Más de 380 organizaciones ambientales, grupos y movimientos de todo el país alertaron por una situación tan urgente como repetitiva: la Ley de Humedales está por perder estado parlamentario. Eso significa que, en caso de no tratarse antes de fin de año, deberá volver a iniciar el proceso legislativo desde cero.
Lo que se necesita es que actúe la Cámara de Diputados de la Nación para que vote la media sanción. Sin embargo, el lobby y la presión de varias provincias atenta contra ese objetivo ambiental, que ya lleva más de 10 años sin poder concretarse.
Las organizaciones enfatizan que los humedales tienen un enorme valor biológico, social, cultural y económico, pero se pierden y degradan cada día. La Convención sobre los Humedales (Ramsar), un tratado intergubernamental que sirve de marco para la acción nacional y la cooperación internacional, define el uso racional de los humedales como «su utilización sostenible en beneficio de la humanidad, de manera compatible con el mantenimiento de las propiedades naturales del ecosistema».
La Convención Ramsar estima que en los últimos 300 años desapareció el 87% de la superficie de humedales a nivel global y se profundizó en las últimos cinco décadas, con pérdidas del 35% desde 1970. En nuestro país, los humedales ocupan el 21,5% del territorio y tienen la función primordial de ser reservorios de agua. Esponjas que, por su capacidad absorbente, mitigan las inundaciones durante las crecientes, algo vital frente al cambio climático, que genera eventos adversos con cada vez mayor potencia, en períodos más cortos de tiempo. Sin embargo, en lo que va del año, solamente en el Delta del Paraná se perdieron 153.000 hectáreas por quemas intencionales.
«Por un lado, la proliferación de construcciones en la zona del Delta redujo el hábitat de especies como el carpincho, forzando su desplazamiento en busca de refugio y alimento. Por otra parte, en 2020 los focos de calor provocaron la pérdida de aproximadamente 300.000 hectáreas. Y este año ya se registraron 9.376 focos», alertaron desde Greenpeace Argentina.
«Por eso, es urgente la sanción de una Ley de Humedales que incluya un inventario a nivel nacional, una moratoria para impedir que se sigan destruyendo y que agregue la figura del delito penal, con multas significativas para quienes cometan este crimen ambiental», acotaron en referencia con el tratamiento y sanción del Proyecto de Ley de Presupuestos Mínimos para la Conservación, Gestión y Uso Sustentable y Racional de los Humedales.
“Argentina necesita una Ley de Humedales que establezca presupuestos mínimos de protección ambiental, para estos ecosistemas que siguen siendo vistos por algunos sectores de la sociedad y por la dirigencia política como tierras de descarte, que tienen que modificarse y rellenarse para diversos usos productivos”, advirtió Ana Di Pangracio, directora ejecutiva adjunta de la Fundación de Ambiente y Recursos Naturales (FARN), y enumeró las razones por las que los humedales son esenciales para la vida: “Constituyen la principal fuente de agua dulce, permiten la estabilización de costas y protección contra tormentas. Ayudan a mitigar y adaptarse al cambio climático, depuran y filtran las aguas, son grandes reservorios de biodiversidad, permiten la recreación y el turismo, y sostienen medios y modos de vida de comunidades enteras”.
El proyecto de Ley ya fue presentado dos veces con dos gobiernos nacionales diferentes, en 2013 y en 2016. En ambos casos, no prosperó en la Cámara de Diputados. «Las dos veces que se paró fue por falta de interés en el tema y como consecuencia del lobby minero, agropecuario y de desarrollo inmobiliario, que se oponen a una Ley de Humedales. Es hora de que el Congreso Nacional se haga eco de este reclamo ciudadano que data ya de hace una década y que se impulsen y construyan los consensos políticos necesarios entre bloques parlamentarios, para proteger el bien común y sancionar una Ley de Humedales ya”, finalizó Pangracio.
Precisamente, en la tarde del miércoles las organizaciones harán un “tuitazo” con ese hashtag que alerta y exige algo que parece no verse en la vida diaria de las personas ni en los grandes medios ni en las plataformas políticas, pero que es urgente: #LeyDeHumedalesYa.