Ahora la pelota quedó en manos de la vicepresidenta Victoria Villarruel, que deberá definir la fecha de la próxima sesión de la Cámara Alta, pero desde este miércoles tiene dos dictámes para tratar en el recinto una reforma de la movilidad jubilatoria. Luego de una hora y media de exposiciones de invitados, finalmente fueron firmados dos dictámenes, pero el panperonismo, junto con la ayuda de dos radicales, pudo finalmente alcanzar la mayoría de 18 firmas que alarman al Gobierno, porque el texto llegará al recinto. Si es transformado en ley, pondrá al presidente Javier Milei ante el dilema de vetar un texto que unió al peronismo con la oposición aliada de La Libertad Avanza. 

El que dictamen que impulsó el oficialismo, con el respaldo del PRO y otro sector del bloque radical, mantiene la actualización por inflación y aceptó el empalme del 8,1 para equilibrar la pérdida de enero pero a partir de su sanción, es decir, de ahora en adelante, no desde principios de año. Descarta los demás temas incluídos en la media sanción en Diputados. Pero es el que tiene menos firmas de los dos. El segundo, impulsado por el kirchnerismo junto a los radicales Martín Lousteau y Pablo Blanco, junto al santacruceño Jospe Carambia, es el dictamen de la mayoría y anticipa un dolor de cabeza para el Ejecutivo. Insiste con el giro que vino de Diputados: mantiene la garantía para que los jubilados no cobren por debajo de la canasta básico del adulto mayor, incluye un pago anual del 50% de la variación de los salarios y abre el pago de las compensaciones que la ANSeS le debe a las 13 cajas provinciales no transferidas a la Nación.

De este modo llegará al Senado un proyecto que fue aprobado en Diputados a partir de una demostración de fuerza de todo el arco opositor, que reunió 160 votos, es decir, dos tercios del recinto. Cuando el presidente Javier Milei se enteró de la media sanción, trató a los legisladores que votaron a favor como «degenerados fiscales» y dijo que vetaría el proyecto.

Este miércoles el oficialismo concedió cambios para evitar el veto, pero no fue suficiente, porque volvió a rearticularse ese arco opositor y llegará al recinto cuando Villarruel lo decida. Si el dictamen de mayoría es aprobado, la iniciativa que vino de la Cámara Baja será transformada en Ley y es posible que Milei busque dejarla sin efecto, en una nueva pulseada con el Congreso, con final abierto.

El desenlace del debate en las comisiones de Presupuesto y Hacienda y Legislación del Trabajo dejó a un paso del recinto la movida opositora que comenzó el 5 de junio en Diputados. Fue a partir de una coordinación opositora que, al menos para los aliados esquivos del Gobierno, terminó con el estigma de votar junto al peronismo, porque hacerlo es considerado una «mancha venenosa». Ese cristal se rompió el hace dos meses, cuando la actualización de la movilidad jubilatoria fue aprobado por 160 afirmativos, 72 negativos y 8 abstenciones. 

En el Senado Villarruel buscó demorar la convocatoria de los plenarios. Cuando comenzó el demorado tratamiento, los integrantes del bloque de LLA buscaron dilatar el debate con la invitación de funcionarios y especialistas. La agenda les jugó en contra, pero permitó actualizar la lectura del Gobierno entre un presidente que amenazó con vetar el texto y dos funcionarios que fueron a abrir negociaciones para evitar una confrontación mayor. 

El secretario de Hacienda, Carlos Guberman, celebró que el giro de Diputados tomaba el concepto de actualización por inflación del DNU 274/24, que incluye los bonos de 70.000 pesos que fueron depreciándose desde enero. Sin embargo advirtió que no podían abordar los demás temas y tampoco abordar las previsiones para el pago de juicios previsionales junto una línea de fuego que se viene calentando desde principios de año. La ANSeS dejó de girar las compensaciones mensuales a 13 cajas jubilatorias y no las destrabará hasta que concluyan auditorías que convaliden los cálculos que reclama cada provinca. El titular del organismo, Mariano De Los Heros advirtió que no pagarán nada hasta que no tengan precisiones y la oposición le recordó que llevan ocho meses revisando datos. 

Las exposiciones de los dos funcionarios no convencieron. Por la tarde Guberman estuvo en la Casa Rosada. Participó de la reunión que encabezó el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, junto a los 10 gobernadores de Juntos por el Cambio. Tal como contó Tiempo este domingo, les ofrecieron cambiar las deudas con las cajas jubilatorias a cambio de otra deuda, que cobrarían antes que las demás provincias. Luego de ese encuentro, algunos mandatarios, como el santafesino Maximiliano Pullaro acortó el tranco y advirtió que van a recurrir a la Corte. Los gobernadores de JxC saben que tienen amplias chances de darle un revés a la Corte, como le pasó a Mauricio Macri antes de asumir la presidencia, cuando le ordenó a la Nación devolver el 15% de coparticipación del Impuesto a las Ganancias que le había retenido. 

La tensión que respiran los gobernadores por este tema se cristalizó en el dictamen de mayoría. Es el hilo que une a la demostración de fuerza del 5 de junio que enojó a Milei. “Con los degenerados fiscales queriendo gastar como locos y bueno, el mercado nos pasó la factura“, dijo esa jornada  en la Bolsa de Comercio. Cuando Milei se enteró del revés en Diputados, fue la primera vez que eligió tratar de «degenerados fiscales» a los legisladores que aprobaron el cambio en la ley jubilatoria. Un mes después, ante un nutrido grupo de empresarios, revisitó su amenaza. “Les digo algo, si los degenerados fiscales quieren pasar leyes que vayan contra el equilibrio presupuestario ¿saben qué? las voy a vetar todas, no voy a entregar el resultado fiscal”, lanzó. 

Luego abrió una negociación que fue corta y no alcanzó. En el Senado hay 53 o 54 voluntades para aprobar el dictamen de mayoría y volver a enrostrarle dos tercios a Milei, un número muy delicado, especialmente en el Senado. Con dos cámaras tan fragmentadas y un oficialismo tan débil, llegar a los dos tercios es un ejercicio de poroteos que está a un paso de dar a luz la primera ley netamente opositora sobre las jubilaciones, un tema demasiado sensible para el humor social. 

En la Casa Rosada admiten que no será fácil vetar un aumento jubilatorio y que la situación no es comparable con el antecedente de 2010.  Ese año las dos cámaras del Congreso sancionaron una ley que fijó una mínima del 82% del salario mínimo, vital y móvil. El 14 de octubre, la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner lo vetó.