Laura Belén Arrieta tiene 32 años. Fue azafata y trajo hace un par de semanas unas diez valijas desde Miami, EE UU, que según denunció el periodista Carlos Pagni en La Nación, no tuvieron supervisión de la Aduana por una “orden de arriba”, lo cual fue desmentido por el ente gubernamental. Pero, al parecer, ese podría ser el menor de sus problemas.

Arrieta es miembro de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), una liga conservadora de ultraderecha de Estados Unidos, que encabeza el presidente Donald Trump y de cuya última reunión participó su par Javier Milei.

Hasta allí todo bien. También es vicepresidenta de la empresa COC Global Enterprise, que lidera Leonardo Scatturice, quien justamente actúa de contacto entre los dos presidentes por interposita persona. Además de representante de la CPAC en la Argentina y miembro activo de la organización, es sponsor de encuentros de la AmCham (Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina) y participa de otras organizaciones como Tactic, que promueve la figura de Trump. Scatturice está vinculado con Matt Schlapp, un lobbista y exdirector de Estrategia Política de la Casa Blanca, y Barry Bennet, uno de los principales estrategas políticos de Trump. Por esa vía, y a través de Santiago Caputo y su hermano Francisco (que maneja las finanzas de la fundación El Faro) por el otro lado, Scatturice es el enlace entre Milei y Trump.

A Scatturice se le adjudican más de una docena de empresas. Por caso, es CEO de OCP Tech Global IT, una tecnológica con sede en Miami y vinculada con la norteamericana Cisco, la empresa que maneja buena parte del mundo de las criptomonedas a través de su plataforma de blockchain. También se vincula con el mayor sitio de intercambio de esos valores ByDFi. Según varios especialistas en la materia, apenas se lanzó $Libra hubo un intercambio (swap en la jerga) entre esa memecoin, atribuida al entorno de Milei, y $Melania, en referencia a la esposa de Trump, impulsada por ese mismo grupo manejado por Hayden Davis. En 2023, OCP Tech calificó para la norma ISO 37001, conocida como Sistema de Gestión Anti-Soborno.

Scatturice es especialista en paraísos fiscales y fue quien, como asesor ad honorem, le acercó a Santiago Caputo otro exagente de la Side, Andrés Vázquez, para que fuera designado por Milei como jefe de la DGI, tal como sucedió también con Andrés Velis en la Aduana. En Miami, la familia de Milei tiene una sociedad llamada AlKary conformada por Alicia, la madre, y Karina, la hermana del presidente, junto a su padre Norberto y una persona más, con la que compró departamentos por U$S 2,7 millones. Se desconoce si Scatturice tiene que ver con el manejo de ese dinero y la creación de  esa sociedad.

Según escuchas en la causa Dark Star por espionaje, donde se pincharon más de 800 teléfonos que se compilaron en 16 mil fojas y centenares de CDs, Scatturice dijo que era “retirado de la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal” y que trabajó con temas relacionados con el narcotráfico en varios aeropuertos. Fue CEO de la agencia C3 Consulting y trabajó para FTI Consulting, de Frank Holder un ex agente de la CIA, titular del servicio secreto del embajador de EE UU Terence Toddman, durante el gobierno de Carlos Menem. Holder, en ese entonces, mientras Alfredo Yabrán era investigado por tráfico de drogas y armas y su participación en el asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas, estableció lazos con Eugenio Ecke, quien tras el suicidio de su jefe se hizo cargo de la seguridad del Grupo Exxel, mientras Juan Navarro Castex Ocampo se apoderaba de buena parte de las empresas del imperio Yabrán. Allí, el ex embajador Todman funcionaba como director y Holder como asesor en seguridad. Ecke era, a su vez, socio de los hermanos Claudio y Fabián Picón, financistas del fiscal Alberto Nisman y contratistas de la CIA, con cuentas, otra vez, en Miami. Por aquel entonces, Holder creó Kroll, una de las mayores agencias de investigaciones de América Latina, conocida como la CIA privada. Después fundó Holder Internacional, una empresa también con base en Miami. Según los investigadores del escándalo Dark Star, en sus mismas escuchas Scatturice parecía ser más que un socio, un subalterno de Holder.

Según La Nación, Royal Air o Royal Class, tales son su nombre real y el de fantasía, es la empresa donde quedó alojado el avión en el que viajó Arrieta. Tanto Royal como la aeronave misma son adjudicadas a Scatturice a través de su empresa COC Global Enterprise. Uno de quienes la controla es Diego Colunga, también director de Aerolíneas Argentinas a instancias de Santiago Caputo, y socio de Scatturice en AJS Jet SA. Durante décadas, Royal Class perteneció a la familia Yabrán. «