A través de un provocador mensaje, el ministro de Defensa Luis Petri justificó en sus redes sociales el acto reivindicatorio de la Armada que exmarinos de la promoción 78 realizaron en la exESMA durante el día de la fuerza.
“Son argentinos que cantaron la marcha de la Armada Argentina en el día de la Armada, rodeando un mástil con la bandera Argentina”, respondió Petri ante los cuestionamientos realizados por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) por la realización de esa actividad.
El ministro defendió así al grupo de egresados de la ESMA de 1978 que el pasado 17 de mayo cantó a los gritos la marcha de la Armada en la Plaza de Armas del predio en el que funcionó el centro clandestino de detención, tortura y exterminio durante el terrorismo de Estado y frente al edificio donde hoy funciona la Secretaría de Derechos Humanos.
Repudio al mensaje de Petri
El mensaje de Petri fue inmediatamente repudiado por el CELS, quien ya había cuestionado el silencio oficial y el aval implícito del ministro ante la actividad negacionista.
“Hay muchos lugares donde homenajear a la Armada. Elegir hacerlo donde funcionó un campo de concentración y luego reivindicarlo se agrega a la lista de decisiones que están destruyendo las políticas públicas de memoria. El Ministerio de Defensa está al frente de esta decisión, como quedó claro con el desmantelamiento de los equipos civiles de análisis de los archivos de las Fuerzas Armadas que aportaban pruebas para juzgar, entre otras cosas, lo sucedido en la ESMA”, replicó el organismo.
El grupo de marinos retirados que estudió en la Escuela de Mecánica de la Armada durante la dictadura difundió en sus redes la actividad, que fue reflejada como una gesta. No fue la primera recorrida por el predio del barrio de Núñez, al que varios egresados suelen volver para recordar su paso por la Escuela, pero se diferenció de otras experiencias por el número de convocados y la entonación del himno de la Armada en un espacio creado para llevar a cabo políticas de memoria sobre los hechos aberrantes cometidos por los genocidas durante la última dictadura.
En un comunicado difundido pocas horas después, el colectivo de sobrevivientes de la ESMA condenó “firmemente” el acto y reclamó a la Secretaría de Derechos Humanos y al Ministerio de Justicia que “expliciten su oposición y desautorización a este tipo de manifestaciones dentro del Espacio de Memoria y Promoción de Políticas Públicas de DDHH Ex ESMA”.
En una gestión marcada por el negacionismo sobre el terrorismo de Estado, el ministro Petri se mostró en línea con el presidente Javier Milei y su vice, Victoria Villarruel. El funcionario dio un lugar destacado a militares retirados, que estaban en las sombras hasta ese momento, entre ellos algunos familiares de represores.
En febrero, Petri dejó pasar en silencio el homenaje que realizó el Regimiento de Monte 30 del Ejército en Apóstoles, Misiones, al genocida Horacio Losito, con tres condenas por crímenes de lesa humanidad en su contra, y desarmó el equipo de investigadores e investigadoras que trabajaba sobre los archivos de las Fuerzas Armadas para aportar información a los juicios por crímenes de lesa humanidad.
Durante marzo, el ministro participó de un acto en el Círculo Militar en el que se presentó un libro sobre el coronel Argentino del Valle Larrabure. Allí, se fotografió con la activista pro-dictadura Cecilia Pando y dejó explícita su postura sobre el proceso de Memoria, Verdad y Justicia: “Vengo a pedir perdón por el olvido de la democracia con este héroe. Algunos dirigentes demonizaron a las Fuerzas Armadas que actuaron en la década del ‘70”.