En la segunda semana de septiembre, la inflación de alimentos y bebidas registró una suba promedio del 0,5%, según el ultimo informe de la consultora LCG. A pesar de que este incremento representa una desaceleración leve respecto de la semana anterior (0,1 de punto menos), lo más alarmante es el aumento en la medición mensual punta a punta de las últimas cuatro semanas, que alcanzó un preocupante 2,7%.

Este dato deja en evidencia una aceleración respecto de la inflación promedio mensual de alimentos y bebidas, que se había estabilizado en 2,4%. En otras palabras, mientras los precios parecían haberse moderado, la medición que toma en cuenta las ultimas cuatro semanas muestra que la inflación en alimentos esta empezando a tomar fuerza, lo que genera interrogantes de cara a los próximos meses.

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Las bebidas e infusiones fue la categoría que mas contribuyó a este aumento, con una suba del 5,7% en solo una semana, lo que aportó 0,8 puntos porcentuales al índice general. Por su parte, los aceites también mostraron un alza considerable, del 2,1%. Estas dos categorías, junto con los condimentos y otros productos alimenticios (3,5%), fueron las que más impulsaron el índice semanal.

El informe también destaca que, por segunda semana consecutiva, la caída en los precios de productos lácteos (-2,3%) y en frutas (-4,4%) contribuyó a suavizar el impacto en las subas en otras categorías. No obstante, estas bajas no fueron suficientes para contrarrestar el efecto general en la inflación en alimentos, que sigue mostrando un comportamiento alcista en varias de las categorías más relevantes para los consumidores.

El aumento en la medición mensual de las últimas cuatro semanas es una señal de alerta para los próximos meses, porque indica que la inflación de alimentos está lejos de controlarse. A medida que los precios de productos esenciales, como las bebidas y los aceites, siguen subiendo, el bolsillo de los consumidores se ve cada vez más afectado, especialmente en los sectores más vulnerables de la población.