Cuando estaba en la cresta de la ola se bajó porque quería poner toda su energía en su propio proyecto. Ivana Szerman es periodista, conductora y locutora. Trabajó en varias radios, condujo documentales y desde 2019 se volcó a diferentes iniciativas en los entonces recién nacidos streams. Pasó primero por País de boludos y después por Gelatina, donde estuvo al frente del programa Tres estrellas, con Pedro Rosemblat y Marcos Aramburu cuando estalló la “Fábrica de jingles”. Sus risas y comentarios fueron vistos entonces por un público muy amplio que se había enganchado con ese juego pre-electoral. Pero, al mismo tiempo, ya tenía Mate, su propio canal de streaming, y decidió que era el momento de centrarse a full en él. Allí es productora general y conduce Mate en vivo, el noticiero central.

A sus 36 años, su manera de hablar de temas serios con la dosis justa de humor la convirtieron, para muchas y muchos, en toda una referente.

-¿Qué te atrajo del streaming?

-Hay una generación que no terminó de tener lugar en los medios tradicionales. Y un poco lo atrapante del stream es que hay lugar. Por ahora. Hay una lógica de “hazlo tú mismo” que es muy atractiva.

-Decidiste centrarte en tu canal cuando estabas en espacios con una audiencia muy masiva.

-En algún momento me di cuenta que un proyecto así necesita todo de mí. Y aposté a eso. No creo que sea para siempre, pero sí que necesitaba mi atención completa. Porque no es  solamente prender el canal y hablar. Es un trabajo que lleva muchísimas horas de preparación.

-¿Qué distingue a Mate de otros streamings?

-No tenemos los recursos ni la cantidad de gente que tienen otros canales. ¡Ni siquiera tenemos un estudio! Pero eso hace que se sostenga en una independencia que es difícil de encontrar. Y es un medio que fundamos feminidades, algo que no es lo habitual.

-¿Hay espacio para las mujeres o las feminidades en los streamings?

-En las señales de streaming hay más espacio para las mujeres porque nos lo ganamos, aunque en este momento pareciera que casi deberíamos pedir disculpas por toda la lucha que hicimos. Aunque más no sea por quedar bien, se abrieron puestos de trabajo. Yo trabajaba en medios tradicionales y realmente no había lugar para nosotras. Ahora, en esa lógica de deslegitimación de todo lo que pasó, seguramente en algún momento empezarán a achicarse.

Biole Weber

-¿Cómo te llevas con los trolls?

-Mal. Me tienen harta. Me fui de Twitter y no sé si voy a volver. Y no me parece justo. No me parece bien tener que dejar un espacio que me tomó 15 años construir y en el que también hay cosas interesantes, divertidas, donde hice amigos, me informo. Me fui de Twitter porque está lleno de nazis y no es un lugar en el que quiera estar.

-¿Qué periodistas mujeres son tus referentes?

-María O’Donnell, Julia Mengolini, Galia Moldavsky. También sigo el laburo de Latfem. Mi compañero Biole Weber es una referencia también.

-¿Qué hacés para desconectar?

-Dejar Twitter. Todo lo que sea ir a lugares con agua me hace bien. Y la lectura. Es muy poco el tiempo que no paso en una pantalla. Entonces me gustan los libros en papel.

-¿Arrancaste el año con algún libro?

– El último de Gabriela Cabezón Cámara, Las niñas del naranjel. Es espectacular. Lo leí en tres días.

-Te dicen que sos troska o peronista. ¿Cómo te definís?

-La verdad, no soy ninguna de las dos cosas. Quepo perfectamente en todo lo que atribuyen a lo progre, que ahora también se deslegitimó completamente. Yo quiero un mundo con más derecho, con más ocio,  en el que vivir valga la pena. Y el que pueda acercar más el horizonte a eso es a quien probablemente me acerque.

-¿Te gusta que te reconozcan en la calle?

-Me encanta. Me da mucha felicidad. Sobre todo porque es gente re piola. La gente que sigue Mate u otros proyectos en los que estuve en general es gente amorosa y que siempre tiene algo lindo para decirte.

-¿Cómo preparás el mate?

-Le estoy metiendo de todo. Hace poco incorporé el jengibre en polvo. Es espectacular. Y un poco de coco rallado. En el mate de tarde le pongo manzanilla para que no me impida tanto dormir.

-¿Qué es lo que hace que te levantes y digas ‘quiero seguir haciendo esto’?

-Estar en vivo. Es muchísimo trabajo hacer el programa. Pero ese rato a mí me paga todo. Estar al aire es lo que hace que siga eligiendo este camino. Ser parte de la vida de algunas personas que todos los días a tal hora prenden y miran lo que vos hacés es espectacular.