La negociación que llevó adelante el gobierno con el sector privado para lanzar Precios Justos puso de relieve la enorme concentración que hay en la industria dedicada a la producción de artículos de consumo masivo en la Argentina.

Según expuso el Ministerio de Economía, su titular, Sergio Massa, cerró acuerdos con un centenar de corporaciones que “representan el 86% del consumo en el país”.

Por productos de consumo masivo se entiende a los alimentos, bebidas y artículos de limpieza y tocador. Las ventas de estos artículos, realizadas a través de cadenas de supermercados, alcanzó a los $ 191.000 millones en agosto pasado (último dato conocido del Indec). A ello hay que sumar otros $ 34.000 millones vendidos a través de las cadenas de autoservicios mayoristas.

El enorme peso de estos conglomerados industriales deriva en una política permanente de maximizar los precios y llevarlos hasta el límite de la capacidad de pago del consumidor. La remarcación de precios ha sido la constante de todo este ciclo inflacionario.

Tiempo ya informó sobre estos niveles de concentración. Dos años atrás, se consignó, en base a una investigación del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), que en unas 30 categorías de productos de consumo masivo, el 40% de la facturación o más correspondía a una única empresa. Ese nivel se profundizaba en algunos casos: el 91% de la facturación por la venta de caldos saborizantes en el territorio del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) ingresó exclusivamente a las arcas de Unilever. Del mismo modo, el 89% de la facturación por la venta de repelentes en el AMBA era de SC Johnson, que lo consigue a través de sus diversas marcas.

Además, las mismas empresas que dominaban una categoría de productos participaban de otras categorías con tajadas importantes. Un ejemplo era Unilever, que ostentaba una posición dominante en 6 rubros, algunos de ellos con concentración muy alta, como caldos, desodorantes, jabones; otros con concentración alta, como lavavajillas, shampoo y crema de enjuague. Al mismo tiempo, sostenía una fuerte presencia en otras seis categorías de productos. En el caso de Molinos Río de la Plata, dominaba los rubros fideos, de concentración muy alta, y arroz y aceites, de concentración alta, al tiempo que tenía presencia en otros cinco rubros. Arcor participaba en nueve rubros de productos.

El trabajo de CEPA expuso el elevado nivel de concentración en la producción de bienes de consumo masivo, incluso por encima de otros mercados.

Además, se trata de un mercado en el que los consumidores tienen las manos atadas porque no pueden dejar de comprar alimentos y productos de limpieza. Las estrategias defensivas pasan por cambiar de marca o perder en calidad en pos de abaratar la compra. Pero la realidad es que, de un lado, los consumidores no pueden escapar al gran corral del consumo masivo y, del otro, los empresarios saben que tienen un enorme mercado a su disposición.

«Sacrificio»

A pesar de esta realidad, el presidente de la Unión Industrial, Daniel Funes de Rioja, quien a la vez es el titular de la cámara empresaria que agrupa a la industria de alimentos, aseguró ayer que el sector incurre en «sacrificios» para adecuarse al programa Precios Justos.

Funes destacó, además, que la «contrapartida» era el acceso a dólares baratos para importar ya que ello permitiría «ajustar los costos» para mantener los precios congelados por 120 días.

El empresario obvió que los fuertes aumentos de los alimentos del último año fueron aplicados incluso cuando los dólares para importar fluian sin inconvenientes. «

«No tienen límites»

El secretario general de la Federación de Trabajadores de la Industria de la Alimentación, Héctor Morcillo, aseguró que los 16 sindicatos de la alimentación del país están «comprometidos» con el programa Precios Justos.

«Hemos reflejado la concentración de los sectores; la necesidad de que se controle la cadena desde la producción hasta que llega al consumidor; la producción, elaboración, comercialización, distribución, porque en todos lados había un festival de precios y remarcación constante», indicó ayer en una entrevista con Radio Nacional.

Al respecto, reclamó al sector empresario «que cumplan para garantizar la paz social porque los aumentos ya son intolerables, no se puede seguir sin precios de referencia ni límites».