La cordillera en Mendoza es imponente. Pero si además integra el atardecer y un buen vino, es el maridaje perfecto. La magia siempre está. Para Andrés Ridois, quien estudió economía y su pasión se expresa a través del arte, su espíritu creativo lo mantiene en la vanguardia. En 2003 intervino en el Laberinto Borgeano en Finca Los Alamos, en San Rafael, Mendoza. Pero esa es otra historia. Ahora abre en pleno carnaval una propuesta que completa el restaurante El Purgatorio: el primer cabaret de bodega.
“Tenía que haber algo de glamour”, dice y sumó este ambiente aterciopelado, de jazz, de blues, de flamenco, elegancia, vinos de alta gama y grandes cocktails, cuenta el CEO de bodegas Sin Reglas, Sottano y Colosso Wines y de los vinos Mil Demonios. Del Purgatorio al Petit Infierno es su nueva propuesta, una experiencia que trasciende al tiempo.
“¿De dónde sale? Y sale de una gran idea, una gran necesidad”, le dice Ridois a Tiempo Argentino antes de “subir” a las montañas mendocinas y quedarse sin señal. “En principio hicimos un restaurante totalmente diferente. Hace un par de años que en mi vida privada me focalicé mucho en la alimentación. Así surgió la idea de hacer El Purgatorio, que es el restaurante de comida consciente. Comer cualquier cosa, pero viendo la mejor forma de cocinarlo y que te haga mejor a tu cuerpo”, explica.
“Por ejemplo, si vas a cocinar, cocinás con aceite de coco, no con girasol. A la papa la cocinás, la enfriás y después la calentás. Entonces se pierde el almidón. Hay un montón de cosas dentro de lo que es el arte culinario, que se puede hacer lo mismo, pero que sea medianamente saludable”, detalla sobre su propuesta. “Si vas a usar carnes que no sean de feedlot , que sean de pasturas, que tienen menos azúcares cancerígena”, puntualiza.
Algo más que la bodega
En este concepto surgió El Purgatorio. “Es el restaurante de una de nuestras cavas de la bodega Sin Regla de los vinos Mil Demonios. Todo este elemento también tenía que tener algo de glamour, algo de diversión, algo donde me volviera a ese sueño de haber vivido en la Belle Époque, el cabaret de los años 30, donde la gente pudiera entrar y el cabaret fuera una máquina del tiempo. No hay presente, no hay futuro”, cuenta.
Para Ridois, el desafío también es que la gente pueda divertirse sin tomar alcohol. “Por eso el programa es diferente a las noches en las bodegas: combina un poco de diversión, de alimentación, tiempo para uno. Esa máquina del tiempo que te hace vivir el presente. Así surgió el Petit Infierno, primer cabaret de bodega en Mendoza”, explica.
El primer cabaret de bodega está empezando a funcionar los sábados, a partir del carnaval. “A medida que vayamos perfeccionando un poco toda la puesta en marcha, va a empezar los jueves, viernes y sábados, con la propuesta de un atardecer en el verano, cuando la montaña está muy linda”, describe.
“Después –dice Ridois- entrás al Purgatorio a ver si conseguís la luz. Esa es un poco la metáfora. Y a partir de las diez y media el purgatorio te dice: bueno, hace dos horas que venís tomando vino. Tu destino es el Petit Infierno. Ahí bajás a las cavas de la bodega y a la máquina del tiempo”, relata casi casi como en una visita guiada.
“Es una propuesta para que la gente se divierta, disfrute, pueda degustar nuestros grandes vinos, tanto de bodega Sottano, como de bodega Colosso Wines, como la bodega Sin Reglas y Los Mil Demonios. El glamour tiene que ser parte de nuestra vida también. Esa delicadeza, no solamente por cómo uno se viste, sino cómo uno se comporta, la música que escucha, la cadencia, el romanticismo. Siempre me hacen acordar a la Belle Époque. Espero que todos puedan disfrutar de las máquinas del tiempo. Petit Infierno. Cabaré de bodega”, recomienda.
El viaje al pasado
En definitiva, la propuesta combina alta gastronomía, espectáculos de nivel internacional y diversión, en un enclave privilegiado sobre la Ruta Nacional 7. Después de disfrutar de una exquisita cena a la carta, los visitantes pueden descender al Petit Infierno, donde la magia del cabaret genera un ambiente vibrante para acompañar con tragos y coctelería de autor.
Los espectáculos de nivel internacional se suceden y se combinan con una ruleta única para jugar por cajas de vino y una serie de sorpresas que prometen una noche mil estrellas.