La cifra preocupa: 9 de cada diez mujeres no podrán acceder a sus jubilaciones tras el fin de la moratoria previsional. La economista y autora del libro Economía para Sostener la Vida (editado por Akal), Lucía Cirmi Obon de Futuros mejores, enumera los motivos por los cuales el fin de la moratoria previsional deja en situación de desamparo a miles de mujeres.

El impacto concreto es que, dado que, de las mujeres entre 60 y 65 años, solamente el 6% cumple con los 30 años de aportes, todo el resto va a tener que esperar varios años más para jubilarse porque la PUAM (Pensión Universal para el Adulto Mayor) es desde los 65 años. Pero, además, una vez que estén allí es el 80% de un haber mínimo, así que, en la práctica es menos poder adquisitivo. A su vez, gran parte de estas mujeres, además, cuidaron toda la vida. Según el propio INDEC, solo en 2024, aportaron entre el 14 y el 20% del PBI, así que es lógico que después se les retribuya provisionalmente”, explica Cirmi Obon, quien también es integrante de Paridad Macro, un grupo mujeres economistas y periodistas que buscan lograr la paridad de género en los espacios de toma de decisiones

La economista agrega que no sólo es necesario prorrogar la moratoria sino también ocuparse de los cuidados. “Necesitamos una propuesta integral y estructural, porque no es un problema que vaya a desaparecer en el mediano plazo. Hay 740 millones de personas en el mundo cuidando, de esas 700 son mujeres que están fuera del mercado de trabajo porque cuidan”.

El problema, dice la especialista, lo tienen todos los países, y, por lo tanto, Argentina. “Lo que va a pasar es algo ridículo, y es que nos vamos a quedar sin moratoria, pero con reconocimiento previsional del cuidado que, en la práctica entre hijos, por la AUH, por hijo o por discapacidad no se termina de sumar cinco años. Pero a nadie le alcanzan esos cinco años, porque entre las mujeres de 60 años de hoy, que están aportando, solamente el 23% junta 25 años de aportes. Así que, a nadie le va a terminar de complementar que este sólo el reconocimiento provisional del cuidado”.

El fin de la moratoria, tienen en la vida de las mujeres un triple impacto. “Los sectores afectados son donde ellas más trabajan. Si vos mirás quiénes son los que perdieron más poder adquisitivo y de forma sectorial, están las trabajadoras de casas particulares, están las trabajadoras estatales que tienen una mayoría de trabajadoras mujeres y también la educación, que también es un gremio feminizado. Y eso explica que cuando uno calcula la brecha salarial ve un crecimiento muy grande”, analiza.

De acuerdo al cuarto informe de “La cocina de los cuidados”, difundido por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), entre 2024 y 2025 la brecha salarial entre varones y mujeres es la más alta de los últimos 6 años para el mismo trimestre: pasó del 21 al 26,3% en un año.

Respecto a la situación y al futuro económico de millones de mujeres, Cirmi Obon detalla que el ajuste incide directamente en la vida de las trabajadoras estatales y usuarias de los servicios públicos que se están recortando.

“El Estado, por ejemplo, durante 2024 no solamente no invirtió ni un peso en la nueva infraestructura de cuidado que se estaba desarrollando: tenía que hacer 144 jardines y solo hizo 29. Además, no invirtió en centros de adicciones y hubo una inversión de solamente un 9% en infraestructura hospitalaria. Toda esa infraestructura que falta después la reemplaza la mujer en la casa con tareas de cuidado”.

Y por último destaca, «como beneficiarias las políticas sociales, el Potenciar Trabajo bajó de 1,6 millones a 1,2 millones de personas, el monotributo social que pasó de 1,2 millones de personas a 500.000 personas, donde la mayoría son mujeres. Así que también las mujeres terminan perdiendo como beneficiarias de las políticas sociales.”