A una semana del comienzo del Mundial, vuelve a ponerse de manifiesto la importancia de la equidad en los medios así como la necesidad de garantizar condiciones para ejercer la labor periodística con calidad y respetando el derecho a la información así como los derechos laborales.
Para esto, la Federación Internacional de Periodistas envió una carta al presidente de la FIFA para que haya una especial atención en el resguardo a la integridad de la prensa y advirtió en una declaración reciente que «las restricciones impuestas a las emisoras por parte del Gobierno de Qatar atentan contra la libertad de expresión» (https://fiplatina.press/nota/qatar-las-restricciones-de-la-copa-del-mundo-a-las-emisoras-amenazan-la-libertad-de-los-medios-de-comunicacion). Acompañamos el reclamo por el respeto a la labor profesional y a los Derechos Humanos de todas las personas que asistan al Mundial.
Por supuesto, la violación a los derechos de la población, local o extranjera, en países anfitriones del Mundial tampoco fue ni será una novedad, aunque dependiendo la nación se haga un uso político. Como ocurrió en Rusia, pero también como sucederá en el próximo Mundial en los Estados Unidos, donde las poblaciones negras, latinas, migrantes sufren constantemente ataques y vulneraciones a sus derechos. Lejos de cualquier tipo de occidentalismo hay que comprender que estas cuestiones suceden en distintos lugares del mundo y que el Mundial de fútbol, uno de los eventos culturales más masivos, es una oportunidad inmejorable para visibilizar y problematizarlas.
Al mismo tiempo, la discusión sobre la cobertura del Mundial y el rol de las mujeres y diversidades en el periodismo vuelve a echar luz sobre una deuda que sigue existiendo tanto en el mundo del fútbol como en los medios de comunicación yen la que sólo se ha avanzado en los últimos años gracias a fuerza de la organización del movimiento feminista y sindical.
Desde Sipreba y FATPREN venimos señalando en forma reiterada, en conjunto con otros espacios, la necesidad imperiosa de la reglamentación de la Ley de Equidad en los Medios, que aportaría una cuota invalorable de diversidad en el debate público. Resulta preocupante que no se avance en ese sentido porque las consecuencias de su falta de aplicación se verifican en forma cotidiana con la expansión de los discursos de odio y la desinformación.
Los medios privados, como ocurrió hace poco en Cadena 3 en Córdoba, se niegan incluso a cumplir con capacitaciones en género ordenadas por la cartera laboral. O como pasó en la radio Sol de Santa Fe, esas capacitaciones suceden luego de graves episodios como el maltrato de un conductor a una panelista y a instancia del impulso de la organización sindical.
En La Rioja por ejemplo, la periodista Manuela Calvo viene sufriendo una persecución y hostigamiento por su cobertura del caso Arcoiris, una menor abusada.
Por todo esto, además de seguir y alentar a nuestra Selección, el Mundial es un momento que nos debe servir para visibilizar estas problemáticas y las reivindicaciones de nuestra profesión que se ponen de manifiesto en una cobertura de estas características