Apretado entre los reclamos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y las críticas de la oposición que respaldó la Ley Bases, el ministro de Economía Luis «Toto» Caputo finalmente aceptó enviar al Congreso un anticipo del Presupuesto 2025. El Ejecutivo tiene plazo hasta el próximo 15 de septiembre para presentarlo, pero este miércoles envió un avance del plan de cuentas nacionales para el año próximo.
El texto, titulado «Informe de Avance sobre la Elaboración del Proyecto de Ley de Presupuesto General de la Administración Nacional correspondiente al Ejercicio Fiscal 2025» ingresó este miércoles a la Cámara de Diputados y entre otros puntos asegura que la recaudación del año que viene aumentará “un 54,4% respecto a la proyectada para 2024″, impulsada por la reimposición de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias, que forma parte del paquete fiscal que sancionó la Cámara Baja junto a la Ley Bases.
El avance sostiene que la «recaudación de impuestos nacionales y de aportes y contribuciones a la seguridad social en el año 2025 se estima que aumentará un 54,4% respecto a la recaudación proyectada para el año 2024». Será una reducción del 0,45% del Producto Bruto Interno, porque «la presión tributaria pasaría de 21,61% del PIB en el año 2024 a 21,16% en el año 2025».
«Este cambio en la presión impositiva total -sostiene el proyecto- responde al efecto neto de modificaciones (…) destacándose la menor recaudación como consecuencia de la finalización de la vigencia del impuesto PAIS», dice el texto respecto a uno de los impuestos que más recaudación le genera al Estado y que está directamente vinculado al cepo. Caputo aseguró que «no hay fecha» para que concluya esa restricción al control de cambios, pero el proyecto de ley enviado abre un nuevo interrogante al respecto.
La administración del presidente Javier Milei gobierna este año sin un presupuesto 2024 aprobado por el Congreso, sino con prórrogas y redireccionamiento discrecional de partidas por decreto sobre el presupuesto 2023, el último plan de cuentas nacionales que el Poder Legislativo aprobó a fines de 2022 para el último año de la gestión de Alberto Fernández.
Los ausentes: universidades, empresas públicas y jubilaciones
El «avance» es un anticipo que cambiará y sumará agregados cuando sea presentado el Presupuesto 2025 definitivo. No tiene ninguna precisión sobre las partidas que se destinarán a las universidades nacionales, luego de un conflicto por falta de financiamiento que puso a las casas de estudio al borde de la parálisis a partir de junio. Tras la masiva movilización estudiantil y docente del 23 de abril, en defensa de la educación superior, la oposición presentó proyectos para reglamentar el presupuesto universitario. También para restituir el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID), desfinanciado desde el 1° de enero.
Hubo más coincidencias que diferencias entre los textos promovidos por el radicalismo y el panperonismo, pero fue finalmente la UCR la que presentó un pedido de sesión para esta semana y llevar al recinto de la Cámara de Diputados los dictámenes tratados. La misma fuerza presentó un pedido para postergar el debate hasta el mes próximo. Quizás por eso el texto presupuestario no tiene ningún punto relacionado con la educación superior. Tampoco hay previsión para el financiamiento de las empresas públicas que seguirán en manos del Estado luego de la sanción de la Ley Bases.
La actualización de las jubilaciones por decreto y la caída de su poder adquisitivo es otro eje que encierra una controversia por delante. La Cámara Baja aprobó por más de dos tercios una reforma a la ley de movilidad jubilatoria por el Índice de Precios al Consumidor, más un empalme del 8,1% y un mecanismo de revisión anual para garantizar la canasta básica del adulto mayor. El Senado comenzó a debatir el tema en comisiones, pero Milei ya anticipó que lo vetará.
El texto enviado a Diputados este miércoles reconoce la caída de las jubilaciones pero reivindica el decreto aplicado. «Si bien el gasto total en jubilaciones y pensiones acumulado en los primeros cinco meses del año cayó en términos reales, en la comparación interanual, esto se debió exclusivamente a la reducción real en enero y febrero, cuando se encontraba vigente la anterior fórmula de movilidad previsional con ajustes trimestrales», dice mensaje. «A partir de abril, la recomposición de 12,5% y el paso a una actualización mensual por inflación con un rezago de 2 meses ha permitido una recuperación en el valor real de las prestaciones, que en mayo ya recuperaron el nivel de noviembre de 2023, y en junio se ubicaron un estimado de 3% por encima de aquel nivel. Dada la continuidad del proceso de desinflación, es esperable que las jubilaciones continúen creciendo en términos reales», sostiene el argumento oficial.
Estimaciones tributarias 2025
Según las estimaciones del Palacio de Hacienda «los ingresos correspondientes al impuesto PAIS durante el 2024 alcanzaron un 1,13% del PIB. Sin embargo, en 2025 sólo se estiman ingresos en el mes de enero (por operaciones devengadas en el mes anterior), ya que de acuerdo con el Artículo 35 de la Ley N° 27.541, en diciembre del 2024 finaliza su vigencia». La versión definitiva del Presupuesto podría incluir la prórroga por otro año, pero en esta oportunidad el Ministerio de Economía desliza un posible fin del impuesto PAIS y aclara que sólo estima ingresos para el año próximo como un impacto residual de la recaudación de ese gravamen que se realice en diciembre de este año.
Con los cambios en Ganancias aprobados por la Ley Bases «los ingresos provenientes en el año 2025 alcanzarían una suba del 47% respecto al año anterior», mientras que el total de «recursos originados en los Impuestos Internos Coparticipados aumentarían un 62,3% con respecto al año anterior». «Esta variación -sostiene el documento – se explica por el efecto neto de las variaciones esperadas en las ventas nominales de los productos gravados e importaciones», es decir retenciones al agro y aduana. Además está «la recaudación del Impuesto sobre los Bienes Personales», que «aumentará un 61,9%», por «los aumentos de las bases imponibles sobre las cuales se aplica el impuesto», que está dentro de Paquete Fiscal que fue sancionado la semana pasada.
El ajuste del primer semestre
Hacienda recalcó el superavit primario y detalló qué partidas cortó. «El mismo se alcanzó en tiempo récord: partiendo de un déficit financiero de 4,4% del PIB (4,6% si se excluyen los ingresos extraordinarios vinculados a la licitación del 5G) en 2023, en enero de 2024 se registró un superávit primario de 0,3% del PIB y un excedente financiero de 0,1% del PIB. En los primeros 5 meses del año, el superávit primario ascendió a 1% del PIB y el financiero a 0,4% del PIB.»
«Este resultado se alcanzó con una combinación de suba transitoria de impuestos (como PAIS) y con el ordenamiento de las cuentas fiscales nacionales ligado principalmente a la eliminación de gastos que no hacen a las funciones esenciales del Poder Ejecutivo Nacional, y a la reducción de subsidios económicos», resume el anticipo presupuestario.
Los recortes se aplicaron sobre «gran cantidad de partidas instrumentadas a través de transferencias de carácter discrecional a provincias y municipios, acompañado por la no renovación de la asistencia para el pago de salarios docentes provinciales, salarios para fuerzas de seguridad provinciales, o para la ejecución de obras menores en diferentes localidades», puntualizó el mensaje 32-24, dirigido al presidente de la Cámara Baja, Martín Menem, con la firma del secretario de Hacienda Carlos Guberman.