El derrumbe de la construcción, asociado al freno de la obra pública, y la caída del consumo, propiciada por el debilitamiento del salario y la inflación, impactaron de lleno en la producción de la industria metalúrgica, que volvió a caer en mayo un 17,6%, informó la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la Argentina (Adimra) en su boletín mensual.
El informe consignó que se produjo una desaceleración de la caída en relación con abril (0,7%) y que en los primeros cinco meses del año el retroceso de la producción acumuló un 8,9% interanual.
Todos los rubros que se miden para la elaboración del estudio cayeron. El que más lo hizo fue el de los equipos eléctricos, con un -20,8% respecto a mayo de 2023; Otros Productos de Metal dio una caída del 19,4%; y Bienes de Capital se contrajo 18,2%. Cabe recalcar que los bienes de capital conforman el corazón de la inversión industrial ya que son las máquinas herramientas que permiten producir todo tipo de objetos.
Caídas igualmente importantes se produjeron en las categorías Autopartes (-17,7%), Carrocería y Remolques (-17,6%), Fundición (-15,8%), Equipo Médico (-13,8%) y Maquinaria Agrícola (-13,4%).
El derrumbe general coincide con una contracción de 13,1 puntos porcentuales de la utilización de la capacidad instalada (UCI) de las fábricas del sector. Y el último dato de empleo supone una caída del 3,4% interanual en abril.
Al respecto, el Indec también ha registrado una enorme capacidad instalada ociosa en esta industria. Si bien usa otra metodología, los datos del organismo oficial están en línea con los de Adimra. Según el Indec, 6 de cada 10 maquinarias y equipos del sector estaban apagados en abril.
La maquinaria agrícola fue el rubro que menos cayó porque hubo empresas que empezaron a crecer después del extenso período de la sequía.
Los que más se precipitaron fueron los negocios que se mueven al compás de la actividad de la construcción, que sigue en el congelador, en parte por la decisión el gobierno nacional de mantener desactivada la obra pública, otro tanto por la falta de inversión privada. También es importante la caída del salario que incide en la pequeña obra privada y en las refacciones.
La pauperización del salario y del consumo impactaron en la actividad de las empresas que producen para el consumo final. La misma tendencia afecta a las autopartistas y otras proveedoras de la industria automotriz.