Miles de docentes se movilizaron frente al Ministerio de la ciudad de Buenos Aires y dejaron claro que están unidos para enfrentar la decisión de cerrar catorce escuelas nocturnas comerciales y la reducción de cursos en el mismo turno que tomó el gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Desde el escenario, Eduardo López, de UTE, fue terminante al afirmar que ningún gobierno desde la llegada de la democracia cerró colegios, “eso es una ignominia”, dijo antes de ironizar sobre los argumentos que agitan desde el viernes los funcionarios PRO: “No se cierran colegios para actualizar la currícula, simplemente se actualiza la currícula”.
La masiva concurrencia sumó docentes de todos los niveles y de todos los turnos, muchos todavía afectados por la reciente Resolución 4055 que programa el cierre progresivo del turno noche de establecimientos educativos a los que no sólo asisten adultos, sino también jóvenes de 16 a 18 años. “Para esos chicos, no hay lugar en la escuela pública de Larreta –dice una docente–, la nocturna es su única oportunidad, porque no pueden ingresar en otros turnos y además si se los deja afuera, no vuelven más”. Al cerrar estos comerciales que aceptan estudiantes menores, las nocturnas para adultos no pueden aceptarlos, explica y agrega que la “artera” medida fue tomada en esta época del año para evitar las protestas.
Todos los dirigentes gremiales docentes consultados por Tiempo acordaron en la idea de que “el verdadero problema” es que al gobierno del PRO no le interesa la educación pública y menos de las poblaciones más vulnerables. Cuando asumió el PRO en diciembre de 2007 hasta 2018, el presupuesto educativo bajó un punto por año, del 28% al 17% proyectado para 2019.
Otra coincidencia entre las dirigencias docentes (UTE y ADEMYS) es que el cierre de escuelas “no se negocia». Y tanto los gremios como los docentes consultados apuntaron a que no van a arrancar el ciclo 2019 “si esta decisión no se revierte”.
Guillermo Parodi, secretario adjunto de UTE, explicó que con esta medida se pierden miles de cargos docentes, desde bibliotecarios hasta directores y que se va a generar un “efecto cascada” en el que los titulares de las materias saldrán a ocupar otros cargos en diferentes turnos que ahora ocupan otros docentes. Según el dirigente, afirmar que cierran porque no se ajustan a la normativa vigente desde 2009, es una “ignominia”, porque el ministerio debe adecuarla, no las escuelas.
El segundo argumento que presentaron desde la cartera de Educación que dirige Soledad Acuña es la falta de vacantes, frente a este punto el dirigente Marcelo Parra replicó que en la ciudad hay miles de jóvenes que no tienen la secundaria terminada, “entonces lo que tienen que hacer es ir a buscarlos e incluirlos, no cerrar escuelas.” Además puntualizó que “la fusión de cursos es el cierre de cursos, y hay escuelas que cerraron segundos y terceros años”.
“La comunidad educativa de la ciudad está convulsionada, porque tomamos conciencia de que no es un punto más o menos en el salario sino que afecta a todo el sistema público de educación”, expresó un docente del turno noche. En tanto otra docente, de Lugano 1 y 2, reclamó que su colegio tiene matrícula propia y sin embargo es de los más afectados, y volvió a subrayar que los estudiantes de 16 años se quedan sin posibilidades de continuar el secundario, además cuenta que hace un año terminaron de construir un lactario y jardín maternal para las alumnas madres, “esa fue plata bien invertida”, admite, pero ya cerraron la matrícula y se pregunta “ahora qué va a pasar”. Otra docente presente en la marcha, del turno noche que se cursa en el Normal 1, relata que en el establecimiento se viven horas de mucha angustia, porque cerraron seis cursos y hay docentes que se estaban por jubilar y al quitarles las horas los relegan a una jubilación menor.
Durante la concentración, la multitud de docentes coreó un cántico que surgió una y otra vez dirigido a la comunidad: “Señor, señora, no sea indiferente / le cierran los colegios en la cara de la gente”. Antes de los oradores centrales, hablaron docentes y directivos de varios colegios que el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta piensa cerrar. En el escenario, tomó la palabra la vicerrectora del Comercial 12, visiblemente angustiada contó que los jóvenes desde 16 años de su escuela el año próximo no tendrán oportunidad de continuar su escolarización: “Es mentira que no hay matrícula, estamos llenos de alumnos que se quedan sin escuela. Estamos llenos de estudiantes menores y nos cierran tres divisiones. Nosotros venimos presentando proyectos desde 2013 para adecuarnos y este lunes presentamos uno más y lo dejaron tirado en el escritorio, maltrataron a la directora y a los supervisores. No les importa nada, vienen por la educación pública, no se lo permitamos”.
El secretario general de Ademys destacó que el cierre de los colegios comerciales nocturnos es parte del presupuesto de ajuste. “Si el gobierno ahora quiere sentarse a negociar, la docencia dice no al cierre, liso, llano y punto” y sumó la crítica a los ajustes de las provincias. En la misma línea cargó contra “los burócratas del ministerio que tienen fecha de vencimiento, a ellos le ganamos con una rebelión educativa en 2019”. El dirigente de UTE reclamó la derogación de la resolución 4055 y llamó a un paro y movilización para la semana próxima si esto no sucedía, coincidió en que no se iniciarán las clases en 2019. En el mismo escenario se encontraban los 24 secretarios generales de CTERA de las provincias que acompañaron el reclamo.