Preocupada por el crecimiento del Estado Islámico (EI), Rusia albergará el 19 de octubre conversaciones sobre Afganistán con Estados Unidos, China y Pakistán, en vísperas de una reunión con los talibanes, declaró este viernes el emisario del Kremlin sobre asuntos afganos, Zamir Kabulov. «Esta reunión será la que se llama la Troika ampliada, en la que participan Rusia, Estados Unidos, China y Pakistán, e intentaremos llegar a una posición común sobre la cambiante situación en Afganistán» afirmó Kabulov, citado por las agencias rusas.
Al día siguiente de esa cumbre, Rusia buscara entablar una negociación internacional sobre Afganistán con los Talibanes, en Moscú, agregó el emisario, tras indicar que Moscú estudia modalidades concretas para enviar ayuda humanitaria al país asiático. Rusia se interesa mucho a la situación en Afganistán, un país que las fuerzas soviéticas ocuparon durante 10 años hasta su retirada en 1989, al término de una guerra sangrienta. Moscú considera el movimiento talibán como «terrorista», pero dialoga con él desde hace años.
El presidente ruso Vladimir Putin manifestó este viernes su preocupación por las ambiciones y fuerzas de la milicia islamista radical Estado Islámico (EI) en Afganistán, y aseguró que una multitud de grupos «extremistas y terroristas» están activos en el norte de ese país asiático, incluyendo al EI, Al Qaida y el Movimiento Islámico de Uzbekistán. El mandatario aseguró que, según información de inteligencia con la que cuenta el Kremlim «el número de combatientes del EI es de unos 2.000» y sus jefes preparan «planes para ampliar su influencia en los países de Asia Central y regiones rusas». Para ello, agregó, la milicia «atiza los conflictos étnico-confesionales y el odio religioso», dijo Putin durante una cumbre virtual de los países de la CEI, organización de países exsoviéticos.
El Estado Islámico-Khorasan (EI-K), el grupo islamista armado más radical de Afganistán, reivindicó una serie de atentados destinado a desestabilizar el «emirato» proclamado por los talibanes. Este viernes al menos 32 personas murieron y medio centenar resultaron heridas en un atentado con bomba en una mezquita chiita en la ciudad afgana de Kandahar, y si bien nadie lo reivindicó aún, tiene características similares a otro producido hace una semana en Kunduz, que sí fue reivindicado por la milicia radical Estado Islámico (EI).