“He emprendido el viaje de retorno del exilio». Con una amplia sonrisa, el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont realizó el anuncio de su regreso a España tras siete años de exilio en Bélgica y convocó a su fuerza política, Junts por Catalunya, a un acto para celebrar su vuelta, al tiempo que se produzca la investidura de Salvador Illa, en el Parlament, como presidente de la Generalitat.

Ante ese llamado de Puigdemont se suscitan dos incógnitas: por un lado la de si el dirigente catalán pueda ser detenido antes o durante el acto. Y por otro, lo que ocurra a partir de la convocatoria explosiva del presidente de Vox, Santiago Abascal, quien invitó a sus seguidores a darle a Puigdemont el «recibimiento que se merece si se atreve a pisar España». Instó el líder ultraderechista: «Hay que dar al prófugo golpista el recibimiento que se merece si se atreve a pisar España».

Ambas cuestiones pueden acarrear enfrentamientos serios. Incluso, si el dirigente del JxC fuera detenido, o si se produjeran incidentes, el pleno del Parlament posiblemente sería suspendido por el presidente de la cámara catalana, Josep Rull.

El mensaje críptico de Puigdemont fue enviado desde un lugar no determinado, ni con datos de cuándo lo grabó. Sí se preocupó de que se vieran las banderas catalana y europea y delante de una pared blanca. El video dura dos minutos, fue difundido en las redes sociales y se hace eco de la sesión parlamentaria.

También formula una seria crítica a los obstáculos que están poniendo “algunos jueces del Supremo” a la aplicación de la ley de amnistía. “Las nuestras no son condiciones de normalidad democrática”, aseguró. Y que él y el diputado de JxC, Lluís Puig, siguen acarreando “una larga persecución por haber permitido que los catalanes votasen en un referéndum”.

El acto pretende ser una muestra de apoyo transversal del independentismo. El Consell per la República, la entidad privada que preside el propio Puigdemont, también ha convocado a sus seguidores, lo mismo que Òmnium, la ANC y la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI). La CUP apoya igualmente la movilización.

Junts mantiene que no se trata “de un regreso personal sino político” y el ex presidente tiene intención de escenificar una aparición institucional, rodeado de fieles que lo acompañen hasta las puertas del Parlament.