El grato saludo que Mauricio Macri y Santiago Caputo compartieron ayer por la noche en la cena anual de la Fundación Libertad no fue más que una mueca de respeto entre dos viejos enemigos. Pese al encuentro entre ambos, que testigos afirman que fue extremadamente cordial, dentro del gobierno insisten en que no habrá cambios en los métodos de negociación que los armadores de La Libertad Avanza tienen con el PRO.
El escenario del reencuentro entre el ex presidente y el asesor cada vez más estrella fue el lujoso salón ubicado en Parque Norte. Si bien desde hacía días se sabía que ambos participarían del evento, lo cierto es que hasta último momento se especuló con la reacción que tendría cada cacique al momento de cruzarse cara cara. Si bien durante el verano circularon versiones que advirtieron sobre un posible cruce en Cumelén, lo cierto es que pasaron varios meses desde la última comida que compartieron y que, según confiaron a Tiempo fuentes al tanto del desarrollo de la misma, no habría terminado nada bien.
Anoche, según relataron ante este medio espectadores de la cortísima cumbre de titanes, la iniciativa la tomó el propio Caputo, quien después de pulular por varias mesas saludando a viejos conocidos, se acercó hasta donde se encontraba el bostero, que minutos antes no dudó en esconder su congoja por el desempeño del club en el último Superclásico. “¿Qué hacés? Este no es un encuentro de los malos”, le dijo Macri a un sonriente Caputo que camufló con honores la rivalidad entre ambos. “Son todos malos”, devolvió con simpatía el asesor ante un Macri consciente de ya no estar jugando de local.
El chascarrillo entre los pesos pesados no intentó disimular ni por un segundo el desprecio mutuo que tienen. Para el calabrés, el favorito de Javier Milei no es más que un estorbo para alcanzar sus metas de desembarcar en la gestión nacional. Del otro lado del Rubicón, ven al heredero del Grupo Socma como un dirigente que perdió la oportunidad política de su vida. “Friends will be friends”, diría el presidente.
Aquel encuentro, que no duró más de un minuto, fue altamente contrastado con la alegría manifiesta con la que Cristian Ritondo se acercó a la mesa de Las Fuerzas del Cielo para saludar a sus nuevos amigos. El presidente del bloque PRO en Diputados dialogó por varios minutos con el asesor y el diputado provincial Agustín Romo, que empieza a tomar cada vez más protagonismo dentro del armado bonaerense. Incluso, el trío compartió un momento de distensión en las afueras del complejo, donde se hermanaron bajo los efectos ansiolíticos del tabaco. Todo bajo la atenta mirada de dos desconcertados ojos de cielo que observaban atónitos la escena.
Ritondo es el principal auspiciante de la confluencia entre violetas y amarillos, por lo que su acercamiento al caputismo no es para nada una sorpresa. De hecho, el diputado es de los pocos dirigentes amarillos que frecuenta el despacho del asesor en el Salón Martín Fierro y su vínculo con el sector que responde a su poder es cada vez más fluído. Tanto así que el diputado compartió más de una cena con dirigentes que se mueven bajo el ala del Mago del Kremlin.
Sin embargo, y pese al buen vínculo que cosecharon con el dirigente bonaerense, en Casa Rosada separan la paja del trigo e insisten en que las negociaciones con el macrismo no existen. Voces al tanto de las conversaciones con el PRO que descansa del otro lado de la General Paz confiaron ante este medio que no planean cumplirle el sueño de la convivencia al ex presidente y, por el contrario, seguirán con la línea de seducir a todos y cada uno de los dirigentes amarillos que deseen dar el salto y se acomoden al liderazgo que Sebastián Pareja y Eduardo “Lule” Menem, armadores de Karina Milei, ejercen en los territorios.
Esta mañana, el subsecretario de Integración Socio Urbana lanzó una fuerte definición contra sus aliados amarillos. “A los del PRO no había que comprarlos, estaban regalados”, dijo en una entrevista radial con un medio de Bahía Blanca. Los dichos del dirigente responden al dardo que el propio Mauricio Macri arrojó la semana pasada contra ex cambiemitas. «Los dirigentes que tenían precio ya fueron comprados. Los que quedamos no tenemos precio», dijo en aquella oportunidad frente a Ritondo y el intendente Guillermo Montenegro, otro de los aspirantes a cruzar el charco a tierras libertarias.

Si bien desde el oficialismo insisten en que las negociaciones continuarán hasta el cierre de listas, lo cierto es que no habrá un cambio de rumbo en las formas. “Se compite con el sello de La Libertad Avanza, no es una coalición”, repiten una y otra vez en Balcarce 50 ante la consulta sobre el método de confluencia electoral de ambos espacios, que en varios municipios ya cuestionan el origen de su dilatación. La duda, natural, descansa en la notoria prórroga que los armadores libertarios imprimen a la hora de cerrar acuerdos con las terminales amarillas en cada uno de los concejos.
Algunos sectores, incluso, confían en afirmar que el prolongamiento de las discusiones se debe a la negativa de los principales armadores libertarios en territorio bonaerense de ceder espacios en lugares clave para la consolidación del poder, como lo son las sillas directivas de ANSES y PAMI en los municipios. Las cabezas de listas también forman parte trascendental en la mesa de negociación.
Pese a los trascendidos, lo cierto es que la suspensión de las PASO en Provincia de Buenos Aires entregó a amarillos y violetas un margen considerable de tiempo para seguir acordando las bases y condiciones del acuerdo que el propio Milei quiere concretar. Es por eso que, sin apuro, en las próximas semanas habrá más encuentros entre libertarios y dirigentes del PRO que buscarán cerrar el mejor contrato para un partido cuyo creador no dejará morir.