Concentrado como estaba por la música que venía del escenario, el público que el viernes 12 asistía al Festival Nacional de Doma y Folklore de Jesús María, Córdoba, sintió cierta sorpresa al escuchar que Peteco Carabajal metía un verso no esperado en su Lágrimas de amor: “No se paren que no ha llegado nadie”.

La aparición de la vicepresidenta Victoria Villarruel había llamado la atención de una parte de los espectadores. Las redes estallaron casi de inmediato dando por supuesto que el pedido del músico respondía a la llegada de la funcionaria, que reivindica la última dictadura cívico militar 1976-83 (hasta hubo unos cuantos que pedían un remera con «No se paren que no ha llegado nadie»).

Al día siguiente el programa ElRunRun de Crónica TV hizo un streaming con Peteco, quien en primer término quiso bajarle el tono a la repercusión que tuvo el hecho, explicando que respondía a un protocolo tácito del Festival de que cada vez que llega alguna persona de renombre lo anuncia el locutor oficial. Pero la cosa subió de tono cuando un periodista del programa le dijo: “¿No te parece que honra el espectáculo la presencia de la vicepresidente, sea quien sea?” «Para nada, para nada, papi (…) Qué honra podemos sentir nosotros de alguien que nos ha venido ninguneando con los desaparecidos», respondió Peteco.

Peteco
Foto: Hernán Mombelli

Peteco en modo Messi

El periodista lo interrumpió para subir la apuesta: “¿Me estás hablando de Cristina?», lo que dejaba claro que no lo escuchaba, o no quería hacerlo. Entonces Peteco enumeró varios ninguneos de Villarruel (de quien varios analistas dijeron que su visita a Córdoba formaba parte de una especie de gira proselitista por su distanciamiento con Milei). A lo que el periodista lo interrumpió una vez más con un «no sería mejor que dijeras: esa frase se la dediqué a Villarruel». Peteco, cansado del tono inquisitorio, espetó a lo Messi: “Tomatelas, gil”.

Lo demás es mejor seguirlo en el video. En las redes hubo hates para todos los gustos, y surgieron especulaciones sobre el tono de Crónica TV, más allá de la habitual búsqueda de polémica: la necesidad de exagerar la obsecuencia con el actual gobierno ante la suspensión de la pauta publicitaria oficial.