Nació en San Carlos de Bariloche, Río Negro, en octubre de 1992. Comenzó a estudiar actuación a los siete años sin saber que su destino la llevaría a ser actriz. Thelma Fardin alcanzó el pico de popularidad por interpretar a Josefina Beltrán en la telenovela infantojuvenil Patito feo, pero tuvo un recorrido previo: su carrera empezó en 1999, participando en la telenovela Cabecita (que protagonizaba Agustina Cherri). Ese mismo año, debutó en el cine como parte de la película La edad del sol (protagonizada por Soledad Pastorutti) y fue participando en programas como Los simuladores, Tiempo final y La niñera, entre otros. También formó parte del elenco estable de Sos mi vida, junto a Facundo Arana y Natalia Oreiro.
Hoy Fardin es parte del elenco de Motorhome (miércoles en el Metropolitan), una obra teatral que se desarrolla en el caótico mundo de un rodaje cinematográfico con una serie de situaciones humorísticas.
-¿Qué mirás cuando elegís un trabajo?
-A medida que fui creciendo fui fijándome qué es lo que me interesaba contar. En algún momento sentía una urgencia de actuar y no era tan minuciosa. Cualquier cosa me parecía un desafío. Hoy entendí que tengo que elegir dependiendo de la historia, sin mirar tanto qué lugar ocupo yo en eso. Miro el contenido, el cuento completo.
¿Te arrepentís de algún papel?
-No, todo es aprendizaje en la vida. Todo lo que me pasó me trajo hasta acá. Así que no, para nada. Pero trato de que mis personajes sean desafiantes, no me gusta caer en lugares comunes.
-¿Te tiene que representar?
-No siempre. De hecho, como yo puedo comunicar desde mi lugar personal, está bueno que mis personajes tengan otras cosas para decir. Separar eso es bueno, creo. Me gusta que mis papeles sean impredecibles.
-¿Tenés sentido del humor?
-Sí. Es la manera de poder transitar la dureza de la vida. Todo fluye mejor, es más simple y más liviano si te lo tomás con gracia y buena onda. Hay una inteligencia emocional que hay que tener para no ahogarte en un vaso de agua. Yo me río de mi misma, siempre.
-¿Qué te gusta hacer por fuera del trabajo?
-La lectura es el alimento de la actriz. Soy de leer bastante. De todo. También me gusta ver series y películas. Viejas, actuales, de cualquier género y país. Mi tiempo libre lo paso en eso.
-¿Es como que seguís trabajando?
-Sí, de alguna manera sí. Porque una absorbe todo eso y luego saca algo de aquí y allá. Pero me gusta, no corto y no lo sufro. Laburo de contar historias sin ser yo misma y bueno, es así. Yo soy de observar mucho. De mirar a los otros también aprendo. También me ayuda la terapia. Para entender la personalidad propia, usas recursos que después te pueden servir para armar a alguien que tenés que representar.
-¿Tenés una rutina mañanera?
-Tengo. Me tomo un café y voy despabilando con el sol que entra en mi living. Pero no me gusta la palabra rutina. Prefiero decir hábitos que me gustan. Es que no tengo algo metódico. Me gusta leer y ver cine. Pero no tengo un lugar u horario específico. Además, ahora que pienso, también me distraigo con otras cosas fuera de la literatura o cine.
-¿Cómo cuáles?
-A veces miro fútbol o artes marciales mixtas. O voy a hacer gimnasia, pero sin algo establecido.
-¿De qué tipo?
-Ahora hago algo que se llama funcional. Algo general. Pero jugaba al fútbol, también hice boxeo… Me gusta moverme, pero sin rutinas.
-Si falta alguien para el fútbol, ¿venís?
-Sí, me prendo, a veces me invitan. Soy mejor defensora, aunque me gustaría jugar arriba. Pero te corro toda la cancha.
-¿Qué te gusta comer?
-Soy muy de la pasta, pizza o también un buen asado o milanesas. Con un tinto o un rosado, no me gusta el vino blanco. Soy buena cocinando, pero no tanto carne. Fui vegetariana por diez años, de los 18 a los 28, hasta que un choripán me hizo volver a la buena vida (risas).
-¿Te costó volver a incorporar la carne?
-No, fue muy natural. Un día en la pandemia me dio ganas, y bueno lo comí. Después otra cosa, y otra, y listo. Antes me daba asco, pero se me pasó, no me dio más asco, digamos (risas). Me fui y volví fácilmente, sin mucho rollo. Aprendí desde chica a que la mejor manera de incorporar algo en sin forzar nada.
-¿Sos melancólica o ansiosa?
-Me conecto con lo que me toca vivir ahora. Agradezco al pasado y soy soñadora.
-¿Cuál fue el mejor viaje que hiciste?
-A los 21 me fui sola un mes a Europa. Fue una aventura, sin lujos y arreglándome como podía. Me gustó tanto que a los 23 volví a irme sola, también a Europa, a seguir conociendo. Viví en España, en México, y siempre me adapté. Disfruto de pensar y mirar. Te conocés mucho. Volver a la Patagonia también siempre es hermoso. «