El Presupuesto 2025 elevado a la Cámara de Diputados prevé que la balanza comercial mantendrá un holgado saldo favorable muy similar al de este año, a pesar de la recuperación del PBI y el mantenimiento del retraso cambiario, cuestiones que en teoría alentarán las importaciones. Aun con esos factores, el gobierno prevé que el próximo año el intercambio comercial dejará un superávit de U$S 20.748 millones, apenas 6% menos del que se proyecta para este año.
Según el mensaje enviado por el Ejecutivo, para el año próximo las exportaciones podrían crecer 9% y llegar a los U$S 104.030 millones, quebrando así una barrera nunca alcanzada, la de vender al mundo productos y servicios por más de cien mil millones de dólares. En tanto, las importaciones aumentarían un 13,4% y alcanzarían los U$S 83.282 millones.
La diferencia se atribuye a la recuperación en el PBI que las autoridades aguardan para el año próximo, y que de acuerdo al marco macroeconómico elaborado fue fijada en torno al 5 por ciento. La mayor producción industrial requeriría de insumos del exterior, lo que haría elevar las importaciones. La tendencia se mantendría en el trienio 2025-2027, según las estimaciones del Ministerio de Economía.
El saldo comercial favorable es una buena noticia para un gobierno con una carencia estructural de divisas y que el año próximo debe afrontar obligaciones en moneda extranjera por U$S 29.000 millones. El presidente Javier Milei se comprometió a que los vencimientos de capital serán “roleados” (refinanciados a través de la emisión de nuevos títulos) y los intereses serán pagados con el superávit fiscal primario.
La amplitud de los números llamó la atención de algunos analistas, que creen que se subestimó la reacción que tendrá la demanda de insumos extranjeros si es que se verifica la recuperación de la actividad, tema que también está por verse. La elevada elasticidad importaciones-PBI (relación que mide la magnitud con que reaccionan las primeras ante una variación del segundo) es un clásico de la economía argentina. El gobierno lo arregló fácil: dice que la elasticidad bajará, sin explicar por qué.
“Las cantidades exportadas de bienes y servicios se proyectan con un incremento de 7,7% en 2025, manteniendo un sendero de crecimiento en 2026-2027, mientras que el volumen importado también continuará avanzando, traccionado por el crecimiento económico, pero con una elasticidad al PBI decreciente hacia el fin del período”, describió el Palacio de Hacienda al sustentar esas estimaciones.
Para Daniel Schteingart, director de Planificación Productiva en la fundación Fundar, los supuestos sobre los que se elaboraron esos números no terminan de ser claros. “Del Presupuesto sale que Argentina en 2025 tendría un PBI más alto que en 2023, pero con importaciones casi U$S 10.000 millones menores. ¿Cómo se explica, más aún teniendo en cuenta la apertura comercial en curso? No tiene sentido”, manifestó en sus redes sociales el exfuncionario del desaparecido Ministerio de Desarrollo Productivo. “Se me ocurre que parte puede ser por menores importaciones de energía, por maduración de Vaca Muerta, o por menos importación de poroto de soja, que en 2023 fueron altas por la sequía. Igual, aun así, no me dan los números”, expresó.
Algo parecido señaló con relación a las retenciones, que se espera que aporten casi 11 billones de pesos al fisco en el próximo ejercicio. Del 0,96% del PBI que aportaron en 2024, pasarían al 1,43% en 2025. “¿Suben alícuotas, cuáles? ¿Alguno tiene idea?”, preguntó.
Sobre este punto, Martín Vauthier, uno de los asesores del ministro de Economía, Luis Caputo, se sumó al intercambio en la red X. Dijo que muchos exportadores habían adelantado a 2023 el pago de ese tributo, incluso en los pagos de embarques todavía no realizados, ante la expectativa de una devaluación que daban por segura. Una vez consumada, este año hubo menos pagos. “Al normalizarse el efecto de los plazos de pago, y ya sin dólar soja el año previo, en 2025 puede esperarse una recaudación por derechos de exportación más cercana a la media de la última década”, puntualizó Vauthier.
Sin embargo, el optimismo sobre batir el récord histórico de exportaciones también peligra a partir de la cotización proyectada para el tipo de cambio, que Economía estimó en $ 1.207 para diciembre del próximo año. “La actual tasa de devaluación fija irá reduciéndose, para terminar el año 2025 en torno al 0,6% de suba nominal mensual”, apuntó un informe de la consultora Epyca, dirigida por Martín Kalos.
La variación, si bien acorde con la baja inflación que proyecta el gobierno (y que también es materia de discusión), desdeña toda recuperación real de la paridad cambiaria, lo que siembra dudas sobre el aliciente para la exportación.