Con los ojos de todo el país puestos en el futuro político y judicial de Cristina Fernández de Kirchner, en el Gobierno apuestan por mostrarse impávidos ante la reconfiguración del escenario nacional. Sin posibilidad de retomar el protagonismo de la agenda que lograron controlar durante meses, en el oficialismo buscan dar una imagen de normalidad que contrasta de cuajo con la masiva protesta que se espera para esta tarde en Plaza de Mayo.
Este miércoles, la mesa chica libertaria se reunió por más de dos horas en la ya instalada reunión semanal que comanda Karina Milei en representación de su hermano. En la cumbre, de la que también participó el jefe de gabinete, Guillermo Francos; el asesor presidencial, Santiago Caputo y la mano derecha de la hermanísima, Eduardo “Lule” Menem, los pesos pesados de la gestión diagramaron los próximos pasos del oficialismo, que el próximo mes deberá presentar la composición final de los candidatos que competirán en las elecciones de 7 de septiembre en la Provincia de Buenos Aires.
El Gobierno entre sus internas y el peronismo
El encuentro entre Menem y Caputo se dio en medio de las tensiones que los dos vértices del Triángulo de Hierro empiezan a sacar a la superficie. Este lunes, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, brindó una entrevista en la que se refirió al intercambio virtual que días atrás protagonizaron su sobrino y presidente de la juventud libertaria, Sharif Menem y Lucas “Sagaz” Luna, uno de los apóstoles del arquitecto del relato libertario.
El cruce entre los veinteañeros estuvo signado por la discusión respecto a la postura que el gobierno se debate adoptar respecto al Islam en base a las relaciones carnales que el presidente Javier Milei está teniendo con el judaísmo e Israel, estado al que le ofreció su apoyo incondicional en los inicios de la guerra que el territorio mantiene con Irán.

Los jóvenes caputistas, cuyos lazos se extienden desde mucho antes de la llegada del primer mandatario a la política, tienen un particular ensañamiento con la religión musulmana. Desde hace años los tuiteros más reconocidos del aparato libertario, que hoy ocupan cargos importantes en la gestión -como es el caso de Juan Carreira (Juan Doe), quien está al mando de la Dirección de Comunicación Digital del Gobierno- mantienen vigente su batalla digital contra la religión que hermana a más de dos mil millones de personas en el mundo.
En este marco, el último viernes “Sagaz” utilizó sus redes para continuar con esta línea. “No odiamos lo suficiente al Islám”, lanzó el secretario de Asuntos importantes sin avisar ni consultar con ninguno de sus pares con los que tiene contacto contínuo a través de los numerosos grupos de Whatsapp que comparten. En el posteo el tuitero hacía referencia a una “caza de católicos” que un grupo de fundamentalistas puso en marcha en Nigeria. Inmediatamente después, el más jóven de los Menem, quien adoptó un perfil deliberadamente bajo, respondió al posteo del caputista con un contundente “Borra esto pelotudo”, una metodología de respuesta que Daniel Parisini, conocido como Gordo Dan, puso de moda entre las hordas libertarias.
No odiamos lo suficiente al islam. https://t.co/L8eoSdLfoH
— Sagaz (@SagazLuna) June 6, 2025
Con la guerra declarada, su tío y presidente de la Cámara de Diputados salió a bancar al último menemista en incorporarse en el juego político. “Fue una estupidez sin sentido de alguien al que le falta un poco más de lectura y comprensión. No hay que confundir nunca terrorismo con religión. No por un grupito de personas que cometen crímenes podés decir una religión es un problema o manifestar odio hacia una religión”, dijo contundente el karino islámico. Las respuestas del otro lado del río no tardaron en llegar.
Una de las tantas cuentas que se le atribuyen a Santiago Caputo salió al cruce del riojano. “El que te proponga diferenciar la religión del terrorismo, ese es el traidor”, lanzó sin rodeos la cuenta @MileiLibertador asociada al asesor. A su tiempo, del otro lado del ring se encargaron de hacerle llegar al joven y su jefe que quedará fuera de todo protagonismo electoral. «Que se olvide de encabezar cualquier lista», se le escuchó decir a uno de los Menem. El golpe es duro. El piberío libertario está en plena ebullición bonaerense, donde comenzaron a hacer cada vez más recorridas en el territorio que comanda Sebastián Pareja.
El conflicto entre ambas facciones no se circunscribe a las diferencias entre los cultos. La discordia tiene su génesis en la construcción del poder territorial que tanto los Menem como el jefe de la SIDE se disputan desde hace meses. No sólo hay diferencias sustanciales en las estrategias que ambos sectores buscan impulsar, sino que en año electoral la colocación de la mayor cantidad de nombres propios en las listas consolida el poder que en ningún campamento están dispuestos a entregar.
Caputo y Francos: de enemigos íntimos a amigos necesarios
Las diferencias, sin embargo, son dejadas de lado una vez por semana cuando las cuatro patas de la mesa libertaria se reúnen para diagramar los próximos pasos. Según pudo reconstruir este medio, en la reunión se dialogó sobre el presente político del gobierno que, pese a intentar disimularlo, está 100% atravesado por la detención y proscripción de Cristina Fernández de Kirchner. Sin su principal rival en la cancha electoral, por estas horas el oficialismo se debate entre una nueva danza de nombres para competir en la tercera sección -donde iba a candidatearse la ex presidenta- y el resto de la provincia, donde las negociaciones con el PRO y un sector del radicalismo están en auge.
Terminado el cónclave, y mientras el vocero presidencial Manuel Adorni brindaba su primera conferencia de prensa después de veinte días sin aparecer ante las cámaras oficiales en Balcarce 50, Caputo y Francos mantuvieron un encuentro privado en el despacho del jefe de gabinete. En los últimos meses las diferencias entre ambos brotaron luego de las declaraciones del propio presidente, quien por entonces había afirmado que el asesor era quien tenía la última palabra en las decisiones de los ministros, una potestad que en un gobierno ordinario debería contener sólo el titular de las carteras.
Pese a las desavenencias que están a la vista de todo aquel que conozca el circuito de poder del oficialismo, los barones lograron mantener la armonía que ambos necesitan del otro. La avanzada del tándem Karina-Menem generó una ola de rumores dentro del propio oficialismo que apuntan a la posibilidad de que “Lule” sea designado como posible jefe de gabinete luego de las elecciones de octubre, un mecanismo sobreutilizado por todos los gobiernos para darle una bocanada de aire a la segunda parte de la gestión.
De concretarse, Francos no sólo quedaría relegado de la gestión y el más alto cargo político de su carrera, sino que Santiago Caputo se vería cercado por el poder institucional que sus enemigos íntimos lograrían consolidar de sentarse en el despacho de la planta baja del edificio de Gobierno. Por eso, ambos afectados habrían firmado un pacto de no agresión mutua para cuidar su parcela en medio de una avanzada que pareciera no tener voluntad propia de detención.
Sin ocultar las internas, dentro del oficialismo acordaron mostrarse abroquelados y unidos ante un peronismo que ensaya una reconstrucción apresurada. Con la atención puesta en las elecciones, las próximas semanas prometen una turbulencia intensa donde la definición de las cabezas de listas se llevará la atención que la privación de la libertad de la ex vicepresidenta aún conserva.