Entre el 9 y el 15 de febrero, siete tortugas laúd fueron halladas muertas en localidades vecinas del Partido de la Costa. Uno de los animales encontrados tenía marcas de interacción con redes de pesca, por lo que la principal hipótesis apunta a muertes por ahogamiento al quedar atrapadas. Los casos son materia de investigación y causan preocupación, ante una especie vulnerable por su estado de conservación, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Los dos primeros hallazgos fueron el 9 y 12 de febrero en La Lucila del Mar. El tercero, el 13 de febrero en Costa Azul. Los dos siguientes fueron registrados el 14 de febrero: uno en San Clemente y otro en Las Toninas. Y el sábado 15 otras dos tortugas Laúd fueron encontradas en Costa del Este y Nueva Atlantis. Previamente, a fines de enero, se había producido otro varamiento de la misma especie en Costa Chica.

Los casos salieron a la luz a partir de advertencias de turistas o guardavidas que informaron a la Fundación Mundo Marino. Hacia allí fueron trasladadas las tortugas halladas en La Lucila del Mar para realizarles una necropsia que pueda determinar las causas de su muerte. En las demás, por el estado de descomposición, fue imposible la toma de muestras para analizar.

Peligro: redes de pesca

“Se trató de un macho y una hembra de aproximadamente 200 kilos de peso cada uno a las cuales pudimos practicarles la necropsia. Tenían buena condición corporal y un estado de descomposición inicial, que nos permitió tomar muestras y analizar sus órganos internos. Presumimos, como primera hipótesis, que se trató de una muerte por ahogamiento en redes de pesca”, explicó Juan Pablo Loureiro, médico veterinario y director técnico de la Fundación Mundo Marino. Y agregó: “Ambas tortugas tenían restos de alimento en sus estómagos, lo cual evidencia que se habían alimentado de manera previa a su deceso. Las muestras serán enviadas al laboratorio de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Plata para su análisis”.

Por su parte Karina Álvarez, bióloga y responsable de Conservación de la Fundación Mundo Marino, añadió que “el avistaje de animales vivos de esta especie suele darse en los meses de noviembre y marzo, y se relaciona también con la cantidad de medusas que puedan encontrar, dado que constituyen su principal fuente de alimento, entre otros tipos de fauna gelatinosa. Luego, entre marzo y mayo, es cuando nos encontramos con tortugas laúd muertas en la playa. Estos animales, en general, aparecen con buena condición corporal y presumimos que su causa de muerte es el ahogamiento por enmalle en redes de pesca de barcos que se encuentran mar adentro. Pero, por tener estados avanzados de descomposición, es muy difícil confirmarlo”.

Fundación Mundo Marino participa de un proyecto encabezado por el equipo de guardaparques de la Unidad de Conservación de Bahía Samborombón del Ministerio de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires, junto a otras instituciones, para conocer a través de rastreadores satelitales las áreas de alimentación de estas especies. Previamente, la Fundación había colocado tres rastreadores a través de los cuales se pudo confirmar que las tortugas Laúd migran hacia el norte de Brasil y luego inician una migración por el Océano Atlántico.

Ejemplares únicos

Las tortugas laúd son las únicas representantes de la familia Dermochelyidae. Las otras seis especies de tortugas que existen en el mundo son de la familia Cheloniidae. Las laúd se caracterizan por no tener caparazón, sino una gruesa capa de piel similar al cuero y sobre la que se extienden 7 crestas longitudinales. Por eso también se las conoce como “tortugas de siete quillas”. Pueden medir hasta 2 metros y pesar 500 kilos. Tienen una distribución amplia en océanos de todo el mundo llegando, incluso, a soportar aguas de temperaturas bajas.

Como sucede con otras especies de tortugas marinas que incursionan en el Estuario del Río de la Plata y en aguas de la costa bonaerense, se encuentran amenazadas por la interacción con redes de pesca.

Cuando aparecen varadas en la playa es que se encuentran bajo alguna amenaza o problema de salud. Por eso, ante la detección de un varamiento hay que contactar a Defensa Civil o a una organización especializada en el rescate y rehabilitación de animales marinos, evitando tocarla y no forzando su vuelta al agua.