El peronismo se encuentra en plena ebullición. La caída de la ley ómnibus envalentonó a algunos y desarmó a otros. Por lo pronto la novela que se desató en el oficialismo, en donde ven la nube macrista avanzar sobre el gobierno, no provocó mayores repercusiones en el peronismo. En ese contexto, los gobernadores de todos los colores, quizá aglutinados por el espanto, empezaron a coordinar.
Si bien la dirigencia peronista festejó por lo bajo la caída de la ley debido al respiro parlamentario, también, la decisión abrupta del presidente Javier Milei dejó en evidencia la fragilidad de las alianzas. En Unión por la Patria eso es leído como una posibilidad de salir a aglutinar fuerzas al fragor de los conflictos que se comiencen a suceder.
En tanto, en el plano más territorial, el whatsapp de los gobernadores se activó esta semana. A través de ese dispositivo los mandatarios coordinaron dos movidas: la queja por la quita de los subsidios en el transporte, que no tuvo la rúbrica del ahora porteño Jorge Macri, y la ya unánime queja por la quita de las partidas destinadas al pago de los trabajadores y trabajadoras de la educación.
Hacia adentro del peronismo, esa coordinación dejó atrás la primera reacción en modo desbande que caracterizó el primer mes de la administración Milei, cuando el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, replicó un mensaje de ajuste, el catamarqueño, Raúl Jalil, se mostró junto a Guillermo Francos y el tucumano, Osvaldo Jaldo, que acordó con el presidente ultraderechista a cambio de cuidar la industria azucarera.
Ahora que los gobernadores sufrieron el escarnio público por parte del presidente, que se extendió también a la dirigencia legislativa, los mandatarios acordaron salir a defender las partidas que hasta diciembre dependían del Estado Nacional. El ministro de gobierno de la Provincia de Buenos Aires Carlos Bianco aseguró a El Destape Radio que esta instancia de coordinación defensiva y sectorial puede pasar a un nivel de mayor coordinación política, incluso con aquellos de diferente color político. Evalúan que ellos también fueron elegidos y legitimados en los votos. Un esquema similar se repite a nivel municipal en la Provincia de Buenos Aires, donde los intendentes están abocados a tareas de amortiguación de la crisis social.
Bianco sostuvo que “independientemente de la carta que firmaron los gobernadores y ministros de educación, nosotros hemos decidido pagar este fondo desde la Provincia de Buenos Aires. Por eso nosotros en esa carta le estamos pidiendo que reconsidere la situación. Y en realidad esta venganza no la está tomando contra los gobernadores o contra la casta. Es contra los maestros y sus familias porque esto le afecta directamente a ellos. Javier Milei hizo algo imposible de pensar. Logró que todos los gobernadores de distintos partidos se unan”.
“Más allá de lo triste de algunas posiciones que hemos visto sobre este tiempo por redes sociales, por ejemplo, donde se veía que el presidente maltrataba a ciertas fuerzas políticas y estas fuerzas decían: ‘Nosotros le queremos dar las herramientas, señor presidente’. No tienen ni un poco de dignidad política o personal”.
Por otro lado, Bianco también habló sobre lo ocurrido en el Congreso: “Si una ley no se vota es porque el pueblo no está de acuerdo con esa ley y los diputados que son los representantes del pueblo tienen que respetar la voluntad del pueblo”.
Otro de los puentes que se tendió entre el palacio y el territorio estuvo a cargo de la senadora Juliana Di Tullio, quien junto con el defensor del Pueblo bonaerense, Guido Lorenzino, hizo una presentación en la Justicia para anular el incremento “ilegal del transporte en el AMBA”, acción coordinada con el gobierno de Axel Kicillof y la cúpula senatorial.
El peronismo atraviesa un estado de poca coordinación a nivel nacional y los gobernadores e intendentes tienen poco resto para la rosca a la hora de definir quién liderará una etapa de crisis, que, como se prevé también desde el oficialismo, ya empezó.
En ese marco, Tiempo pudo saber que las tensiones que se habían desatado entre Máximo Kirchner y Axel Kicillof están latentes pero poco presentes a la hora de definir puntos de acción.
La salida de Jorge Ferraresi de la vicepresidencia del Instituto Patria, aseguran, responde más a las intenciones personales del intendente de Avellaneda que a una búsqueda del gobernador de liderar el peronismo bonaerense. “Axel está metido en los quilombos de la Provincia”, sintetizan.
Por lo pronto, a nivel nacional comienza a haber una coordinación inédita que traspasa la grieta más antigua. Y lejos de buscar un liderazgo dentro de ese espacio, sus integrantes por ahora van con pie de plomo. Cuentan que en la interacción lo que predomina es la horizontalidad, como en un grupo de whatsapp. «