El viernes por la mañana, el peronismo bonaerense asumió que su predominio en la provincia más grande y poblada del país no está garantizado. El detonante que llevó a esa conclusión fue el tuit del presidente Javier Milei que atacaba a Axel Kicillof con la amenaza de imponer una intervención federal en el distrito. La provocación mileísta tuvo dos efectos: el primero, buscado por la Casa Rosada, era impactar en la conversación pública para quitarle centralidad a un artículo largo del New York Times sobre la criptomoneda $Libra. Pero el segundo efecto, esta vez no deseado desde Balcarce 50, fue que los tres espacios del PJ provincial postergaron sus debates para mostrarse juntos en respaldo al gobernador. Al cristinismo, el massismo y el axelismo los aunó la defensa del voto popular y la institucionalidad, pero también la percepción de que Milei prepara «un ataque feroz» contra la fuerza opositora de mayor presencia parlamentaria. «Esto nos obliga a actuar con mucha responsabilidad y con un sentido de unidad muy fuerte», planteó el ministro de Infraestructura bonaerense, Gabriel Katopodis, en diálogo con Tiempo.

Las corrientes del PJ y el kirchnerismo de la Provincia de Buenos Aires encuadraron el desafío de Milei en la estrategia de buscar el impacto con discursos confrontativos que, por su propia desmesura, generan reacciones que los retroalimentan. Es un modo de controlar la agenda, como advierte el ítalo-suizo Giuliano Da Empoli en su ensayo Los ingenieros del caos. Esa lectura circula entre los allegados de la dos veces presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Consultada por este diario, la senadora bonaerense Teresa García definió el tuit que Milei posteó el viernes a las 7:02 como «una vía de escape para correr la atención». «Yo creo que la tapa del New York Times (sobre el llamado ‘cripto-gate’) lo desestabilizó. Además, hoy (por el sábado) volvió a salir en el New York Times el mismo tema. Es algo muy grave por los costos serios que le traerá al país y a él mismo, personalmente, desde el punto de vista penal. Así que con estados alterados hizo lo que hizo», analizó García.

El tuit de Milei apuntaba a episodios de inseguridad con extrema violencia que ocurrieron en las últimas semanas en el territorio bonaerense. El caso más reciente fue el crimen de Kim Gómez, de 7 años, la nena que salía de sus clases de danza cuando fue arrastrada a toda velocidad a lo largo de quince cuadras por dos delincuentes que le habían robado el auto a su madre. En una nota televisiva, el padre de la niña, Marcos Gómez, se preguntó el porqué de tanta crueldad y falta de humanidad, incluso entre quienes roban: «¿Qué mierda pasa? Porque vamos a suponer que esta gente se dedica a robar, bueno, robate el auto. Pero tenés una nena, la vieron, estaba ahí, con el cinturón. No les importó. Frenen, bájenla, roben tranquilos, ya está, perdimos. ¿Qué mierda está pasando con nosotros, loco?». El mensaje que posteó Milei desde su cuenta en la red social X mencionaba a Kicillof como defensor de una supuesta «doctrina prodelincuentes». El gobernador le respondió con palabras duras, pero además instruyó al asesor general de gobierno y al fiscal de Estado de la Provincia de Buenos Aires para que lo denuncien por la comisión del delito contra el orden constitucional.

En el justicialismo entendieron que el tuit de Milei adelantaba cuál será la línea y el tono que tendrá la campaña de La Libertad Avanza en la Provincia de Buenos Aires. Una campaña en la que el mileísmo terminará aliado con el PRO, más allá de la tirantez entre Milei y Mauricio Macri. Así lo cree la mayoría de los dirigentes del distrito. Este contexto explica la imagen que se vio en la respuesta de Kicillof desde el salón dorado de la Casa de Gobierno provincial, donde en la primera fila seguían sus palabras representantes de líneas internas que estuvieron enemistados y que llegaron a cruzarse dardos en los medios, como los alcaldes Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Mayra Mendoza (Quilmes). En la primera fila estuvieron también la referente del Frente Renovador, Malena Galmarini; el jefe comunal de Pilar, Federico Achával; su par de Florencio Varela, Andrés Watson, junto a decenas de intendentes, funcionarios y dirigentes de distintos espacios.

La postal que mostró la gobernación, en ese acto, fue elocuente: el peronismo cerraba filas en d efensa propia. La reacción también quedó reflejada por los comunicados de repudio a los dichos de Milei. Hubo pronunciamientos del PJ bonaerense, cuyo titular es el diputado nacional Máximo Kirchner; del PJ nacional; también de un recién estrenado «Grupo de los 12» que reúne a intendentes de la quinta sección (partidos de la costa atlántica); lo mismo de la Federación Argentina de Municipios (FAM) encabezada por el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza. Motorizados por la amenaza mileísta, los representantes de las distintas vertientes se mostraron juntos pese a los debates y las pujas por liderazgos. La intención era transmitir con un hecho político la gravedad que asignaban a los dichos del presidente. Pero también, y en paralelo, reflejar que la problemática de la violencia creciente es una preocupación cotidiana y prioritaria para todos los votantes de la PBA.

Esta inquietud es común a toda la dirigencia bonaerense del peronismo. El intendente de Escobar, Ariel Sujarchuk, por caso, coincidió con que Milei buscó «provocar» al amenazar con la intervención de la Provincia de Buenos Aires. Para el intendente, además, la actitud de Milei respecto a Kicillof implicó al mismo tiempo que el primer mandatario evadiera sus responsabilidades como jefe de Estado. «Lo de Milei fue una provocación y una irresponsabilidad. Quiere desviar la atención del cripto-gate con una bravuconada pero evade su responsabilidad de trabajar en conjunto con todos los gobernadores para elaborar una política de Estado que sea efectiva en reducir la inseguridad», aseguró en diálogo con Tiempo. Sujarchuk integró la lista Primero la Patria que acompañó a CFK en su postulación para presidir el justicialismo: hace cinco días, en la primera reunión del consejo partidario, fue nombrado secretario de Innovación Tecnológica, Inteligencia Artificial, Criptografía y Ciberseguridad del PJ.

La amenaza de Milei derivó en un reacercamiento de espacios del peronismo que, sin embargo, tienen discusiones no saldadas: ¿desdoblar la elección local? ¿Suspender las PASO en la Provincia? Habrá que ver si el nuevo clima se mantiene el próximo miércoles, cuando Kicillof haga su discurso para abrir las sesiones de la Legislatura. El panorama político, la beligerancia extrema por la que parece haber optado Milei como fuga hacia adelante frente a problemas crecientes, están llevando al PJ a una conclusión generalizada: que un acuerdo entre CFK, Kicillof y Massa se vuelve «razonable» y también «inevitable». «En este contexto no hay lugar para la ruptura, sería una situación muy difícil de explicar. Al otro día del quiebre Cristina no podría hacer política y Axel tampoco», describió un miembro del Gabinete provincial que integra el flamante espacio axelista, bautizado Derecho al Futuro. «