El Banco Central emitirá esta semana la reglamentación que permitirá a los bancos a otorgar préstamos en dólares a empresas y personas que no generan divisas en sus operaciones comerciales.

Esta reglamentación es esperada por el sistema financiero y los analistas a fin de determinar los alcances de la decisión que tomó el BCRA la semana pasada.

Según la Comunicación A8202, los dólares para otorgar esos préstamos no podrán provenir de los depósitos colocados en el sistema local sino de la emisión de deuda en el exterior por parte de los bancos.

Se espera que la reglamentación del Banco Central juegue en el borde de la legalidad respecto de esta limitación a fin de facilitar la operatoria. Pero no violaría ese límite por el recelo de las propias entidades.

Tras la crisis de la convertibilidad de 2001/2002, los bancos solo pueden prestar dólares a empresas que generen divisas en su operación comercial, típicamente firmas exportadoras. Se trata de una norma prudencial emitida por el Banco Central que busca evitar que una devaluación del peso genere una crisis bancaria por la insolvencia de los deudores.

Ahora, el gobierno de Javier Milei rompe con esa regla, con lo que incrementa el riesgo del sistema bancario.

Las reservas

¿Por qué hace esto el gobierno? Por dos motivos.

El primero es fortalecer las reservas del Banco Central. El nivel de las reservas está estancado en torno de los U$S 29.000 millones desde marzo de 2024, salvo un breve período entre diciembre de 2024 y enero de 2025, cuando oscilaron en torno de los U$S 32.000 millones.

El salto de las reservas se debió al blanqueo ya que una parte de los U$S 22.000 millones blanqueados en efectivo fueron a parar a las arcas del BCRA como encajes, que son una parte de todo ese dinero que queda en el BCRA como reserva.

Pero el blanqueo tuvo otro efecto: los bancos comenzaron a dar préstamos en dólares a los exportadores (algo que sí está permitido) y esos dólares fueron a parar a las reservas. El mecanismo es algo tortuoso: por normativa, los bancos venden los dólares en el mercado único, donde el BCRA tiene un peso enorme cuando demanda. con los pesos, los bancos dan los créditos . A medida que hay más préstamos, el BCRA compra más dólares.

Pero el pulmotor de los dólares del blanqueo comienza a perder fuerza por el doble efecto de los préstamos otorgados (U$S 2850 millones entre diciembre y enero) y el retiro de los depósitos (U$S 1600 millones en diciembre). Igual, aún hay cuerda para tirar: a fin de enero los depósitos en dólares del sector privado sumaban U$S 31.593 millones.

De cualquier manera, los nuevos préstamos autorizados por el BCRA vendrían a darle una nueva vida a este circuito por el cual el Central adquiere dólares y los suma a las reservas.

El carry trade

Cabe la pregunta: ¿para qué toman préstamos los exportadores? En el sector financiero hay certeza de que una parte sustancial de los pesos va a parar al carry trade, que es como se denomina a la bicicleta financiera que surge de tomar un préstamo en dólares, transformarlo en pesos y colocarlos en instrumentos financieros que generen una renta superior a la suba mensual del dólar (2% hasta febrero y desde allí 1% por mes). Hay muchos activos que permiten ganar esa diferencia, desde fondos de inversión hasta títulos públicos.

Los nuevos préstamos en dólares van a alimentar esta bicicleta. Con el agregado de que se multiplica el número de ciclistas ya que podrá ser cualquier empresas o persona. Esos dólares, vendidos para hacer la bicicleta, pasan a las reservas del BCRA.

Cabe recordar que uno de los problemas centrales del gobierno es que le faltan dólares para solventar todos los gastos en moneda extranjera que debe afrontar, más cuando el acuerdo con el FMI se posterga sin fecha y el comercio exterior dejará muchos menos dólares que los previstos por el ministro de Economía, Luis Caputo.

Los riesgos

El nuevo esquema incrementa los riesgos que ya trae implícito el carry trade, que un diseño muy volátil porque los inversores se pueden retirar en masa apenas atisben problemas en la Argentina. Esto sucedió en marzo y abril de 2018: esa corrida derivó en el préstamo del Fondo Monetario.

Una vez que los bancos tengan en su poder estos dólares del exterior, pueden suceder dos cosas: si las entidades usan los fondos para préstamos en pesos, aumentarán su riesgo al descalce de monedas (una pérdida de valor del peso tornaría esas deudas en impagables); y si los usan para créditos en dólares a cualquier empresa y persona, el riesgo de descalce pasará a los deudores porque no generan dólares en su operación comercial.

En el estallido de la convertibilidad se dieron ambas situaciones. El resultado fue que los pequeños ahorristas fueron confiscados por los bancos, que usaron esos fondos para sostener primero la fuga de los grandes capitalistas antes y después del estallido de ese plan ideado por Domingo Cavallo, y después la pesificación de las deudas.

Para que se repita el cataclismo de 20 años atrás, deberían estar masificados los préstamos en dólares otorgados a empresas y personas que no generan divisas, algo que puede suceder si el gobierno no accede al crédito del FMI, mantiene el dólar blend y el BCRA compra menos divisas por la caída de las exportaciones. Estos préstamos podrían ser la única salvación del gobierno antes de las elecciones. Aunque al costo de un riesgo cada vez más elevado.