En la Ciudad existe un punto tripartito que une tres barrios pudientes del distrito: Palermo, Belgrano y Colegiales. Pero desde hace 24 meses el paso de vehículos está clausurado y el lugar se convirtió en una zona abandonada. “Más allá de las promesas necesitamos hechos concretos. Queremos que vuelvan a abrir este puente porque desde hace dos años esta zona se convirtió en una de las más inseguras. El lugar se transformó en zona de nadie”, lanzó Carlos, un vecino que hace 35 años vive sobre Ciudad de La Paz en el barrio de Belgrano a metros del puente.
Se trata del paso vehicular Soler – Ciudad de La Paz, una intersección clave que une los barrios mencionados. Fue cerrado por la gestión anterior bajo el argumento de realizar obras de mantenimiento, pero los trabajos nunca comenzaron. El anuncio del Gobierno porteño fue que las obras iban a durar 12 meses y que para ello “las calles Ciudad de La Paz, entre Santos Dumont y Dorrego, y Concepción Arenal, entre Zapata y Ciudad de La Paz”, iban a permanecer cerradas al tránsito vehicular y peatonal por trabajos de mantenimiento en el puente que cruza las vías del ferrocarril Mitre.
“En menos de dos años me robaron tres o cuatro veces a metros de la puerta de mi casa. Esto nunca me había pasado en más de 30 años que llevo en el barrio”, agrega Carlos. En estos meses la zona está prácticamente aislada, sin presencia policial y ausencia total del Estado porteño.
La infraestructura tiene más de cien años, y fue el Ministerio de Espacio Público, que conducía por entonces Clara Muzzio (hoy la vicejefa de Gobierno de la Ciudad) quien ordenó clausurar el paso vehicular el 17 de enero de 2023. El puente Ciudad de la Paz – Soler fue construido en 1916 por la Compañía Lacroze para el paso de tranvías, pero luego se retiraron las vías y lo transformaron en un cruce vehicular. Pasa por encima del Ferrocarril Mitre y está ubicado en Palermo, a pocas cuadras de Avenida Cabildo, y conecta a ese barrio con Colegiales y Belgrano.
Tras dos años, la situación sigue siendo la misma, incluso con las obras que finalmente comenzaron hace pocas semanas. Según fuentes del Gobierno porteño, “los trabajos se realizan en la viga norte para que la estructura esté apta al tránsito”. De acuerdo a estimaciones de las autoridades porteñas, las obras en este sector podrían concluir a fin de mes y luego comenzarán a trabajar en la viga sur. Más tarde los trabajos se focalizarán en piezas dañadas, en el paso peatonal y en todo el alambrado.
A cumplirse un año de la clausura de este puente, Tiempo acompañó el reclamo de cientos de vecinos y vecinas que exigían su inmediata apertura.
“El puente de Ciudad de La Paz está cerrado porque está dañado. El daño que tiene no es producto del paso del tiempo ni de las fuerzas de la naturaleza en general. Más bien de algunos seres humanos con nombre y apellido que seguramente han gozado de impunidad después del daño que produjeron”, explicó por entonces a Tiempo Alejandro Lacreu, vecino del barrio de Palermo. Alejandro es arquitecto y asegura que al permitir el tránsito vehicular sobre el puente, se le agregaron capas de asfalto y hormigón que incrementaron la carga permanente.
“Los daños a los que me refiero son uno o dos cortes que sufrieron partes estructurales del puente, muy probablemente motivados por el exceso de carga entre otras causas. Por muchos años no se limitó físicamente la circulación de vehículos de carga que muy probablemente contribuyeron al daño”, agrega Lacreu.
Según el Gobierno porteño, «en una primera etapa la prioridad es que se vuelva a poder usar el puente y mejorar el entorno de la zona. Está previsto habilitarlo exclusivamente para el tránsito liviano a partir del 31 de marzo«. Para lograr este objetivo, la administración local comenzó con trabajos de reacondicionamiento de las calzadas y desagües, reconstrucción de las juntas y el agregado de nuevos refuerzos metálicos para garantizar la seguridad.
Aislamiento e inseguridad
Desde que fue clausurado el paso vehicular los vecinos quedaron aislados y expresan que la inseguridad se volvió moneda corriente. La zona quedó abandonada y, sin presencia de efectivos policiales, los robos y las complicaciones en el tránsito se naturalizaron.
“Desde una óptica más cultural ese puente tiene un valor patrimonial histórico que merece ser contemplado. Es parte de la identidad de Palermo”, sumó el arquitecto y vecino del barrio. “Su presencia, sus orígenes, la tecnología utilizada para su construcción, las historias que alberga, y la variedad de funciones cumplidas así como la variedad en la importancia de las mismas a lo largo de su historia le otorgan ese valor”, termina.
Promesas incumplidas
Según lo publicado en el Boletín oficial a cargo de la Dirección General de Interpretación Urbanística (DGIUR) en junio de 2022, aprueba la realización de las «Obras en Patrimonio Arquitectónico y Urbano del Puente Ciudad de la Paz» y afirma que el proyecto busca «la regeneración estructural del puente, teniendo en cuenta su función de uso peatonal y vehicular, conservando su estructura original».
Los trabajos que tendría que haber realizado el Gobierno porteño, se basan en la construcción de una «estructura independiente» para soportar «las cargas del tránsito liviano», el repintado del puente en su color original y el retiro de la capa asfáltica y de hormigón armado.
“Hace varios años atrás, para evitar el paso de camiones, comenzaron poniendo limitadores de altura que eran de plástico que eran sistemáticamente rotos por los vehículos más altos. El Gobierno de la Ciudad los fue reemplazando por otros limitadores de plástico, y así durante varios años”, recordó en su momento a este medio Norberto Celesner, otro vecino que vive también sobre Ciudad de la Paz, justo frente al puente.