Hace un año Mauricio Macri estaba en una posición expectante. Esperaba que Javier Milei, recién transformado en presidente, habilitara el desembarco del PRO en distintas áreas clave del nuevo Gobierno. Un año después, el magnate ya no tiene esperanzas al respecto y afronta una nueva ofensiva del oficialismo en su contra, esta vez, enfocada en la Ciudad de Buenos Aires, el territorio originario de su carrera política. Mauricio es el garante de la gestión de su primo Jorge como alcalde porteño y no oculta su preocupación ante una administración gris que deteriora el capital político más importante del macrismo desde su nacimiento hace 20 años.
El expresidente no ha perdido su hiperactividad desde que conduce el partido. En estos últimos días los crujidos en la gestión porteña han dejado al desnudo que está mucho más involucrado en los destinos del gobierno porteño de lo que se creía. Su primo Jorge, exintendente de Vicente López, implicó el regreso del apellido Macri al control de la Ciudad, después de la primera victoria que permitió el desembarco de Mauricio en el gobierno capitalino a partir del 10 de diciembre de 2007. Dieciséis años después regresó un Macri al sillón porteño. Por esa razón, la sorpresiva partida del secretario de Seguridad capitalino, Diego Kravetz, para asumir como subdirector de la Secretaría de Inteligencia del Estado, fue un golpe para Mauricio y para Jorge. Ambos están sumidos en una creciente soledad política que el Gobierno busca alimentar, en una ofensiva avalada por Milei, pero ejecutada por su hermana Karina, junto al asesor presidencial Santiago Caputo.
Cuando Macri asumió la jefatura de Gobierno en 2007, Kravetz era parte del Frente para la Victoria. Formaba parte del peronismo porteño, bajo la influencia de Alberto Fernández. Su paso al PRO fue progresivo y jugó donde lo dejaron. Se concentró en el conurbano bonerense y especialmente en Lanús, donde trabajó para que Néstor Grindetti fuera su intendente. Exhombre de SOCMA y exministro de Hacienda de Mauricio, el desembarco de Grindetti en Lanús le permitió a Kravetz asumir como secretario de Seguridad en un municipio caliente de la tercera sección electoral. Dentro del PRO cuentan que entre la campaña y la gestión, Kravetz conoció a Caputo como parte de la consultora que atendía al PRO junto a Guillermo Garat y Rodrigo Lugones. Kravetz buscó suceder a Grindetti en Lanús pero perdieron a manos del kirchnerismo en las últimas elecciones. Ambos volvieron a la Ciudad de la mano de Jorge. Grindetti como jefe de Gabinete y Kravetz en Seguridad. Se fueron un año después. Kravetz pegó el portazo y dejó heridas abiertas. Grindetti pasó a ser asesor del gobierno y le dejó el cargo a Gabriel Sanchez Zinny, promovido por Mauricio, en otra demostración de su influencia.
Los más desconfiados, que todavía tienen despacho en el gobierno porteño, creen que Kravetz venía cocinando su salida desde hace rato y que eligió un momento acorde con el salto que iba a pegar. Otros opinan que fue una partida intempestiva y en respuesta al cansancio con las formas de Jorge para administrar el poder que su primo Mauricio audita desde la conducción partidaria. El disparador habría sido la bronca de la exministra de Educación, Soledad Acuña, contra la designación sin concurso de la nueva rectora de la Universidad de la Ciudad de Buenos Aires, dedicada a la formación docente. Acuña fue ministra de Horacio Rodríguez Larreta y es la esposa de Kravetz.
Con la inclusión de Kravetz como «señor 8» de la SIDE, Santiago Caputo sumó otra fuga del PRO al gobierno libertario. Pero en este caso se llevó a un conocedor de todas las fallas, fortalezas y oscuridades del aparato de seguridad porteño y también de la intimidad del área de control comunal, considerado otro talón de Aquiles de la administración capitalina.
«Antes el PRO irradiaba su gestión al conurbano, pero con Jorge se está conurbanizando la Ciudad», lamenta un macrista que conoce a los primos más importantes del PRO. La tensión no sólo está presente en las encuestas, sino en la relación de Mauricio con Jorge. Quienes siguen de cerca la dinámica de ambos en la gestión porteña revelan que «se pelean muy seguido», porque el expresidente le transmite las quejas que recibe de sus amigos sobre las fallas de la gestión porteña. Los comentarios no sólo surgen de las amistades con domiclio porteño que juegan al padel con Mauricio, sino de los que deambulan por su entorno.
La salida de Kravetz opacó el primer año de gestión que preparaban en la Ciudad. En el entorno del alcalde detestan que les hablen de crisis. El alcalde hizo cambios en el Gabinete pero no sumó ningún aliado político, después de una semana donde logró la aprobación del Presupuesto 2025 por un voto, gracias al libertario Ramiro Marra, pero con el bloque de LLA votando en contra. Los problemas en la legislatura fueron el preludio de lo que vendría después: Kravetz pegando el portazo y asumiendo en un área que obsesiona a Macri, mientras Karina protagonizaba un acto en Floresta. Fue su segunda aparición en lo que va del año. Primero fue en San Telmo y este miércoles en el oeste porteño. En ambas locaciones la hermana del presidente sostuvo que no le pedirán ayuda a nadie y que buscarán competir como una fuerza autónoma.
Los movimientos de la Casa Rosada aumentan la soledad de los Macri en la Ciudad, pero también en áreas delicadas de poder. Un caso paradigmático sucede con Cristian Ritondo, jefe del bloque del PRO en la Cámara Baja. Una investigación del sitio Eldiario.ar reveló que su esposa tiene tres departamentos en Miami que nunca declaró por un valor aproximado de 3 millones de dólares. Ritondo fue, hasta ahora, uno de los resortes más importantes de Macri en Diputados. Algunos aventuran que era el único que respondía tan orgánicamente al expresidente. Ritondo esperaba que Macri saliera en su defensa, pero si silencio fue atroz. Ni lerdo ni perezoso, Milei llenó el hiato que dejó Macri y lo respaldó públicamente. Durante una conferencia en Córdoba le agradeció el apoyo a él, y al bloque del PRO. También dijo que era víctima de una persecución. Salió a bancarlo, aún a costa de quedar pegado a un caso vidrioso donde Elisa Carrió buscará aumentar la herida con nuevas denuncias y ampliando otras. Pero el presidente administró su poder en un buen momento de imagen y lo respaldó a Ritondo, aún bajo sospecha, quizás para abrirle las puertas al Gobierno o al oficialismo. El exministro de Seguridad de María Eugenia Vidal quizás ahora tenga menos conflictos de fidelidad que antes con Macri y no es el único que no tiene ganas de pelearse con Milei.
El PRO está en estado asambleario por la Ciudad, por la debilidad de Jorge y por la enemistad creciente de Mauricio con Milei. Esta semana retumbaron rumores de una reunión del expresidente con el exalcalde Horacio Rodríguez Larreta. Según reconstruyó Tiempo ese encuentro no habría sido posible en estos últimos días. El exalcalde regresó este sábado de la luna de miel después de casarse con Milagros Maylin y el expresidente partió hacia Villa La Angostura para pasar las fiestas y reunirse con sus íntimos en el barrio privado Cumelén. Una alta fuente confió que sí hubo un diálogo, pero fue telefónico y no estuvo concentrado en la política. Rodríguez Larreta invitó a Mauricio al casamiento y el magnate no pudo ir. Fue la primera vez que se comunicaron desde que Macri asumió la presidencia del PRO. El exalcalde seguirá manteniendo su perfil bajo y si tiene que hablar con quien fue su jefe político, posiblemente le recuerde un largo listado de recriminaciones por lo fuerte que jugó para debilitarlo ante Bullrich en la interna por la candidatura presidencial. Rodríguez Larreta quedó afuera de todo y Patricia se peleó con Mauricio, hasta hace un año su principal mentor.
La tensión sigue en ascenso con los Milei. El Gobierno explora un acuerdo para eliminar las PASO a nivel nacional, pero también para cerrar una lista propia en la Ciudad. En el medio el PRO deslizó que Mauricio podría presentarse el año que viene como senador, pero en el Gobierno dicen que si sucede jugarían a Patricia Bullrich, que no quiere dejar el ministerio de Seguridad, al portavoz Manuel Adorni y a Daniel Parisini, conocido como el «Gordo Dan». La Rosada está empeñada en adelantar la debilidad del macrismo en la Ciudad y por eso el alcalde analiza separar las elecciones porteñas de las nacionales. A Karina le adjudican una ofensiva pública para contrarrestar ese intento que sumará voces en las próximas jornadas. La primera fue Pilar Ramírez, titular de la bancada de LLA en la Legislatura Porteña. «¿Por qué hay que desdoblar las elecciones? Aparte él (por Jorge Macri) había dicho que no estaba a favor de eliminar las PASO del año próximo, que eso implicaba “cambiar las reglas de juego”. ¿Desdoblar no sería cambiar las reglas?», lanzó la legisladora cercana a Karina en una entrevista con el diario La Nación. Dijo que la movida del desdoblamiento tiene «un tufillo raro» y recordó que su fuerza política es oposición en la Ciudad.
En la sede de Uspallata no ocultan la bronca por la salida de Kravetz y por la ofensiva de pinzas que conduce la Rosada. «Esta Ciudad no es moneda de cambio ni el botín de guerra de un acuerdo político nacional. Esta Ciudad merece ser defendida y respetada por lo que es. Y a mí me votaron para defenderla y la voy a defender con mi bandera desde el PRO. Pero primero está la Ciudad antes que otras discusiones nacionales”, lanzó Jorge este viernes en un acto partidario por su primer año de gestión. “Algunos dicen que el PRO fue. No fuimos. Acá estamos. Vivitos y coleando. Y con ganas de dar la batalla. Con muchas ganas, muchas ganas de que al presidente le vaya bien», cintureó el alcalde porteño, preocupado por la lejanía creciente del mismo electorado compartido. Los Macri llegan muy solos a fin de año y los Milei buscarán aprovechar esa debilidad para primerear en el año electoral que ya les pisa los talones.