Este lunes comienzan las clases en gran parte de las universidades nacionales, pero con el presupuesto congelado de 2023 y una inflación sin freno, ya todas saben la fecha límite: mayo. Hasta ese mes tienen fondos para garantizar el desempeño. Mientras crece el estado de emergencia, la mayoría empezó a adoptar medidas para achicar el funcionamiento. El gobierno deja trascender un posible aumento de partidas del 65% (insuficiente para cubrir el sector donde estudian 2,5 millones de personas) y sus representantes denostan al ámbito de la educación superior, hablando de «sovietización». La Argentina del futuro se resquebraja por el ajuste del presente.
“Con una inflación interanual del 250% este no es un problema solo de las universidades, sino de todo el sector público, para pagar sueldos de mayo van a tener que reasignar partidas, según ya adelantaron Nicolás Posse y Santiago Caputo. Lo que estamos pidiendo es que lo hagan ya”, explicó una fuente, presente en la última reunión del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), donde los rectores declararon el alerta.
Congelamiento presupuestario
La Universidad Nacional de Hurlingham, liderada por el ex ministro de Educación, Jaime Perczyk, debió retrasar la preinscripción de materias “para poder reacomodar la oferta de comisión” debido a “la restricción presupuestaria”. En esta instancia, los estudiantes solo podrían anotarse a tres materias como máximo. La de General Sarmiento tomó una decisión similar.
En el sur del Conurbano, la de Quilmes (UNQui) fue una de las primeras en anunciar una acción en este sentido: «por el congelamiento presupuestario que sufren las universidades públicas, habrá nuevos topes para la inscripción a materias», anunciaron en sus redes el 9 de febrero. Además, la UnQui tenía cursos gratuitos para los estudiantes: ahora serán arancelados.
Quizás sean signos de una «privatización» de hecho que empiece a ocurrir por goteo en las universidades públicas nacionales. Lo mismo sucede con la oferta de extensión de las facultades: cursos y actividades de cara a la comunidad que son lo primero que pueden llegar a cortarse ante la falta de fondos.
También están los costos de los servicios (que el gobierno desreguló incluso para la educación superior) y hasta de los predios, que muchas alquilan. “Nosotros, afortunadamente, somos dueños y podemos ir administrando esta sangría, pero tenemos oxigeno hasta dos o tres meses más”, confiesa a Tiempo Indalecio González Bergez, secretario general y jefe de gabinete de la Universidad Nacional de Lanús. “No queremos 1200 familias sin laburo o 30 mil estudiantes sin aula. Estamos unificando turnos y horarios. Tenemos el Campus habilitado por la CONEAU para llevar la virtualidad a la mitad de las materias, eso le reduce los gastos a los docentes y a los estudiantes”.
Primera generación
Según trascendió en las últimas horas, el secretario de Políticas Universitarias de Nación, Alejandro Álvarez, dejó trascender que el gobierno evalúa una suba del 65% del presupuesto de las universidades nacionales (con una inflación anual cuatro veces mayor), pero no hubo una definición. Donde sí parece haberla es en la intención de dar de baja las becas Progresar, y hasta las becas Belgrano, destinadas a carreras «estratégicas» para el país.
“Hasta el 10 de diciembre teníamos una política activa de becas, pero todavía no pusieron a nadie en esa área. No hay firma”, advierte González Bergez. Y comenta: “hace 20 años que voluntariamente en la UNLa los funcionarios donan el 2% de su salario y los trabajadores el 1% para un fondo de becas. Un 80% de los estudiantes es primera generación universitaria y buscamos acompañarlos como sea. Estamos evaluando las reasignaciones de ese fondo”.
El jueves, la Facultad de Exactas de la UBA informó que el gobierno nacional «interrumpió» desde diciembre el pago a las empresas que brindan seguridad, mantenimiento y limpieza en el Cero+Infinito (un sitio de investigación vanguardia en la región): por ese motivo debieron cerrar el acceso principal al edificio.
La Universidad Nacional de Misiones declaró formalmente la emergencia presupuestaria, y la de Luján (UNLu) ve peligrar las obras de infraestructura planeadas. El rector de la UNLu, Walter Panessi, admitió estar atravesando una gran “incertidumbre” respecto a la continuidad de diferentes obras de infraestructura que la casa de altos estudios lleva adelante como la reestructuración de instalaciones y la reconstrucción de la pileta de natación en la Delegación San Fernando: “Vamos a tener que resignar, por lo menos un poquito, dos cuestiones fundamentales para la Universidad, que son las que tienen que ver con la investigación y la extensión”.
Desde la Universidad Nacional de Córdoba adelantaron una serie de medidas para reducir los gastos. Se cree que desvincularían a muchos de los 240 trabajadores, entre planta y contratados, que tiene el sistema de medios de la institución: Canal 10; canal digital CBA24N; y las emisoras Radio Universidad (AM 580) y Nuestra Radio (FM 102.3). Entre otras medidas, se propusieron disminuir el consumo energético y la reducción de los gastos en seguridad, para lo cual se espera coordinar las tareas con el municipio de Córdoba.
Tiempo pudo saber también que la Universidad Nacional de La Matanza, está evaluando la posibilidad de dejar de publicar semanalmente un periódico con noticias regionales y universitarias. En un partido (como la mayoría del país) donde escasean los medios locales y las universidades terminan cumpliendo otro rol clave contando a la comunidad la realidad que les rodea.
Más que económico, el encono del gobierno parece ser ideológico. En la apertura de sesiones, Milei cargó contra las universidades. Hasta el propio titular de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, publicó un documento en noviembre donde habla de «un clima de sovietización» en los claustros universitarios, y de la dominación en las facultades de «las ideologías de las izquierdas académicas, las teorías queer y posmodernas».
Currículas de izquierda
«La creación de universidades se ha convertido en un negocio más de la política y en los profesorados e institutos de formación docente proliferan currículas educativas de izquierda, abiertamente anticapitalistas y antiliberales», aseguró Milei en la apertura de sesiones. En esa línea, el Ministerio de Capital Humano resolvió esta semana «revisar» la creación de las últimas cinco universidades creadas en 2023: la de Pilar, la de Madres de Plaza de Mayo, la del Delta, la de Ezeiza y la de Río Tercero. Horas después el juez federal Adrián González Charvay ordenó a Sandra Pettovello una “medida cautelar interina” para que de marcha atrás con la resolución, pero solo para el caso de la de Pilar.
Carlos
4 March 2024 - 14:20
No conozco el estado de otras universidades pero de la UBA si y es un desastre hace años que se cae a pedazos la militancia del centro de estudiantes es cada ves más fastidiosa ejercidas por los eternos estudiantes a eso sumarle la prepotencia de algunos docentes que pueden arruinarte un año por el solo echo de demostrar mayor conocimiento si en 20 años no arreglaron el edificio y la infraestructura poco va a cambiar por 2 meses del nuevo gobierno