El Tribunal Oral Federal 1 de La Plata condenó este jueves a prisión perpetua al ex policía bonaerense Juan Humberto Keller y al exministro de Gobierno de facto de la provincia, Jaime Lamont Smart, por el homicidio de Horacio Wenceslao Orue y el secuestro y los tormentos a Marcelina Juani, sus hijos Marcelo Adolfo Juani y Ariel Bernardo Juani y a Raúl Ernesto Aguirre, medio hermano de Orué.
Los jueces Karina Yabor, Ricardo Basílico y Andrés Basso leyeron este mediodía el veredicto que también los consideró responsables del robo de las pertenencias de la familia Juani. El Tribunal solicitó, además, que la sentencia sea publicada en el Boletín Oficial y que la comisaría de Berazategui, donde permanecieron secuestradas las víctimas, sea señalizada como Centro Clandestino de Detención.
Para Keller, quien era policía en esa comisaría, esta fue la primera condena por crímenes de lesa humanidad. Para Smart, de quien dependía la fuerza de seguridad bonaerense durante la dictadura, esta fue su sexta condena a prisión perpetua. El resto de los responsables de estos delitos fallecieron antes de ser juzgados, como el director de Investigaciones de la Bonaerense Miguel Osvaldo Etchecolatz, o fueron apartados del proceso por problemas de salud, como el oficial de la policía Héctor Amado, identificado por las víctimas como el principal torturador de la Comisaría de Berazategui.
Los hechos ocurrieron el 22 de abril de 1978, cuando fue secuestrado Raúl Ernesto Aguirre, quien fue torturado e interrogado para dar con su medio hermano, Horacio Orué.
Orué era pintor-chapista y militaba en Montoneros. Ya había sido detenido en 1970, acusado de haber participado en la primera acción de la organización peronista, el operativo para asesinar a Pedro Eugenio Aramburu, aunque luego fue liberado.
Tras las torturas a Aguirre, la patota logró dar con la casa de su tía Marcelina Juani, donde Orué se quedaba desde hacía tres meses para huir de las fuerzas represivas.
El mismo 22 de abril, un grupo de policías realizó el operativo en la vivienda ubicada en Rafael Calzada. Vestidos de civil, rodearon la vivienda e ingresaron por la fuerza con armas largas y granadas. En la casa vivían también su tía Marcelina y sus primos, Marcelo Adolfo Juani, de 14 años, y Ariel Bernardo, de 9 años.
Orué logró salir por una ventana pero fue asesinato mientras intentaba escapar. Su tía y sus primos, en cambio, fueron detenidos ilegalmente y alojados primero en la subcomisaría de Rafael Calzada y luego en la Comisaría de Berazategui. Mientras tanto, la casa fue vaciada y sus pertenencias robadas.
En Berazategui, los tres fueron alojados en el entrepiso, donde permanecieron encapuchados junto a Aguirre y otros detenidos y detenidas por, al menos, cuatro días. Luego de ese tiempo, Marcelina Juani fue legalizada y llevada a un calabozo y sus hijos fueron entregados a una amiga de la familia. Aguirre, por su parte, fue trasladado a una dependencia del Ejército y luego liberado.