicas ineficaces, la sociedad descree. Ve al Estado sólo para servir a los privilegiados. En Brasil estamos implementando políticas de desarrollo para las cuáles tener un Estado eficiente y representativo es imprescindible. Queremos atraer a los mejores servidores de todas los Estados de Brasil e implementamos un proceso muy democrático.  La idea del gobierno Lula es que el Estado brasileño tenga la cara del pueblo.

*La autora es socióloga formada en la UNILA (Brasil), realizó maestrías en Brasil, China y es candidata doctoral en la Johns Hopkins University. Es miembro del GATE, del Instituto Lula.

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